Menos clientes y pérdida de ingresos: así impactó el traslado de la Zona Roja a las trabajadoras sexuales

Atrás quedó la fuerte polémica que se instaló fuertemente en la agenda política de Mar del Plata por el traslado de la Zona Roja a la zona sur, en inmediaciones del cementerio Parque. Sin embargo, a más de un año de la aprobación y puesta en marcha de la ordenanza 25,590 que impulsó el gobierno de Guillermo Montenegro, se advierte un fuerte impacto para la vida económica de las trabajadoras que históricamente ejercieron la prostitución en la vía pública dentro del sector delimitado por las avenidas Jara, Champagnat, Luro y la calle Belgrano.

Los alcances de este impacto se ve reflejado en un estudio que elaboró el Instituto de Investigaciones Socio Territoriales y Culturales. De acuerdo al informe al que tuvo acceso 0223,  la creación de la Zona Roja no solo supuso un aumento de las situaciones de violencia vividas en la vía pública, sino que también tuvo efectos materiales en las condiciones de vida de las trabajadoras sexuales. En efecto, “ganar menos” y el “tener menos clientes” son las principales problemáticas referidas por las personas encuestadas como efecto de la implementación de la ordenanza.

“Ocho de cada 10 personas encuestadas indica que tiene dificultades para pagar el alquiler y para comprar alimentos. Siete de cada 10 indica que sus condiciones de trabajo empeoraron, que tienen que aceptar clientes o prácticas que consideran más riesgosas, y que tienen miedo de salir a trabajar”, indica el informe.

En esta línea sostiene, además, que “los efectos económicos de la ordenanza sobre la vida de las trabajadoras sexuales cobran dimensión cuando observamos que solo dos de las personas encuestadas indican que sus ingresos no provienen del trabajo sexual”.

De acuerdo a la investigación, desde la puesta en marcha de la ordenanza se incrementaron las situaciones de tensión entre las trabajadoras sexuales y los efectivos policiales, al punto que 9 de cada 10 personas encuestadas manifestó haber observado un incremento del control y la violencia de parte.

Al municipio dispuso un número telefónico para que los vecinos pudieran realizar denuncias a través de WhatsApp, con el objetivo de agilizar la respuesta de seguridad. “Esta vía de comunicación se constituye en un canal de vigilancia y control ciudadano, que incrementa la criminalización y estigmatización de las mujeres trans y travesti”, aseguran.

Por último, resaltaron que las agresiones no se dan únicamente con quienes ofrecen sexo en la vía pública sino que también alcanza a clientes y potenciales clientes de las trabajadoras, agravando así la situación económica de las mismas