Después de casi medio siglo, cierra la librería más antigua de Mar del Plata

Casi medio siglo después de su apertura, la librería “Liberty”, de calle Alem al 3600, cerrará sus puertas para siempre y marcará el fin del comercio más antiguo de Mar del Plata dentro del rubro. La decisión responde exclusivamente a motivos personales de Santiago De la Torre, fundador de la librería y quién atendió al público durante 47 años.

“Tengo 70 años y quiero descansar. La decisión ya estaba tomada, pero se aceleró con la pandemia de Covid”, contó a 0223 el librero, fiel testigo de los cambios que atravesaron al sector, que en sus inicios tenía una dinámica de barrio; lejos del polo gastronómico y comercial que hoy conocemos.

El local donde funciona la librería formaba parte de la denominada Galería Naranja y que antes fue la casa familiar de los De la Torre. Después, la propiedad se vendió y se transformó en una galería comercial, la primera que existió en la zona. “Era un barrio, Alem era doble mano y no había nada”, comentó Santiago.

Sin embargo, al poco tiempo, la galería cerró y De la Torre recuperó uno de los siete locales. Ahí montó una librería y un drugstore, todo en el mismo lugar. Entonces, el librero tenía 24 años y vendía desde ropa y artículos de decoración hasta discos y, por supuesto, libros. “La librería era el alma y, de hecho, fue lo que quedó”, explicó. 

En la década del ‘80, cuando en la calle Alem ya empezaban a funcionar los primeros bares y boliches, la librería era un lugar de paso obligado para las miles de personas que veraneaban en la ciudad. Personalidades del mundo del espectáculo, la política y el deporte también pasaron por allí. José Sacristán, Susana Giménez, Les Luthiers y el expresidente Fernando De la Rúa fueron algunos de ellos.

Sobre la librería, en tanto, funcionaron tres bares que marcaron una época -“Naranja”, “Dondera Naranja” y “379”-, por lo que el flujo de personas siempre fue importante.

A mediados de febrero, De la Torre le pondrá punto final a la historia de uno de los primeros comercios de Playa Grande. “Me cuesta muchísimo porque acá pasé toda mi vida, siempre la atendí yo, pero ya es hora de descansar”, concluyó.