La vorágine de emociones en el búnker de Raverta tras la derrota en Mar del Plata

A pesar de la elección que otra vez consagró a Montenegro en la intendencia, en el campamento de Encuentro Marplatense hubo importantes festejos por la arrasadora victoria de Kicillof y la remontada de Massa. Del miedo e incertidumbre a una noche que terminó con alegría y sabor agridulce.

A Raverta le faltó poco para poder vencer a Montenegro. Foto: 0223.

23 de Octubre de 2023 01:04

Sensaciones encontradas. El miedo que se palpaba. La tristeza por una nueva derrota en General Pueyrredon. La algarabía y el desahogo por el triunfo de Sergio Massa que dio vuelta una elección impensada. La certeza de que Axel Kicillof se volvió invencible en la provincia de Buenos Aires. Las ganas de gritar, al menos, un gol. El gusto especial de haber dado vuelta una elección en la que muchos pensaban velar al peronismo (o destruir al kirchnerismo). Esa sensación de nueva oportunidad, cual ave fénix que renace de sus cenizas. El búnker de Fernanda Raverta en Mar del Plata fue una vorágine de distintos momentos desde la expectativa y la posibilidad hasta la explosión del, tal vez, más famoso cántico: "No nos han vencido".

El lugar elegido fue una vez más el Hotel 13 de Julio que el Sindicato de Luz y Fuerza tiene en el centro de la ciudad, que a las 18 abrió sus puertas para recibir a los primeros invitados que tímidamente fueron llegando, muy de a poco. Todo eran dudas, temor y escepticismo. Realmente nadie se animaba a presagiar lo que podía deparar de las urnas. Los resultados de la Paso fueron sorpresivos para todos y derivaron en un escenario de tercios a nivel nacional, una buena victoria de Kicillof en la Provincia de Buenos Aires, y una ventaja muy difícil de remontar para Raverta en Mar del Plata.

Raverta esperó los resultados en el Hotel 13 de Julio.

Apenas 20 minutos de inaugurado el salón llegaron las primeras dirigentes del Encuentro Marplatense, las candidatas a concejalas Valeria Crespo y María Eva Ayala. También entre los tempraneros se los pudo ver a Lucas Fiorini y al jefe de prensa de Raverta, Martín Abonjo. Fue Valeria Crespo la primera en entablar diálogo con los medios presentes que hasta ese momento superaban ampliamente a los militantes del espacio. "Hemos hecho un trabajo minucioso barrio por barrio, hablando con cada vecino y vecina, acercando nuestras propuestas, así que nuestras expectativas son buenas”, expresaba la dirigente en el prolegómeno de la noche.

Pasadas las 19, la actividad de personas que llegaban se empezó a intensificar y con el pasar de los minutos el semblante de los presentes cambió. Las mesas testigo empezaron a mostrar números más que alentadores: en la nacional la remontada de Massa era de no creer, y en Provincia se veía que la performance de Kicillof era arrasadora. Incluso en las mesas testigo de Mar del Plata. En la elección local la expectativa era moderada pero desde los barrios llegaban mesas ganadoras por buena diferencia para Fernanda Raverta. Había que esperar los números oficiales. "Las fotos son lindas en los barrios, también vemos una diferencia menor en las zonas que no son proclives a votar a nuestro espacio", señalaba María Eva Ayala.

"No nos han vencido", un grito que se escuchó fuerte en el búnker de Raverta. Foto: 0223.

Cerca de las 20.30 los datos extraoficiales que indicaban las pantallas de varios canales daban cuenta de una victoria de Massa y un aún más holgado triunfo del gobernador bonaerense, lo cual llenó de entusiasmo el búnker peronista. "Estamos 2 puntos abajo", decía por lo bajo un hombre del entorno de Raverta ante el ir y venir de periodistas que buscaban algún dato para transmitir. Los números provenían del centro de cómputos que Encuentro Marplatense había montado a 100 metros, en la sede del sindicato de Casineros.

Para las 21, el escenario era completamente distinto al de un par de horas atrás: había llegado una gran cantidad de gente, empezaron los primeros aplausos y los cánticos de los jóvenes de la JP y las distintas organizaciones que llegaban de las tareas de fiscalización. Si bien aún no había datos oficiales publicados, las victorias de Kicillof y de Massa ya eran un hecho en ese entonces. Los rumores también hablaban de "una muy buena elección de Fernanda, sobre todo en los barrios". Pero faltaba rastrear un importante número de votos y desde el búnker de Guillermo Montenegro Montenegro, Alejandro Rabinovich, fiel ladero del intendente, salía a hablar con mucha mesura y adelantaba un gran "corte de boleta".

Raverta con Gustavo Pulti. Foto: 0223.

El reloj marcaba 20 minutos pasadas las 21. El momento en que se publicaron los primeros números oficiales y la explosión de euforia por la victoria de Massa, y el contundente triunfo de Kicillof en Buenos Aires. Muchos también chequeaban los números de Mar del Plata y la desazón de que, otra vez, por poco, Fernanda Raverta no podía ganar la intendencia de la ciudad. Pero la alegría pudo más que la tristeza y todo fue festejo. "A pesar de las bombas, de los fusilamientos, los compañeros muertos, los desaparecidos; no nos han vencido", se gritó bien fuerte en el salón del hotel lucifuersista. Un verdadero desahogo, una victoria que requirió de mucho esfuerzo y trabajo por parte del peronismo para dar vuelta una elección que parecía perdida. La mística del peronismo que parece ser indestructible.

Enseguida, ni bien se conocieron los números, Fernanda Raverta llegó al Hotel 13 de Julio, rodeada de su equipo y acompañada por Gustavo Pulti. Fue recibida con aplausos por su gente, con mucho cariño, con abrazos que la llevaron envuelta desde la puerta del edificio hasta el salón principal del primer piso. Raverta no evitó reconocer el triunfo de Montenegro en las elecciones municipales, en un discurso brindado a la militancia. “Estamos un poquito abajo, no ganamos esta elección”, sostuvo, sobre el escrutinio que le asignaba el 36% de los votos, frente al 41% de Juntos por el Cambio, con cerca del 80% de las urnas escrutadas en ese momento.

Raverta recibió el cariño y apoyo de los militantes en una noche de muchas emociones. Foto: 0223.

En tanto, el grueso de su discurso estuvo centrado en un reconocimiento a la militancia de Encuentro Marplatense y Unión por la Patria, como así también al triunfo de Sergio Massa en las nacionales y su pase al balotaje frente a Javier Milei, y en la reelección de Axel Kicillof en la Provincia de Buenos Aires. "Quiero agradecerles a todos los que trabajaron hoy, que están acá y disculparme con quienes todavía están presentando actas de escrutinio en el otro lugar porque estamos hablando sin ellos y sin ellas y eso no está bien. Pero créanme que no quiero que se siga alargando la noche, quiero que quienes ya cumplimos la tarea que nos tocaba este, día nos vayamos a descansar después de mucho esfuerzo", inició Raverta, durante su discurso.

"Quiero reconocer ese esfuerzo porque con ese esfuerzo enorme que hicieron todos y cada uno de ustedes, logramos que definitivamente nuestro compañero Sergio Massa vaya al balotaje, que sea el candidato más votado, que sea nuestro candidato a presidente para representar nuestras ideas en esta segunda vuelta", planteó la titular de Anses, sobre el resultado de las elecciones nacionales.

Militantes festejaron la victoria arrasadora de Kicillof y la remontada de Massa. Foto: 0223.

Asimismo, tuvo palabras de elogios para Kicillof: "Ustedes saben la cantidad de veces que vino nuestro gobernador a Mar del Plata. Ustedes saben el amor que siente nuestro gobernador por esta ciudad y ustedes saben también el amor que esta ciudad le tiene y que le tenemos cada uno de nosotros. Eso también se vio reflejado en el resultado electoral".

Luego del discurso de la referente del peronismo en Mar del Plata, la gente se desconcentró rápidamente y la acción se trasladó a la calle. Ese lugar tan afín a la militancia. Aparecieron los bombos y a partir de ahí todo fue festejos. Cánticos y gritos. La gente se encolumnó hacia Plaza San Martín pero ir al monumento era demasiado. Los festejos se trasladaron a la vereda de en frente del gremio de los Casineros y allí se cantó por un rato más. Lo que comenzó con miedo e incertidumbre, terminó con alegría y ese sabor agridulce de la victoria nacional y provincial, con el dolor de la derrota en Mar del Plata.