¿Por qué deberíamos preocuparnos por los alimentos ultraprocesados?

Pareciera que la llegada del verano es la que trae una creciente preocupación por la obesidad y la mala alimentación. Pero en realidad no es así. La obesidad es una problemática que alcanza a un gran número de personas a lo largo de todo el año y responde a diversos motivos. 

A nivel estadística, la obesidad va en aumento.

19 de Octubre de 2024 12:44

La obesidad es un problema de salud pública que afecta a millones de personas en todo el mundo y está asociada con numerosas enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, lo que reduce la calidad y la esperanza de vida. “En cuanto a la salud, por supuesto que a la gente por encima de 40 años le empieza a preocupar cuando va el médico y especialmente ahí lo dividimos por género: los hombres vienen más porque los manda al médico y algunas mujeres vienen más por cuestiones estéticas. Esto es en los casos de mayores de 40”, comienza diciendo la licenciada en psicología Sandra Tamburini (MP 45554). Luego agrega, “Después, a nivel estadística, la obesidad va en aumento. Esto tiene que ver con varias cosas que confluyen, todo el contexto, los ultraprocesados y yo como soy psicóloga le agrego también una mirada más integral, en el sentido de que el estrés y el ultraprocesado son como un casamiento siniestro. La comida es un quitapenas, el ultraprocesado pega en el sistema de recompensas a nivel neurobiológico, pero también se auto percibe una calma momentánea que te permite seguir con el ritmo que por ahí no es saludable. Es una manera de adaptarte al medio si querés, al medio de un estrés objetivo o subjetivo: a veces hay un estrés concreto, puntual, porque vos estás atravesando por una mudanza, o alguna situación de duelo o de enfermedad de alguien, que concretamente modificó tu equilibrio, y, a veces, son cuestiones más intrapsíquicas como amenazas internas que tienen un peso también. Por otro lado, el paciente con muchos años de sobrepeso aprendió a gestionar sus miedos, sus ansiedades, comiendo también. Entonces, tenemos desde lo más psicosocial, ambiental, hasta lo más intrapsíquico, pero todos los caminos conducen al mismo lugar: al sobrepeso”. 

- ¿Qué pasa con los más chicos? ¿Cómo está la situación entre ellos en las escuelas?

- No hay mucho control. Se hizo una ley que no se terminó de reglamentar. Luego hubo un intento de kioscos saludables, pero que después cuando vos vas a ver al kiosco, de saludable hay muy poco. Además, hay una cosa mucho más difícil que nosotros vemos acá en el Centro que dirijo, el gran problema de la industria alimentaria y de los ultrasprocesados. Acá, las víctimas número uno son los chicos. Para que tengas una idea, vos hoy le das una frutilla a un chico y les resulta desabrido, porque todo lo que él come con aditivos de frutilla hoy es mucho mayor y se le pega más al paladar que la frutilla. O sea, le va a dar mucho más placer todo lo que tiene que ver con lo no natural que lo natural. Ahí es donde estamos en un gran problema. Además de resetearte el sistema de recompensas a nivel neurobiológico, en los niños se juntan muchas cosas como las pantallas, donde los niños no llegan a procesar todos los estímulos, ni los adultos pueden, porque hoy los estímulos son mucho más grandes que la capacidad de procesamiento que tenemos todos. Pero, en el niño en particular, es un combo tremendo. Pantallas y ultraprocesados es un combo tremendo al que hay que sumar el neuromarketing, porque además ahí hay profesionales detrás, gente sabiendo cómo entrarle. Antes estaba prohibida la publicidad subliminal, pero ahora tampoco te da la cabeza ante tanto estímulo. No es la misma publicidad que se prohibió en su momento, pero también quedás medio atontado y respondés como el perro de Pablov, digamos, respondiendo al estímulo sin poder procesarlo mucho.

Pantallas y comida chatarra es una mala combinación.

- ¿Cómo se ayuda a alguien que pasa por esa enfermedad?

- Corriéndome de la cuestión políticas públicas, desde mi atención de persona a persona como profesional, la manera de ayudarlo es la conciencia. La conciencia de cuáles son los condicionantes que te mantienen esclavo. ¿Cuáles son esos condicionantes? Uno es la publicidad, otro son tus hábitos que se van potenciando. ¿Qué quiero decir con tus hábitos? Tus hábitos de pensamiento, de conducta y de relación con el entorno. Entonces, es como que vas de menor a mayor en grados de conciencia. Esa es la puerta de la libertad que vos le podés dar a alguien que empieza a hacerse consciente de lo que lo condiciona. Y, por ejemplo, algunas pautas: no comer mirando televisión o las pantallas, pero no solo porque la pantalla además te genera ansiedad, todo lo que tiene que ver con la luz, los rayos y la cantidad de estímulos, como decíamos hoy, te estresa y el estrés en el cuerpo tiende a la descarga. Mirá, cuando mi hija era chica no podía ver una película de corrido se sentaba, se paraba mientras estaba mirando la película. Ahora nosotros estamos quietos y las pantallas te piden una descarga. Y el que aprendió a descargar en automático, no es que lo aprendió conscientemente, sino que en automático aprendió el cerebro a descargar comiendo. Bueno, ahora lo tenemos que pasar a la conciencia, que se dé cuenta de cómo en automático te pide la descarga. Entonces, es un proceso de concientización a nivel del uno a uno.

- Y ese proceso de aceptación, ¿es difícil de asumir? Quiero decir, esa aceptación de que está dentro de una maquinaria, comiendo quizás algo que no eligió y por un estímulo que se impuso…

- Si es una persona que viene a pedir un tratamiento, ya tiene un pequeño movimiento. Si viene mandado, porque le dijeron que tiene que hacer algo y él no tiene intención, es más difícil. Pero la persona que tiene la intención va a depender de mantener la intención, porque el camino es de menor a mayor y es complejo, porque la obesidad es compleja, no la sostiene un solo factor. Por eso los tratamientos deben ser mínimo de un año, porque no es cuestión de bajar de peso, ese es el último eslabón de la cadena. Acá, de lo que se trata es de que vos ganes grados de libertad en lo que te condiciona y así poder evitar las recaídas.