"No sabían dónde se metían": a un año del derrumbe en Villa Gesell, no hay detenidos y las familias siguen destruidas
Nueve personas fallecieron y el dolor se entremezcla con la impotencia. La investigación pasará a una instancia clave, pero todavía no halló a los culpables de las muertes.
Por Redacción 0223
PARA 0223
El 29 de octubre de 2024 es una fecha que quedará en la historia de la Costa Atlántica y su emparentamiento con el descanso de los argentinos, el momento de divertirse y de relajar en alguna ciudad frente al mar. Villa Gesell venía de un triste suceso que mermó el flujo de turistas habitual cuando en enero del 2020 el joven Fernando Baéz Sosa fue asesinado a la salida de un boliche. Y el desmoronamiento de la ciudad como atractivo en los veranos tuvo una repercusión literal.
“Es la tragedia más grande que ha tenido la ciudad”, dijo un vecino del Hotel Dubrovnik en la mañana siguiente a la medianoche fatal. El mismo, defendió en su siguiente declaración a María Rosa y su sobrino, quienes estaban a cargo (vivían allí) del establecimiento que terminó con 10 pisos derrumbados. María Rosa Stefanic y Nahuel Stefanic fallecieron entre los escombros, al igual que Dana Desimone (novia de Nahuel), Javier Fabián Gutiérrez, Mariano Troiano, Ezequiel Matu y Matías Chaspman. Estos últimos cuatro llegaron hasta el lugar para hacer trabajos de mantenimiento. María Josefa Bonazza fue rescatada con vida, pero murió a un mes del hecho. Era de Balcarce y se hospedaba en el edificio de al lado con Ezequiel Fabián Ciocchini, su marido que también falleció.
"Escuchamos dos ruidos y se nos cayó todo encima”
Pelusa, como apodaban a María Josefa Bonazza, estaba acostada y oyó la caída ensordecedora. Vivió la tragedia en el cuerpo. El Dubrovnik había sido adquirido seis meses antes del derrumbe por la empresa Parada Liniers S.A., cuyo propietario principal es Antonio Arcos Cortés. Tras la compra, se iniciaron reformas que, según la abogada Graciela Bravo, representante de las familias de las víctimas, afectaron la base estructural del edificio.
El mismo día que el vecino describió la tragedia como histórica, horas después del suceso, demoraron a cuatro personas vinculadas a la obra. La misma pretendía reparar el ascensor y las escaleras para dejar el alojamiento óptimo de cara al verano. El Dubrovnik fue fundado en 1986 por una pareja de croatas en homenaje a su ciudad natal y el edificio, construido en forma de barco, se erigía como una de las principales torres de la villa balnearia con 43 habitaciones
Los croatas vendieron con el tiempo la propiedad, la compró una Sociedad Anónima dedicada a la hotelería. Sin embargo, el paso del tiempo con sus cambios culturales, el arribo masivo de jóvenes buscando otros tipos de hospedajes a Gesell y el violento asesinato de Baéz Sosa al que se le agregó la pandemia luego, fueron golpes al turismo que dejaron caer, entre otras cosas, el mantenimiento del hotel.
María Rosa y Nahuel Stefanic pusieron la ilusión al frente para apostar a la temporada 2025. La mujer era dueña, había vendido en abril pero se quedó para despedir a los clientes en el último verano. El sobrino, chef, buscaba coronar su trabajo de pre temporada con sus platos en enero. Quizás sin conocer a fondo la cuestión, tal vez por errar confiando en un gris que planteó la transición hacia los nuevos propietarios, encontraron la inesperada muerte.
El director de Inspección de Edificios de Villa Gesell, Nicolás Valdéz, indicó que se habrían realizado obras en el inmueble que no estaban comprendidas dentro de lo solicitado al municipio. La Justicia continúa investigando las irregularidades, sin embargo no hay ningún detenido por el caso.
Cómo sigue la causa y qué dato puede dar con los culpables
En principio, obtuvieron su excarcelación dos capataces y dos albañiles. Se trata de Celso Paco Pérez, Sergio Paco Laura, Miguel Choque Juchani y Diego González al igual que el arquitecto de la obra Jorge Enrique Bonavita y Rubén Taquichiri, el contratista a cargo de la ejecución de la misma.
"Hay cosas que no aparecieron. La camioneta en la que ellos iban a trabajar, supuestamente estaba en el edificio. Nunca apareció", le dijo a 0223 la mamá de Matías Chaspman, quien tenía una hija de seis años y viajó desde Mar del Plata para trabajar en la obra. Terminó muerto.
El pedido de una madre que se multiplica entre todas las familias. Un pedido de justicia. Mientras la Justicia sigue investigando, promete orientarse con las pericias. El último informe del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti) detectó irregularidades en el hormigón utilizado, entre ellas el uso de arena de mar, un material que degrada su resistencia, lo que llevó a solicitar ampliaciones del estudio técnico. Las obras no tenía autorización municipal. Graciela Bravo, abogada de los familiares de las víctimas, sostiene que "no había permiso de la Municipalidad para hacer la obra". La causa es por estrago culposo, pero todavía no tiene culpables.
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