Llegó de Perú hace diez años, vivió en la calle y se recibió de enfermera: la historia de Verónica

Vino a la ciudad en busca de oportunidades cansada de la discriminación y la marginalidad a la que había sido relegada en el ámbito laboral en su país natal por su condición de mujer trans. De a poco dejó atrás el trabajo en “la noche” y este jueves obtuvo su título como enfermera.

Después de mucho esfuerzo, Verónicacumplió su sueño de convertirse en enfermera profesional

15 de Diciembre de 2024 16:37

No es fácil, pero vale la pena intentarlo y se puede”, asegura Verónica en diálogo con 0223. De hablar tranquilo y bajo, no duda en reconocer que fue por su condición de trans que, debió dejar su Perú natal y venir a Mar del Plata sin escalas hace una década a probar suerte en un país menos conservador y, después de pasar  muchísimas vicisitudes este jueves logró obtener su diploma como enfermera y ahora aguarda por una plaza para desarrollarse profesionalmente.

“Siempre quise estudiar y dejar la calle”, dice Verónica al tiempo que reconoce que, cuando llegó a Mar del Plata “no tenía a nadie” y se encontró en estado de vulnerabilidad pero con la idea de progresar. “Estuve en situación de calle, no fue nada fácil”, rememora sobre sus primeros años en la ciudad en una época en la que todavía las disidencias eran estigmatizadas.

La mirada de Verónica se pierde en un punto fijo mientras recuerda que cuando llegó al país decidida a tener un futuro mejor “porque en Perú una cosa es ser disidencia siendo de clase alta, pero si sos disidencia y sos pobre te aislante te vas quedando sin posibilidades”, tuvo que afrontar diferentes situaciones que la vulneraban como no encontrar un lugar para vivir o ser discriminada por su condición en épocas en la que recién se implementaba en el país el DNI igualitario.

La de Victoria es, sin dudas, una historia de superación. Cuando llegó, para ganarse la vida y tener un lugar donde pasar la noche trabajó “en la calle” y ahí asegura que vio “de todo” y fue señalada no solo por la sociedad en general que por entonces no era tan inclusiva sino por los efectivos policiales que patrullaban por la denominada “zona roja”,. “Se nos burlaban, nos decían cualquier cosa, nos preguntaban nuestrs nombres biológicos”, rememora.

Fue entonces que decidió iniciar el camino que derivaría en su profesión actual. Empezó a estudiar cosmetología, se recibió y de a poco generó su cartera de clientes. “Iba con las máquinas en el colectivo a hacer tratamientos a domicilio hasta que tuve mi gabinete” recuerda con una sonrisa al tiempo que reconoce que si bien se “ganaba menos” lo priorizaba porque vivía más tranquila. Al poco tiempo inició, para ofrecer un servicio integral un curso de masajes relajantes-descontracturantes.

El paso por la casa de estudios terciarios no fue menos traumático. Intentó estudiar en un reconocido instituto de la ciudad y le informaron que la admitían en la institución, pero con la cognición de tratarla de acuerdo a la identidad que figuraba en su DNI. “Todavía tenía el dni biológico, después tramité el dni igualitario”, sostiene y asegura que al iniciar la carrera en un nuevo instituto y notar que se acercaba el momento de realizar las prácticas profesionales la embargó la incertidumbre: “¿Cómo sería la recepción por parte de los pacientes?” Afortunadamente Verónica tuvo dos pilares en su carrera académica que no la dejaron claudicar y la apuntalaron en todo momento.

“En este nuevo instituto -NdR Itepsa- me trataron como a cualquier alumno, me sentí integrada y una más tanto por el trato de mis compañeros como por el cuerpo docente. Pero fueron dos las docentes que siempre me ayudaron y me alentaron con un dale que vos podes: Micaela Soragni y Adriana Alessi. Ellas fomentaron la inclusión de la diversidad travesti-trans”, dice.

Verónica realizó prácticas en el sanatorio Houssay y en el Hospital Materno Infantil y, consultada sobre qué sector es en el que más cómoda se sintió no duda en responder “Neonatología”. “No me preguntes por que, pero Neo me encanta”, sostiene.

Ansiosa, Verónica puso en stand by su viaje a Perú para visitar familia y amigos a la espera de la llegada de la matrícula profesional que la habilite a ejercer profesionalmente. Días antes de la esperada colación de grado, "Fer", un amigo de Verónica que en esta entrevista oficio de asistente le escribió unas palabras para que ella pueda decir al momento de recibir su diploma.

Consultada sobre cuáles son sus proyectos a futuro, Verónica asegura que en principio piensa continuar con su centro de estética en paralelo a su desempeño como enfermera y que ya inicio los tramites, con su matrícula en trámite, para continuar desempeñándose en el ámbito de la salud pública y poder comenzar a cursar la licenciatura.

“Hoy mi mirada es altiva y mis ojos brillan de felicidad”, cierra.