El Torreón del Monje cumple 120 años: “El compromiso con Mar del Plata es mantenerlo en pie y que siga creciendo”

0223 dialogó con Nicolás Parato, uno de los responsables junto con sus hermanos Florencia y Rodolfo, y su madre; e hijo del empresario Domingo Parato, quien desde 1979 se hizo cargo del lugar y lo hizo protagonista para siempre de las temporadas veraniegas y sinónimo de Mar del Plata.

El Torreón del Monje cumple 120 años. Foto: Archivo 0223

28 de Febrero de 2024 19:26

El Torreón del Monje, emblemático e icónico edificio de la costa marplatense, cumple 120 años desde su inauguración y el aniversario se da en coincidencia con los 150 años de Mar del Plata. Con los años, ciudad y edificio se tornaron indivisibles y parte de una postal en la que millones de argentinos veranean año tras año, y motivo de orgullo para los marplatenses.

0223 dialogó con Nicolás Parato, uno de los responsables junto con sus hermanos Florencia y Rodolfo, y su madre; e hijo del empresario Domingo Parato, quien desde 1979 se hizo cargo del lugar y lo hizo protagonista para siempre de las temporadas veraniegas y sinónimo de Mar del Plata.

Para Nicolás es una fecha “muy especial porque se dio este toque tan singular de los 120 años del Torreón, y los 150 años de Mar del Plata, entonces nos agarra con grandes obras terminadas, muy positivas para la funcionalidad del complejo, como es el salón que se encuentra en la pedana, como las obras del balneario con las piletas, como la incorporación del gimnasio, los paradores que se encuentran tanto en la parte sur como norte de la unidad”. 

Según el joven empresario tanto él como su familia están “realmente muy contentos de estar celebrando estos 120 años y que va a poder ser en el lugar donde fue la última construcción que realizamos en la pedana de 1927”. 

- ¿Qué es el Torreón del Monje para vos, para tu familia? 

- El Torreón es un ícono, obviamente, de la ciudad, que nosotros con gran responsabilidad lo administramos y realmente hay un valor afectivo enorme en el lugar. Desde chicos que estamos acá, por supuesto tenemos como alma mater del “Proyecto Torreón” a mi padre, que él fue el ideólogo de que hoy el Torreón esté donde está y obviamente nosotros mamamos todo eso de chicos y tratamos de aprender de él a su lado, pero bueno, en respuesta a tu pregunta, para nosotros el Torreón es nuestra casa, nos criamos acá y tomamos con gran responsabilidad el lugar que ocupa en la ciudad, porque sabemos de la importancia que tiene el Torreón para el turismo, para los marplatenses. Entonces, tenemos este compromiso con Mar del Plata que es mantenerlo en pie y que siga creciendo el Torreón. 

- ¿Cómo fue criarse acá? Estaba tu padre en la época de gloria, si se quiere, esas temporadas cuando estaba lleno de famosos, había transmisiones, que sigue habiendo en mayor o menor medida, pero cómo era esa época. 

- Nosotros de chicos tenemos el recuerdo de estar entre dos sillas acostados durmiendo y escuchar el ruido desde el servicio gastronómico hasta los shows que había, pero sí, el recuerdo y obviamente más vivido con fotos y demás, de ver a mi padre en fotos con Olmedo, con Porcel, con Mercedes Sosa, ni hablar de la movida de verano con Juan Alberto Mateyko y, por ahí, estar acá y que esté Ricky Martin, y que esté Rodrigo (el Potro) tocando el piano que hoy se encuentra acá en la entrada del Torreón. Realmente, las paredes de este lugar tienen muchísima historia, muchísimas anécdotas y uno como chico que se ha criado acá hasta te diría desde dos roles, porque uno cuando es chico no entiende todavía el rol que ocupa en el lugar y venía más como visitante, venís a tomar algo, a ver, y uno disfrutaba, hoy con un rol más protagónico junto con mis hermanos y mi madre, y teniendo obviamente otro rol en cuanto a la participación en el Torreón, ve las cosas y ve para atrás y trata de asemejarlas con cosas que pasan hoy, que siguen pasando, obviamente, hay muchísimos famosos que se acercan al Torreón, hay transmisiones y demás. Pero obviamente que en la historia queda en la época de los ‘80s, los ‘90s, con esos famosos que venían, Susana Giménez, Olmedo, Porcel, Mercedes Sosa, Ricky Martin, Luis Miguel, etc.

- ¿Cuál es el futuro de este lugar? ¿Qué es lo que tienen pensado ustedes para darle continuidad a este ícono de la ciudad? 

- Estamos cumpliendo todos los proyectos que tenemos, estamos poniendo al Torreón en el lugar que se merece y que siempre estuvo en cuanto a la calidad del servicio, en cuanto a las obras que están haciendo para que los turistas y marplatenses puedan disfrutar, desde una experiencia en el balneario hasta el salón de eventos, hasta los shows que hemos traído en el verano y demás para que puedan disfrutar, pero obviamente siempre uno quiere más, tiene ese espíritu emprendedor que quiere que el Torreón siga creciendo más y no nos conformamos con el lugar en que se encuentra hoy, entonces como sueño es que el Torreón siga creciendo y que siga teniendo el buen camino que tiene, obviamente para crecer hay que hacer, entonces realmente seguir haciendo obras, seguir apostando al lugar, seguir creando nuevas propuestas que creo que es lo que más atractivo tiene para todos los que quieren visitar el Torreón. Estamos en ese camino.

La historia

Fue inaugurado en 1904, por encargo de Ernesto Tornquist, un miembro de la elite. La idea era la construcción de una torre con vista al mar para la cual se contrató al arquitecto alemán Karl Nordmann, que realizó un edificio que remontaba a la época medieval y denominó Torre Belvedere. 

Para 1929 se transformó en la sede del Pigeon Club local, un aristocrático espacio en el que se practicaba el tiro a la paloma, deporte preferido por la elite porteña que veraneaba en Mar del Plata.

Ya como Torreón del Monje, en la década de 1940 pasó a ser la sede del Círculo de Oficiales de la Marina, hasta finales de la década de 1960. Desde entonces permaneció cerrado y abandonado por más de 10 años hasta que el empresario marplatense Domingo Parato se hizo cargo del lugar en 1979 y comenzó a trabajar para convertirlo en una de las postales más notorias de Mar del Plata.

El mito que da origen al nombre

Tras la inauguración del lugar, Tornquist consideró que un edificio de las dimensiones del Belvedere necesitaba una leyenda. Fue así que un picapedrero italiano encontró un cofre entre las rocas cercanas al Torreón donde halló un papiro en el que se relataba la historia de amor fallida del soldado Alvar Rodríguez y una mujer india, junto con un plano y 50 monedas antiguas.

Según el manuscrito, hacia fines del siglo XVII existía una fortaleza construida sobre Punta Piedras, por el Padre Ernesto Tornero perteneciente a la Orden de los Calvos. En la torre vivía el soldado Alvar Rodríguez, encargado de custodiar el lugar y mantenía buena relación con los indígenas que provenían de la Reducción del Pilar, en Laguna de los Padres. Fue así que conoció a Mariña, la mujer indígena, y comenzó una historia de amor. 

Pero Mariña era la mujer elegida por el cacique Rucamará para formar una familia y al enterarse del romance que esta mantenía con el conquistador, decidió asaltar la fortaleza con el objetivo de apoderarse a la fuerza de la hermosa mujer. Su ataque tuvo éxito y se atrincheró dentro del Torreón. Pero el soldado logró escapar y prometió volver para rescatar a su amada.

Luego de varios intentos fallidos, Rodríguez decidió realizar una alianza con la joven india Nalcú, que había sido desplazada por el cacique y estaba dispuesta a traicionarlo. Nalcú visitó al cacique y con una poción lo adormeció, a él y a Mariña. Entonces pactó con los españoles para que atacasen a la fortaleza. 

En medio del ataque Rucamará despertó, tomó a Mariña, la subió a su caballo e intentó huir. Al notarlo, Rodríguez lo siguió y el jefe indio, al verse acorralado, se arrojó al mar con su amada desde lo alto de la barranca.

Rodríguez entonces, al ver que el precio de recuperar la torre fue la muerte de su amada se encerró en el lugar por el resto de sus días convertido en monje.

Cuentan quienes asistieron al lugar por la noche, que aún hoy, cuando hay luna llena, se oye el galopar de un caballo y se ve en lo alto de la torre la figura de una hermosa mujer morena vestida de blanco.