La historia de la demanda por $45 millones que pone en jaque el futuro de Quilmes

Para muchos, la noticia de la apremiante deuda cayó como sorpresa pero la historia viene de larga data. Los 45 millones de pesos que hoy necesita desesperadamente el Club Atlético Quilmes, teniendo que recurrir a la búsqueda de un importante salvavidas entre socios, hinchas y simpatizantes, responden a una demanda laboral que enfrenta el “Cervecero” en los tribunales de Mar del Plata desde hace más de una década.

El conflicto nace en 2012, cuando el “Tricolor” descendió en la Liga Nacional de Básquet después de caer en su casa por 82-74 frente a 9 de Julio. La crisis deportiva desnudaba, evidentemente, una crisis institucional: era una época donde el club mostraba serios inconvenientes para cumplir con los salarios de parte del personal. El kinesiólogo del equipo, por ejemplo, pasó toda la temporada sin percibir ningún ingreso.

La Justicia tomó conocimiento de la situación a partir de la demanda que inició un trabajador del área de prensa que estuvo nueve meses sin cobrar el sueldo. El hombre se consideró “despedido” y, por las vías legales y con el patrocinio de una abogada, forzó a Quilmes a hacerse cargo de la indemnización que le correspondía así como de otros montos adeudados, en concepto de vacaciones no gozadas y vacaciones proporcionales al cese.

En la causa, a la que tuvo acceso 0223, el denunciante aseguró que fue un “típico trabajador en negro” pese a que reclamó su registración a los directivos en distintas oportunidades. Y, ya en los tribunales, la primera respuesta del club fue desmentir las acusaciones, al menos de manera parcial. A través de sus abogados, la institución centenaria negó que existiera una relación contractual e indicó que la persona solamente estaba vinculada con una transmisión radial del equipo de básquet.

Los jueces, sin embargo, fallaron a favor del trabajador de prensa. En una sentencia de mayo de 2016, el Tribunal de Trabajo Nº1, conformado por Orlando Daniel Cippitelli, José María Casas y Rosa Amalia Gómez, catalogó la negativa de Quilmes como “ambigua y genérica” y a partir de una extensa prueba documental y testimonial dio por probada la existencia de un vínculo laboral entre las partes que se prolongó, tal como consta en el veredicto, durante cinco años, cuatro meses y ocho días.

“Apreciando en conciencia la prueba rendida, con base en los elementos aludidos supra, la falta de exhibición de registros laborales del empleado, el juramento prestado de conformidad, tengo por cierto que quien acciona ha estado vinculado por contrato de trabajo con la demandada, cumpliendo las funciones allí citadas y devengando las remuneraciones denunciadas. No se probó trabajo en exceso de la jornada legal, tampoco el efectivo goce de vacaciones ni pago compensatorio a su respecto. Corresponde declarar a la vinculación habida como empleo no registrado”, dictaminó el juez Casas.

El magistrado, además, consideró que “la negativa del vínculo laboral, como de pago de haberes adeudados, sumado a la oposición a registrar la relación laboral habida, es suficientemente injuriosa como para respaldar la justa causa de despido indirecto operado por parte del trabajador” de Quilmes.

De ese modo, el Tribunal Nº1 ordenó al club a abonar – en 2016 – 510.280,33 pesos. El cálculo de este monto se desprendía de la aplicación de tasas e intereses en función de una serie de incumplimientos: diferencia de haberes, vacaciones, sueldo anual complementario, indemnización por despido, preaviso, integrativo, indemnización art. 80 LCT, indemnización art. 8 y 15 de la ley 24.013, indemnización art. 2 de la ley 25.323 y prestación por desempleo, daños y perjuicios, según se especificó en el fallo.

El plazo inicial de ejecución de esa sentencia se había fijado en 10 días pero a partir de apelaciones, recursos, cautelares, trámites y otras diligencias administrativas el tiempo de pago se dilató hasta estos días, con una suma actualizada que hoy trepa a 45 millones de pesos. En el marco de la crisis que vuelve a urgir al “Cervecero”, dirigentes consultados por este medio aseguraron que en numerosas oportunidades intentaron llegaron a un acuerdo previo con el empleado despedido. “Varias veces se intentó parar la pelota pero nunca hubo forma de arreglar lamentablemente. No vimos predisposición de la otra parte”, señalaron.

Antes de que termine el mes, el club debe abonar casi la tercera parte de la deuda deducida del juicio laboral y depende de la solidaridad de sus hinchas, socios y simpatizantes para recaudar los millones en las próximas semanas y no perder parte de su patrimonio. La situación rememora, en otra escala, al drama que también vive por estos días el Club Atlético Independiente de Avellaneda, que hace casi un mes debió apelar al influencer Santi Maratea para iniciar una colecta solidaria que permita saldar la deuda de 22.871.087 de dólares. A la fecha, el salvataje para el “Rojo” ya cosechó unos 775 millones de pesos.

Quienes deseen hacer su aporte económico al “Tricolor”, deben depositar en la cuenta bancaria Club Atlético Quilmes, cuyo alias es Todos.x.Quilmes. También hay disponible una cuenta bancaria con el alias Todos.x.Quilmes.ext.  “Apelamos a la solidaridad y el sentimiento de pertenencia de todos los simpatizantes, hinchas, socios y demás personas que quieran ayudar a la familia quilmeña. Todo suma y es una posibilidad para no perder el patrimonio de la institución”, expresó la comisión directiva, en un preocupante comunicado que dio a conocer el viernes por la tarde.