Porque hay una historia que no aparece en la historia

El susurro de las mujeres es la novena novela de Gabriela Exilart. Ambientada en la Buenos Aires de 1910, nos presenta a Julieta Lanteri, una de las grandes luchadoras por los derechos políticos y civiles de las mujeres en nuestro país.

El susurro de las mujeres fue una de las novelas más vendidas en la Feria del libro Internacional.

12 de Junio de 2022 08:55

El origen de la novena novela de Gabriela Exilart se encuentra en el taller Mujeres de la historia, historia de mujeres, de María del Carmen Valdez en el Puan. En una de esas clases se reivindica la figura de Julieta Lanteri, una de las grandes luchadoras por los derechos políticos y civiles de las mujeres.

Exilart queda encantada con Lanteri, a tal punto que la piensa, inmediatamente, como coprotagonista de su nueva novela. La primera donde van a convivir personajes reales y personajes de ficción.

El susurro de las mujeres es lo nuevo de la autora marplatense. Ambientada en la Buenos Aires de 1910. Por ella se cruzan el centenario de Mayo, las primeras manifestaciones feministas de nuestra historia y el Congreso Femenino Internacional. Dentro de ese contexto se asoma Julieta Lanteri, la primera mujer que logra votar en nuestro país (1911), luego de encontrar ella misma un vacío legal. Sin embargo después, obviamente, vuelve todo para atrás y deberán esperarse algunos años más para el reconocimiento de ese derecho cívico para las mujeres.

“Es alguien que ha luchado muchísimo por la mujer. También en su vida privada. Hasta hoy su final también genera dudas. Ella fue atropellada en la calle y se dice que fue asesinada porque era una mujer muy molesta para la época. Ella logra hasta ser candidata a diputada. Su lucha era, en primer lugar, porque las mujeres pudieran estudiar; luego para que pudieran ejercer su profesión, dar clases, ser candidatas y poder votar. Todo lo que tiene que ver con los derechos civiles como la patria potestad, la educación sexual, la prostitución era de su interés” cuenta Gabriela Exilart.

En la novela se esbozan las ideas de Julieta Lanteri, la primera mujer que logra votar en nuestro país.

-¿Y con una vida personal muy paradigmática también?

-Totalmente. Por ejemplo, ella se casa con un empleado trece años menor. O esa actitud de pararse en la puerta de los teatros en un cajoncito, porque era muy bajita, y ahí compartir sus ideas o repartir sus panfletos para que la gente supiera lo que ella estaba reclamando.

Como en otros tantos casos, la ficción literaria ayuda acá a conocer personajes olvidados por la historia. No es un libro de historia, pero en la novela se esbozan las ideas de Lanteri, parte de las ponencias del Congreso femenino y, sobre todo, lo dificultoso de llevar adelante el reclamo ante una sociedad que ninguneaba a la mujer y su lugar en ella.

El divorcio, la patria potestad, la prostitución, los derechos de las mujeres, el goce sexual de la mujer eran temas que planteaba Lanteri. Lo que llevaba a que, por ejemplo revistas como Caras y Caretas, la ridiculizaran en sus ediciones. “Era definitivamente alguien muy molesta para la sociedad de esa época. Pero a ella no le importaba mientras sus ideas se difundieran. Cuentan que una vez estaba haciendo un discurso en una plaza, se acercó un hombre y la escupió en la cara. Entonces, luego de limpiarse, ella, con mucha delicadeza, le dijo: ‘Gracias señor por haberme escuchado’ ” agrega la autora.

En El susurro de las mujeres, como es característico ya en las novelas de Exilart, las voces se cruzan. En este caso, las de dos hermanas venidas de Italia con la de Julieta. También, al igual que en su obra anterior, está el compromiso con aquellas cuestiones que no han sido retratadas o quedaron afuera de las historia, como en Napalpí (Penguin Random House – 2018) o, en este caso en particular, la vida de Julieta Lanteri. Exilart confiesa que “Para mí, contar su vida, su lucha y su trayectoria fue muy iluminador. Esa posibilidad de ver y compartir todo eso que aún hoy seguimos debatiendo”.

El susurro de las mujeres es la novena novela de Gabriela Exilart.

-¿Cómo fue recrear aquellas asambleas y, sobre todo, cómo seleccionar y qué ideas transcribir en la novela?

- Recorté mucho, me costó conseguir material sobre Julieta Lanteri, pero pude rescatar las ponencias y todo aquello que tenía que ver con la organización del Congreso. Todo estaba formulado en forma de ley. Y es maravilloso, para mí que soy abogada, pero no podía poner todo, no era un libro de historia.

La nueva novela de Gabriela Exilart es considerada por la autora como un texto “muy especial”. Se debe a que su tiempo de escritura coincidió con la pandemia. Por lo tanto, fue su refugio ante los tiempos vividos. Hoy, con un mes de circulación y ya dos ediciones, apenas comienza su recorrido. Un recorrido que ya la tiene en los primeros lugares de la lista de los más vendidos. Pero la autora aclara que “Para mí el éxito en la vida pasa por otro lado, en algo más familiar, más personal que vender muchos libros. Sí, por supuesto que siento mucha satisfacción cuando mis novelas hacen un gran recorrido y tienen esa devolución por parte de los lectores y de la crítica. También me gratifica mucho cuando una novela como Napalpi, que ya tiene cuatro años, me sigue proponiendo instancias de charlas o convocatorias a entrevistas, como se dio ahora por el juicio de aquella masacre. Eso sí me gratifica mucho y me sigue haciendo feliz, porque significa que la novela sigue aún su camino”.

-La novela, decís, fue un refugio, pero ¿qué más te dejó? ¿Qué aprendiste además de conocer en profundidad a Julieta Lanteri?

-Me quedé con mucho, tanto que hasta hay material para una segunda parte. Pero creo que me quedo con la mirada sobre lo tanto que hemos avanzado, que ha sido un montón en materia de derechos y reconocimientos, pero que también nos falta mucho. Cuando veía lo que a ella le pasó al intentar acceder a la cátedra de Salud Mental, a la que no le permiten acceder y debe mediar reclamos administrativos y hasta un juicio, no podía dejar de pensar en lo que me ocurrió a mí hace relativamente poco, donde para tomar una cátedra tuve que reclamar con un expediente judicial por una cuestión similar. Situación que aún no se resuelve.

Al decir de la primera voz que aparece en la novela, la de Rosa Montero, el nuevo trabajo de Gabriela Exilart agudiza el oído para escuchar y traer el susurro de aquellas mujeres que no aparecen en la historia, pero que nos han traído hasta este presente.