Del descenso con River a trabajar en el campo: la nueva vida de un ex jugador del "Millonario" que cargó con todas las críticas

El descenso de River Plate en 2011 aún deja huellas profundas en los hinchas. Aquella tarde del 26 de junio marcó uno de los momentos más dolorosos en la historia del club de Núñez. Más allá de la tristeza colectiva, fue el punto de partida de una renovación que, con el tiempo, devolvió al “Millonario” al lugar de privilegio que hoy ocupa. Sin embargo, algunos protagonistas de aquel capítulo quedaron marcados para siempre.

Uno de ellos fue el defensor paraguayo Adalberto Román. Llegado desde Libertad con el aval de su solidez defensiva, Román fue apuntado por buena parte de los hinchas como uno de los grandes responsables de la pérdida de la categoría, especialmente por la recordada mano en la promoción frente a Belgrano. Ese episodio lo convirtió en un blanco constante de críticas, complicando su continuidad en el club.

Tras su paso por River, Román emigró al fútbol brasileño, donde vistió la camiseta de Palmeiras. Paradójicamente, también allí vivió un descenso, aunque tuvo su revancha al conquistar la Copa de Brasil en 2012. Luego de esa etapa agridulce, regresó a Paraguay, donde defendió los colores de Libertad, Cerro Porteño y Sportivo San Lorenzo. Con la llegada de la pandemia de COVID-19, decidió poner punto final a su carrera profesional.

Una nueva vida lejos de las canchas. Alejado del ruido mediático y del peso de las críticas, Román volvió a sus raíces rurales y se instaló en el campo, donde hoy se dedica a la ganadería. Entre el trabajo con los animales y las tareas diarias, el exdefensor encontró la serenidad que durante años le fue esquiva en el mundo del fútbol.

A pesar de haberse retirado, el fútbol sigue presente en su vida. En su tiempo libre, Román juega a nivel amateur en el Club Deportivo La Colmena, donde mantiene viva su pasión por la pelota, aunque sin las presiones que lo acompañaron en sus años como profesional.

Lejos del Monumental y del ruido de las tribunas, Adalberto Román logró reinventarse. Hoy, el exjugador que fue señalado por muchos como símbolo de una caída, disfruta de una vida sencilla y tranquila, demostrando que siempre hay lugar para comenzar de nuevo.