Jorge Carranza: cómo Aldosivi le cambió la vida a una "leyenda" del fútbol a los 43 años
El arquero llegó pensando en el final de su carrera y se convirtió en referente. Mar del Plata influyó de manera determinante y se siente un tiburón más: quiere jugar en Primera.
Por Redacción 0223
PARA 0223
La locura de las últimas semanas que vivió Aldosivi se manifiesta en el cuerpo de su enorme capitán. Tiene 43 años, aunque lo vive como un pibe. El período definitorio de la temporada fue un resumen de su año: dudas, entusiasmo, ilusión, disfrute y festejo. Jorge Carranza llegó pensando en el retiro y, después de una temporada en la que logró el tercer ascenso de su carrera, ahora no se quiere ir.
"Sí, me quedo. Seguramente, me quede". El experimentado arquero del Tiburón primero afirmó con certeza lo que le dictó el corazón. Después, al segundo, especuló. Sabe que si de él dependiera seguiría en Mar del Plata, piensa que es "una ciudad espectacular para hacer deporte" y está cómodo en Aldosivi: lo valoraron como jugador, su ascendencia fue bien recibida por los jóvenes y es el capitán del equipo. Un líder positivo.
Estamos en el José María Minella, entre el arco que da a la popular sur y la hinchada de Aldosivi que cuelga sus banderas e infla los globos verdes y amarillos. En el campo de juego, entran en calor los jugadores para enfrentar a San Telmo. El Tiburón debe ganar y esperar resultados para luchar por el primer ascenso, luego de perder en su último partido en Mar del Plata y complicarse la misión. Carranza le pide a los arqueros suplentes que practiquen un centro pasado, para que él entrene el despeje por atrás del arco. A veces no lo logran. Jorge se fastidia.
Ahora, nos encontramos en el vestuario feliz luego de una tarde épica: Aldosivi liquidó la victoria con San Telmo al mismo tiempo que la platea gritó un gol de Brown de Adrogué, sobre el final del partido contra Nueva Chicago, permitiendo que el Tiburón juegue la final por el primer ascenso a Primera. Vuelan botellas, camisetas, agua, frutas, cualquier cosa, en medio de los cantitos y el jolgorio. Solo Carranza está sentado. Observa. Los jugadores dan notas y lo miran a él cuando responden, poniendo un freno a la algarabía.
Parecen escenas de Michael Jordan en The Last Dance. El propio basquetbolista se retrató en la serie como un líder exigente, necesario para conseguir títulos. Sin embargo, en cada declaración pública o privada, los jóvenes del plantel de Aldosivi cuentan otro costado del capitán cordobés. "Cuando yo me caí, él se dio cuenta antes de que pase y me empezó a levantar. Hace lo mismo con todos. Es un grande", dice Nicolás Laméndola, uno de los más sinceros y espontáneos del equipo.
"No tengo voz, me quiero ir de vacaciones"
Su voz lastimada es lo primero que le reconoce a 0223 el arquero, y no hace falta que lo aclare: apenas puede hablar. El raid de emociones con las que convivió se exteriorizaron post ascenso: antes, el referente decidió no reflejarlas para mantener la concentración de su equipo. "Dijimos presente en un momento difícil, en un torneo complicado", recuerda Carranza. Su memoria lo lleva al principio del 2024. Lo llevó la incertidumbre hasta reunirse con Hernán Tillous, el manager de Aldosivi.
Después de las primeras conversaciones con el dirigente, se empezó a convencer. Jorge Carranza es un eminencia en Instituto de Córboba, proyectaba retirarse con los suyos pero Davobe no lo tuvo en cuenta este año. Intentó probar compitiendo para demostrarse que tenía las condiciones para seguir. Aldosivi le dio la cinta, el capitán empezó a construir su liderazgo y bajo los tres palos respaldó la confianza que tuvieron en él con su tremenda seguridad: en 20 de los 35 partidos que jugó no le anotaron goles.
Mar del Plata, determinante para su confianza
Aldosivi venció a San Telmo en la fecha final, se metió en el duelo por el ascenso y vive una semana extraordinaria. Hay más prensa en el predio, cola de hinchas buscando su entrada para la final contra San Martín de Tucumán y hace calor de verano sobre fines de octubre. El arquero frena y, marplatenses chochos con el clima del día, los periodistas le tiran un centro. Él tiene que cortarlos. "Mar del Plata es hermosa todo el año. Aunque sea invierno, entrenamos muy cómodos acá".
Para cualquier jugador, alejarse de la familia es un desafío que acostumbran a tomar. Sin embargo, tener 43 años y una vida establecida en Córdoba (es muy probable que siga lejos de esa ciudad por mucho tiempo más), le generó una costumbre difícil de afrontar a Carranza cuando tuvo que armar las valijas y viajar a La Feliz. Dejó a su hijo, por ejemplo, y lo sufrió. Pero la naturaleza de Mar del Plata, el acompañamiento de los compañeros, cuerpo técnico y dirigentes, el compromiso recíproco, le devolvió la energía para disfrutar de un año inolvidable.
"La ciudad se merece un equipo en Primera"
Sabe de ascensos, sabe de jugar en Primera, sabe de ciudades con pasión por el fútbol. Instituto de Córdoba es su casa. No obstante, la segunda es Mar del Plata y en apenas un año se convenció. A lo que fue transitando el arquero por cuestiones personales y a lo que paralelamente sucedía con el equipo, hay que sumarle un detalle no menor: en el 2024 regresó el clásico Aldosivi-Alvarado.
El Minella explotó y los medios nacionales ponderaron el derby marplatense. A pesar de un estadio que sufre el paso del tiempo, la pasión de esos encuentros y la efervescencia de la gente de Aldosivi por el protagonismo en su equipo durante el campeonato, lo vivió en carne propia el arquero. "Mar del Plata necesita una plaza en Primera porque es futbolera y nosotros le dimos eso a la ciudad", sacó chapa Jorge Carranza.
Ni retirarse, ni rendirse
Rosario, 3 de noviembre. Lo que trabajó en la semana Andrés Yllana sale a la perfección: Aldosivi domina a San Martín de Tucumán en el Gigante de Arroyito, le gana 2 a 0 y se encamina al título de campeón en la Primera Nacional. Sin embargo, el público no se relaja y está alerta: parece que el capitán no puede más.
Atamañuk estaba listo para ingresar, pero Carranza se pone de pie. "Vi el tablero, faltaban cinco minutos. Si quedaba más tiempo, salía, porque era lo que necesitaba el equipo. Pero pude aguantar", le dice a 0223 el arquero titular.
Fiel reflejo del liderazgo de Jorge Carranza. Primero, el equipo. Si es necesario resistir, se hace. Acompañar de afuera y tirar para adelante, también. Fue el más vehemente junto al entrenador en ponderar el logro cuando "muchos nos pegaban", en referencia a los malos momentos del equipo en la temporada. Lucho por él, "trato de honrar la profesión", suele decir. Y por los suyos.
"Estuve todo el año lejos de mis hijos. Pero siempre se puede competir, les di ese ejemplo. El fútbol también te deja esto y el ascenso es para la gente que trabaja por esto", cierra Carranza. Se refiere a su familia de siempre. Y a su nueva familia: Aldosivi de Mar del Plata.
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