Taxidermia, el arte de conservar animales, un oficio que quedó vacante en Mar del Plata tras 44 años

Marcelo Castillo tiene 61 años y a principios de septiembre dejó de cumplir funciones en el Museo Municipal de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia. Se salvó de ir a Malvinas y pasó toda su vida haciendo copias y conservaciones de animales de distintas especies. Cómo llegó a esta profesión que hoy no tiene reemplazo. "Me llevo un hermoso recuerdo", asegura.

Marcelo Castillo, el último taxidermista de Mar del Plata.

23 de Septiembre de 2023 12:15

Basta con dar una recorrida una tarde para descubrir la infinidad de animales que habitaron la Tierra en diferentes épocas. Roedores, aves, mamíferos marinos, múltiples animales de la fauna local y hasta dinosaurios ambientan el Museo Municipal de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia. La mayoría de las piezas fueron copiadas y/o conservadas por Marcelo Jorge Castillo, el último taxidermista de Mar del Plata que a principios de septiembre se retiró después de 44 años de servicio y su oficio quedó completamente vacante.

Era un niño cuando un gorrión cayó en una trampera de ratón en su casa de la avenida Carlos Tejedor, por entonces de tierra, y le inyectó formol para conservarlo. "Lo guardé en la pieza y ahí empezó la curiosidad. Empecé a leer libros y con los años fui haciendo algunos monstruitos que fueron mejorando hasta que me especialicé", le cuenta a 0223 sobre sus inicios en la profesión a la que dedicó toda su vida.

Casi todos los días, cuando salía del secundario en el Instituto General San Martín, en el barrio Don Bosco, Marcelo agarraba la bicicleta y se dirigía a Plaza España para pasar toda una tarde adentro del museo. Clase 62´, se salvó de la "colimba" por sorteo y de la Guerra de Malvinas que podría haber truncado su futuro como conservador de distintas especies de animales.

El Museo Municipal de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia está ubicado en Plaza España. Foto: 0223.

Con 18 años, ingresó a trabajar en la Municipalidad de General Pueyrredon y a los 20 realizó un curso de profesorado en el Instituto de Taxidermia y Conservación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. "Cuando entré no había taxidermista. Arranqué, vieron mi trabajo y les gustó. Después de recibirme, arranque en el Museo de Ciencias Naturales", rememora.

Durante 44 años, Marcelo se dedicó a conservar o replicar animales que morían por causas naturales, siempre con fines científicos o educativos. En el museo de Plaza España se encargó de darle forma a micromamíferos, aves, mamíferos marinos y animales de diversas disciplinas que son parte de la colección y exhibición de museo.

También preparó con moldes de silicona la colección del área de Paleontología, donde se pueden encontrar copias de tigres "diente de sable" y dos dinosaurios patagónicos de 70 millones de años de antigüedad, la sección más visitada por los más chicos que asisten a diario. "Todos los huesos originales nunca figuran en exhibición, sino en colección. Todos los animales que se exhiben son copias y se hicieron para que la gente tenga una idea de cómo era el animal", revela.

Algunos de los animales que fueron copiados por Marcelo, taxidermista del museo. Foto: 0223.
Todos los animales que aparecen en exhibición son copias rellenas con poliéster. Foto: 0223.
Los dos dinosaurios patagónicos, otros de los sectores preparados por el último taxidermista de Mar del Plata. Foto: 0223.

"Mi trabajo fue muy amplio. Fui incursionando en varios temas. Tengo 61 años y 44 me la pasé en el museo", enfatiza Marcelo, quien destaca la ampliación que tuvo recién en 2019, cuando se duplicó la superficie para favorecer la exposición de piezas y el trabajo de los paleontólogos.

Su profesión le dio la posibilidad de hacer un máster en Taxidermia en Sudáfrica, donde se especializó en fauna africana. "Estuve unos días viendo cómo se trabaja. Esas cosas no se olvidan más", asegura.

 

Mascotas también

Pero su trabajo no sólo se circunscribe al Museo Municipal de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia. También ha realizado copias y conservaciones de animales de distintas especies para los zoológicos de Sierra de los Padres y Batán. Incluso, Marcelo reconoce que hay gente que lo contacta y le lleva al taller de su casa algún animal para conservarlo. "Alguna mascota: pájaro, loro o perrito. Cuando fallecen, la gente se queda muy mal y yo lo hago por ellos, que quieren conservar ese animal tan querido. Por solucionarles la pena. Y muchos me llaman, después de años, agradeciéndome que tienen a su mascota", confiesa.

Después de 44 años haciendo moldes y rellenando especímenes con poliéster, el último taxidermista de Mar del Plata se jubiló y su oficio quedó vacante. "Es un área que tiende a morir", lamenta, aunque espera que su hijo tome la posta. "Es probable que le enseñe", completa.

"Mis compañeros me hicieron una despedida antes de irme, unos regalitos. Lo lindo de haber estado tantos taños haciendo esta labor es la gente que conocí. He hecho muchos amigos gracias a esta profesión. Me llevo un hermoso recuerdo", concluye.