Dueños de gimnasios en alerta por los aumentos: "La gente va a empezar a elegir entre sus necesidades"
Si bien aseguran que la salida de la pandemia los ayudó a variar el público, temen que la realidad económica les reduzca la cantidad de usuarios. Cómo vive la crisis este sector.
Por Redacción 0223
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La pandemia de coronavirus llevó a que muchos sectores vieran reducida su actividad: uno de ellos fue el de los gimnasios, que recibió ayudas y exención de impuestos para paliar la crisis, y hasta propusieron ser declarados como "esenciales".
Sin embargo, la vuelta a la "cotidianidad" impulsó a muchas personas que antes no realizaban actividad física, a anotarse en clases y circuitos. "La post-pandemia realmente generó en la gente un cambio de hábito. Se sumaron personas nuevas y hubo muchas otras que empezaron a hacer actividad en la casa y después continuaron. También los médicos empezaron a recomendar ir al gimnasio, lo que antes no pasaba", contó a 0223 Mauro Perrota, propietario del gimnasio Red Line, y uno de los referentes de las actividades deportivas en Mar del Plata y la zona.
Esto implicó que la situación fuera buena para el sector, al punto tal que aún no sienten los efectos de la crisis económica, a diferencia de otros. "La situación todavía es buena también en natatorios, canchas de pádel y de fútbol. Seguimos trabajando bien", admitió Perrota.
Pero lo bueno no dura para siempre y la coyuntura no puede esquivarse. Por eso, el empresario asegura que se van prendiendo las luces de alerta, porque los costos están empezando a ser exponenciales. "Nosotros brindamos un servicio, no intercambiamos un bien de uso. Y por eso, nuestros gastos fijos también lo son: electricidad, gas, agua, alquiler, impuestos y sueldos, que han tenido un aumento entre 10 y 15% mensual", reconoció Perrota.
A pesar de ello, los aumentos no pueden trasladarse a los valores de las cuotas porque se volverían "impagables". "Eso baja la rentabilidad del negocio y, según la magnitud que cada uno tenga, es la espalda que tiene para afrontar una situación complicada que recién empieza", admitió Mauro.
A la vez, sostuvo: "Estamos empezando a ver las primeras consecuencias de la crisis, que es la falta de consumo. Todo se va incrementando de tal manera que en algún momento posiblemente haya gente que tenga que decidir si puede o no pagar el gimnasio frente a otras necesidades".
Mientras tanto, buscan formas para sostener la cantidad de usuarios y que la crisis no impacte de lleno en la actividad. "Es, por ahora, un periodo de atención y alerta. En unos meses realmente se va a empezar a definir un poco más cuál es nuestra realidad en relación a la cuestión económica", ponderó.
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