Falleció Josefa Bonazza, la única persona que había sobrevivido al derrumbe de Gesell
La mujer, de 79 años, había perdido a su esposo en el trágico derrumbe del hotel Dubrovnik.
Por Redacción 0223
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Josefa Bonazza, la única persona que había logrado sobrevivir al trágico derrumbe del hotel Dubrovnik en Villa Gesell, perdió la vida de forma imprevista en la ciudad de Balcarce. La mujer fue internada días atrás, pero logró recuperarse, aunque una nueva descompensación terminó con su fallecimiento.
Bonazza, de 79 años, había perdido a su marido, Federico César Ciocchini, de 84, quien falleció en el departamento que ambos tenían en el edificio Alfio I, lindero al hotel derrumbado. La pareja oriunda de Balcarce estaba de visita para dejar en manos de una administradora el inmueble que usaban desde hacía años para sus vacaciones.
Su historia de drama e inspiración generó empatía en todo el país luego de que se conociera su relato sobre el terrible derrumbe que se llevó la vida de su marido y la empujó a pelear minuto a minuto por sobrevivir entre los escombros hasta ser la única persona rescatada con vida.
Hace dos semanas, Josefa había ingresado de urgencia al hospital municipal Felipe Fossati de Balcarce, su ciudad, debido a una descompensación que sufrió cuando ya descansaba en su casa luego de permanecer varios días internada, primero en Mar del Plata, a donde fue trasladada por las múltiples heridas que sufrió en el derrumbe.
Después de haber recibido el alta, la mujer volvió a descompensarse y esta vez no pudo ganar esta nueva batalla.
“Yo le decía: tesoro, fue un derrumbe, nos van a venir a rescatar”
Josefa, a quien llamaban “Pelusa”, contó tras recuperarse en Mar del Plata los primeros instantes de la catástrofe. “Escuchamos dos explosiones muy fuertes y luego se produjo el desplome del edificio”, relató la jubilada, quien quedó inmovilizada entre los escombros de lo que había sido hasta entonces su departamento de varios años.
“Yo trataba de tranquilizarme, al tiempo que notaba que mi marido no me respondía. En los primeros minutos, le pedí que no se moviera, le decía: tesoro, fue un derrumbe, ya nos van a venir a rescatar”, añadió. “Por suerte pude mantener la calma a pesar de lo que sabía que le había pasado a mi marido, porque sentí que fue instantáneo lo de él, pobrecito. Me queda el consuelo que no debe haber sufrido mucho. Estuvimos 48 años felices”, dijo Josefa.
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