Juan Palomino: "El arte es un hecho político que habla de la condición humana"
El actor vuelve a Mar del Plata con "Sinvergüenzas" el 26 de julio. Habló con 0223 sobre la reposición de la obra que lo tuvo como protagonista hace más de 20 años, el rol del arte en tiempos de crisis, las políticas estatales y las nuevas disposiciones del Festival Internacional de Cine.
"Sinvergüenzas", la versión local de la obra "Ladies night", escrita por dos de los más exitosos dramaturgos y guionistas de Nueva Zelanda: Stephen Sinclair y Anthony Mccarten, y adaptación del famoso film The Full Monty. Versión original de Daniel Botti y la dirección de Diego Rinaldi vuelve a los escenarios marplatenses en vacaciones de invierno.
La obra protagonizada por Juan Palomino, Jorge "Carna" Crivelli, Luis "El Tucu" López,Alejandro Cupitó, Alexis Quiroga y Christian Sancho se presentará el 26 de julio a las 20:30 en el complejo de Arte Radio City- Roxy-Melany.
Antes de la función, Juan Palomino (el único de los integrantes del elenco que participó de la primera adaptación de la obra en el año 2000) habló con 0223 sobre la vigencia de la pieza teatral, los desafios de retomar una obra dos décadas más tarde, el rol del arte en tiempos de crisis, las políticas estatales y las nuevas disposiciones del Festival Internacional de Cine.
-Hicieron temporada con Sinvergüenzas, ahora vuelven en vacaciones de invierno, ¿Cuáles son las expectativas para esta nueva presentación?
-Volver a Mar del Plata significa estar en contacto con el público de vacaciones de invierno. La experiencia durante el verano fue buena a pesar de las circunstancias que estaba viviendo el país y que sigue viviendo el país a nivel económico. El poder adquisitivo... Entonces, volver a Mar del Plata, este 26 de julio, es volver a una plaza que nos ha recibido muy bien durante todo el verano del 2024. Venimos de una gira larga, extensa, por Entre Ríos, por Corrientes, Misiones, Chaco, Jujuy, Salta, parte de Santa Fe.
Esas giras emblemáticas que para mí significan el recorrido de una obra por distintos puntos del país y con el recibimiento muy cálido del público de las distintas provincias que hemos tocado. Mar del Plata para mí significa mucho porque mis padres, mis hermanos vivieron durante mucho tiempo en Mar del Plata, mis abuelos vivieron en Mar del Plata y fue la ciudad a la cual recalé en el verano del 78 cuando retorné a la Argentina para estudiar medicina y bueno, Mar del Plata un punto muy importante de mi vida donde también fue la primera vez que trabajé como como mozo en el café Geneve, ahí cerca de la peatonal San Martín sobre Corrientes.
-Participaste de la primera versión de la obra, ¿Qué le podes adelantar a quienes tuvieron posibilidad de ver esa puesta? ¿Hubo cambios respecto a esta versión?
-Fui uno de los que estrenó la obra ya por el año 2000 en el Complejo La Plaza, perdón, producido por Pablo Kompel y Marcelo Tinelli, con un elenco integrado por Fabián Vena, Cutuli, Esteban Prol, Totti Siliberto, Arturo Mali, el personaje más maduro, digamos, más grande y quiénes habla. En ese momento yo hacía el personaje más más joven, el personaje que ahora interpreta Alexis Quiroga, y ahora estoy haciendo el personaje Lole que interpretaba en su momento Arturo Mali, o sea, el personaje más maduro, más grande.
Han pasado 24 años, obviamente ha corrido mucha agua bajo el puente, paradójicamente la obra se estrena en un contexto político-económico particular donde la economía estaba haciendo estragos en la Argentina, donde, digamos, las políticas llevadas adelante por Carlos Saúl Menem estaban a punto de explotar y los ahorristas iban a quedarse sin sus ahorros, iban a ser expropiados, como lo fue en el año 90-91 con el Plan Bónex de Herman González, y creo que en ese sentido, sinvergüenza, la versión de la película Full Monty de Peter Cataneo representa ese momento, ese momento de la historia, como lo representa ahora, desocupados, gran cantidad de argentinos que quedan desocupados y que intentan encontrarle la vuelta para recuperar la autoestima, la dignidad, el respeto, que se pierde generalmente cuando uno queda sin trabajo, a determinada edad, y tanto la película como la obra en sí, Ladies Night, manifiestan eso, es una respuesta a la condición de desocupado producto de políticas económicas llevadas adelante, en este caso por gobiernos como el de Margaret Thatcher en la década de los 80, donde el neoliberalismo se puso en primerísimo primer plano y luego tomado por Carlos Saúl Menem, llevado adelante también por la dictadura cívico-militar de la mano de Martínez de Hoz, luego Domingo Cavallo, que en ese sentido se emparentan, y hay un toque distinto de la versión de Diego Rinaldi en esta versión 2023-2024, que es la ruptura de la cuarta pared, los personajes van hacia el público, en el final, que esa sería, digamos para mí, la sorpresa de esta nueva versión que llevó adelante Diego Rinaldi.
-¿Por qué volver a hacer comedia?
-Que una comedia sea la que plantea esta gran dificultad me parece inteligente, me parece lúcida. No hay nada mejor que una comedia para hablar de temas que son profundamente dolorosos. Perder el trabajo quedarse fuera del sistema que el sistema te expulse te excluya y que sea una comedia la que toma esa problemática y la expone y el público pueda divertirse y reflexionar al mismo tiempo, me parece inteligentísimo de parte de la versión que escribió Botti y, obviamente, la mirada y la puesta en escena de la dirección, como la comunicación entre cada uno de los actores.
En esta versión, es un elenco muy ecléctico, donde cada uno tiene un recorrido distinto. Tenemos al Tucu López, que viene de la conducción, que viene de la locución, pero que aporta con potencia, con inteligencia, con humor, un mencho que es muy efectivo en el relato, en el género de la comedia. Alexis Quiroga, "el cone", que viene del Gran Hermano, que viene del bailando, que viene de trabajar la tierra. En Córdoba también vibra con sus localismos, su identidad cordobesa y su forma de hablar, tanto el tucu como Alexis aportan esa nacionalidad que tiene la Argentina también, que se corren del porteñismo, y eso yo lo celebro y me parece que está muy bueno. Entonces cada uno desde su convicción y su historia le aporta un toque distinto.
Lo mismo Cristian Sancho, lo mismo Alejandro Cupitó. Creo que en ese sentido la obra ha crecido porque por la mirada de cada uno de los integrantes la génesis o la genealogía mejor dicho de cada uno de los de los actores le dan un componente muy muy brillante y la convierten en una comedia brillante, una comedia muy masculina, de universo masculino, con mucha testosterona, con mucha irreverencia, y desde el lenguaje, desde los temas que se tocan, cómo se tocan y cómo se resuelven. Ahí está la clave. Seis energías, una mirada de construcción desde afuera, de parte de la dirección de Rinaldi, una versión de Botti y circunstancias que están atravesadas por él aquí y ahora. Pero brilla la comedia, brilla.
-Mas allá de la comedia, es una obra que también invita a la reflexión y tiene un disparador latente en esta época para los argentinos como lo es el desempleo. ¿Cuál es, para vos, el rol del arte en estos tiempos?
-Obviamente que la obra invita a la reflexión, como decía anteriormente, la exclusión de un sistema, el quedarse sin trabajo, el no tener la posibilidad de tener un sustento, trae aparejado la depresión, trae aparejado la... el autoestima baja, trae aparejado... no encontrar una luz. Y que sea una comedia la que toma esta problemática tan puntual es uno de los grandes hallazgos del arte, digamos, o del género teatral en este sentido, en una realidad donde la ficción en la televisión y en el cine es muy poca en nuestro país. O sea, miren, estamos frente a una situación compleja, no solamente para la cantidad de argentinas y argentinos que en este momento estén atravesando una situación compleja a ese nivel, sino que también toca al colectivo de actores, actrices, dramaturgos. Si bien nosotros estamos más acostumbrados a la discontinuidad laboral, porque trabajamos por temporadas, es una situación compleja.
El rol del arte pone en primerísimo plano la problemática. Un artista, un actor, una actriz, un director, un dramaturgo, un cantante, un músico, un poeta, son personas que pueden estar tocando distintas notas o distintos géneros musicales o teatrales, pero que están hablando de una realidad en su mayor parte. No solamente somos entretenedores, sino que también el arte es un hecho político y al ser un hecho político está hablando de la condición humana y de la circunstancia que vive una determinada sociedad o nuestra sociedad. Constituir una sociedad para pocos es un hecho político. Quedarse sin trabajo producto de medidas económicas que ya han sido aprobadas es un hecho político. Tener una convicción, que los personajes tengan convicciones y que los actores y actrices también tengan convicciones, es un hecho político.
Por lo tanto, el arte es esencial en ese sentido porque nos permite o les permite a aquellos que tengan la posibilidad, que hay que ser realistas también, de pagar una entrada a ver una obra de teatro o una película en el cine o pagar el servicio de cable que ahora está liberado para que las empresas puedan poner o estipular el precio que se les cante. Es un hecho político. Entonces, ¿cómo no estar en relación directa con esa realidad? Más allá de las propias contradicciones que tiene un sistema. Estamos hablando de arte y al mismo tiempo estamos hablando de problemas económicos. Todo el mundo tiene la posibilidad de pagar o el cable, de ir al cine, de ir al teatro, irse de vacaciones, tener cuatro comidas al día o tres comidas al día. Entonces, para mí, yo elegí ser actor para contar historias que me representaran en determinados momentos de mi vida y me parece que en este sentido, sin vergüenzas, a pesar de lo que estoy diciendo, que está montado en una obra de teatro que empezó en el teatro comercial y ahora está de gira por el país, depende de aquellos que tengan en este momento la posibilidad de pagar una entrada. No soy ajeno a esa realidad, ¿no? Pero bueno, para eso también está el Estado, contrariamente a lo que se construye desde la mirada de ahora, que el Estado tiene que tener políticas culturales, políticas para todos.
Cuando se contrata a un artista por una determinada obra de teatro o un recital, es precisamente para todas aquellas personas que puedan acceder gratuitamente a un espectáculo o una entrada mínima, como es el caso del San Martín o del Teatro Cervantes, o la Comedia de la Provincia, de cualquier provincia que tiene una entrada mínima o gratuita para que el público, porque paga sus impuestos, también pueda tener la posibilidad de acceder al arte, al teatro, a la música, al ballet, al cine. Entonces, creo en ese sentido que el arte es esencial en todos los tiempos y que las políticas culturales, las políticas de Estado culturales son más que esenciales, porque es devolverle a una sociedad la posibilidad de participar activamente en hechos culturales, artísticos culturales. Creo fervientemente en esa construcción.
-Están girando por todo el país con esta obra, ¿Hay diferencias en las reacciones del público en el interior?
-Hay diferencias porque son distintas idiosincrasias, ¿no? Entre la calle Corrientes, la provincia de Buenos Aires y las distintas provincias que integran nuestro país. Claro que sí. Y tienen que ver muchas veces con la exteriorización del momento, en el momento. Están frente a una obra como la que estamos haciendo nosotros de gira. Pero lo que sí sucede, y esto está medido, que a partir del minuto 5, con el primer chiste, después de una situación bastante compleja, que es la que plantea mi personaje, el primer chiste que plantea Jorge Crivelli, carna, en el minuto 5, el público empieza a aflojar y no para de reírse y de generar endorfinas. Estamos hablando de una situación compleja. Pero la inteligencia, la irreverencia, la... la claridad de los personajes desarticulan cualquier tipo de... de forma de ser, por ponerle un título, ¿no?
Hay provincias que tienen una forma de vivir el día a día y son características. Y esas características se van aflojando, que podemos decir incluso que pueden llegar a ser conservadoras, para ponerle otro título, pero se van diluyendo a medida que va transcurriendo el tiempo y eso es maravilloso. Eso lo provoca la... el estar en relación directa con... con el hecho vivo que es el teatro, ¿no? La inteligencia de los actores, la inteligencia de la obra planteada por Botti, la mirada astuta de la dirección de Rinaldi, creo que todo eso se conjuga y hace que el público, a pesar de ser distinto en cada región del país, pueda estar ahí atento en el hecho vivo.
Actualidad, Festival de Cine y políticas culturales
-Siempre te caracterizaste por expresar abiertamente tus ideas, ¿Qué lectura hacés de la actual situación del Incaa y las politicas culturales en realidad?
-Nuestro Instituto de Cine es un vector fundamental en lo que se refiere a nuestra identidad. El Instituto de Cine tiene que seguir caminando, tiene que seguir funcionando, y es una obviedad lo que te digo, pero al parecer es decir que no. No creo que se cierre. Seguramente tiene una mirada gerenciadora, porque la persona que está en este momento en el Incaa tiene ese concepto, ¿no? Gerenciarlo, que sea un hecho comercial, un hecho comercial de un instituto que lo que promueve o tendría que promover es la generación de distintas miradas desde lo cinematográfico, y no solamente si las salas explotan.
También el Instituto de Cine es el espacio para que los nuevos cineastas puedan realizar su primer película. ¿Que hay que revisar algunas cosas? Es verdad. Pero no caracterizar al Instituto Nacional de Cine de Artes Audiovisuales como un espacio a destruir.. Ni en las últimas dictaduras cívico-militar se atrevieron a tanto. Pero bueno, es un mensaje, un mensaje disciplinatorio a un colectivo que se ha caracterizado por estar más a favor de políticas públicas, políticas de Estado, políticas culturales que entiendan que van en defensa de la identidad de un país y que esa identidad a la vez genera inversiones o esa mirada identitaria genera y atrae inversiones para seguir produciendo, en este caso, cine, porque se ha caracterizado el cine argentino, el nuevo cine argentino, el cine testimonial argentino, el cine de género argentino, se ha caracterizado en todo el mundo por ser un cine efectivo, un cine que no ha tenido dudas en desnudar las atrocidades que se vivieron en la última dictadura, un cine que no ha dudado tampoco en mostrar la capacidad que se tiene para mostrar el cine de género con todas las limitaciones de muchos casos.
Me parece que la mirada gerenciadora de un país no es la que yo comparto. Ya se lo ha intentado con las políticas económicas de Martínez de Hoz, con las políticas económicas llevadas adelante por Herman González, Cavallo y toda la caterva de de ceos de empresas en el menemismo Se quiso llevar adelante la misma política y volvió el FMI de la mano de Macri y su ministro Caputo que fue defenestrado por este presidente que tenemos ahora y que ahora lo pone como héroe en la gestión, el mismo Caputo.
Hay épocas en que pareciera ser que la cultura, lo artístico, lo contestatario molesta a determinados sectores del poder que son precisamente aquellos que tienen miradas gerenciadoras en la conducción de lo que es un Estado. Un Estado no se lo destruye, como dicen algunos, que hay que destruir o son espías encubiertos para destruir desde dentro el Estado. Alguien que dice eso realmente me parece deleznable, porque el Estado lo constituimos entre todos, que existan focos de corrupción es un hecho aislado del Estado. Pero no todos los que constituyen el Estado tienen esa vocación, no se puede decir sueltito de cuerpo que uno es un topo y que viene a destruir desde adentro del Estado, cuando él forma parte del Estado y conduce el Estado, y habla de pactos y habla de políticas económicas. En fin, ese es mi punto de vista.
-Sos un poco uno de los referentes en cada edición del Festival de Cine... hace quince días Incaa confirmó que se hará cargo de la programación pero que el evento se realizará con aportes privados ¿Qué opinión tenes al respecto?
-Es verdad que he participado en muchas ediciones del Festival de Cine de Mar del Plata. He ganado un premio con la película Diablo de Nicanor Loretti, la mejor película argentina. El Festival de Cine Argentina es un festival de clase A, único en América Latina, en América del Sur. Es el único festival de clase A de habla hispana y siempre dependió del Inca. Fue presidido por José Martínez Suárez, gran director y maestro de cine, hermano de Mirtha Legrand. El Festival de Cine de Mar del Plata que se ganó en un gobierno justicialista, le ganó a otras sedes que se plantearon en su momento. Es un faro y es referencial y siempre estuvo bajo la órbita del Incaa. Ahora que el Inca está en observación, por ponerle un nombre, y está cerrado, van a ser dos meses, que ahora llamen o anuncien, mejor dicho, que funcione el Inca, y dentro del Inca el Festival de Cine de Mar del Plata tenga que ser con aportes privados, no me parece mal, en primera instancia, porque el festival se tiene que hacer. Y creo, en ese sentido, que el Inca tiene la suficiente capacidad para llevarlo adelante, ya sea con aportes privados o con aportes del Estado que vienen del Enacom, no de los impuestos, en forma directa.
Ahora me he enterado que para participar dentro de lo que sería el festival y ser elegida, la película tenés que hacer un aporte en dólares, lo cual ya me parece que es una manera de generar ciertas rispideces entre los que quieren participar.
Obviamente que una película con una producción muy grande no va a tener ningún inconveniente, tampoco son montos exagerados, pero sí ya te plantean esta forma de gerenciar, de gerenciar un país, que es lo que se pretende, y de gerenciar obviamente un instituto de cine, lo cual no me parece, con lo cual a mí tampoco me parece que uno tiene que gerenciar un país, uno tiene que llevar adelante un proyecto, que tiene que gestionar, que no es lo mismo que gerenciar, que no es lo que le conviene, y lo que conviene solamente a nivel económico, sino lo que conviene a nivel la idiosincrasia y a nivel identitario. Aportes para el festival de cine, bienvenidos sean de distintas empresas que quieran aportar, porque lo hacen en muchas partes del mundo, en Brasil Petrobras, por ejemplo, pone muchísimo dinero para el festival de Río, o bancos, y hace muchos aportes también para películas.
Quizás la ley de mencenazgo podría ser un factor fundamental para la realización de este tipo de proyectos o de eventos que tienen que ver con nuestra identidad y con nuestro cine, que es esa red de espejos que nos proyecta al mundo. Eso para mí no es un inconveniente, si es un inconveniente la mirada gerenciadora, simplemente gerenciadora y no inclusiva.
*Las entradas para "Sinverguenzas" se pueden adquirir por sistema Plateanet y en la boletería del teatro ubicado en San Luis al 1700.
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