Las casonas e iglesias que quedan en pie en la manzana fundacional de Mar del Plata

Los orígenes de Mar del Plata como ciudad dan cuenta de una iglesia de piedra y cal erigida en lo alto de una loma, una chacra y una casona que forman parte de la primera postal de la ciudad que se emplazan en lo que se denomina “Manzana fundacional”.   

Lo cierto es que hace 151 años, lo que hoy conocemos como la manzana comprendida por las calles San Luis,  3 de Febrero, Córdoba y 9 de Julio, era la lomada en la chacra que tenía Don Patricio Peralta Ramos y donde ordenó construir en memoria de su difunta esposa Cecilia Peralta Ramos una capilla desde donde se podía observar el incipiente caserío que se extendía en torno al arroyo Las Chacras y daría origen a la ciudad emblema del turismo social en el país.

La manzana es considerada ahora “Manzana fundacional”. Esa piedra fundacional del incipiente caserío de paja y adobe comenzó a construirse en 1874 y su elección como primer mojón de la mensura de Mar del Plata se definió por tratarse de la única construcción de piedra y cal revocada de la zona.

Así, el ingeniero Carlos de Chapearouge, responsable del trazado de las calles del nuevo pueblo, eligió el rumbo de la traza paralelo a la capilla, hacia el lado de la calle San Luis. Desde allí midió 100 varas (cada vara tiene 0,86 metros) y determinó cada manzana. Por ese motivo, las cuadras marplatenses miden 86,60 metros, además de las veredas.

Con el correr de los años, la manzana fue poblándose. Para 1921, la chacra había disminuido sus dimensiones considerablemente y la familia Larco Jáuregui compraron un lote sobre la calle 3 de Febrero y allí apostaron a la construcción de una vivienda en dos plantas que aún hoy llama la atención por su diseño a marplatenses y turistas.

Conocida como “La casa del Balcón”, la propiedad que fue declarada patrimonio histórico fue realizada por Ferruccio Bianchi Boldrini y cuenta con un balcón de madera que sobresale de la estructura de piedra que reviste la fachada de la vivienda. Desde el Ente Municipal de Turismo y Cultura (EnmturyC) destacan que la casona “fue una propuesta alternativa a los grandes caseríos de la época” y cuenta con un estilo pintoresquista “de sesgo español”.

En la cuenta del ente que preside Bernardo Martín sostienen que “el balcón cubierto con  volumen de madera con ménsulas torneadas, es el gran protagonista de la fachada que, junto al recurso de retraer un sector de las medianeras para generar una suerte de estar, desde el cual puede verse el mar, refiere al lenguaje íntimo y bucólico propio de tal pintoresquismo, traducido además a través de los materiales: piedra rústica, madera hachada, símil piedra y cubiertas cerámicas”.

“Otra particularidad es que en una época del año, la fachada principal y las medianeras se cubren de enredaderas, que van cambiando su coloración dando a la casa una singular belleza y atractivo”, sostienen.

Además de la Capilla de Santa Cecilia y la Casa del Balcón, se encuentra en la manzana mencionada una tercera construcción declarada Patrimonio histórico: Villa Tata, que data del año 1932, en dos plantas.

“Con un proyecto de estilo hispanizante, el cual se manifiesta en el uso de escudos, ménsulas, cornisas, torretas, aleros con tejas españolas y puntales” Indican desde el EmturyC. En la fachada se utilizan varios materiales como ladrillo visto, revoque, tejas, madera y molduras de concreto, teniendo un basamento conformado por un revestimiento de piedra. 

La vivienda fue construida por Juan Gentelin y sus proyectistas fueron el arquitecto Bartolomé Raffo y el ingeniero P. Sarmiento. Bartolome Raffo fue su propietario original. 

El cementerio que se convirtió en Villa de verano

Aunque técnicamente no se encuentra en la manzana fundacional, sobre la mano de enfrente a la capilla de Santa Cecilia se erige Villa Titito, en lo que se supone fue el primer cementerio de Mar del Plata. La construcción de la villa comenzó cuando se trasladaron los restos del viejo cementerio al Cementerio de la Loma.

"Villa Titito" se materializó entonces como el primer chalet de estilo pintoresquista de Mar del Plata realizado en madera y ladrillo, con un  falso pains de bois, mojinetes  y pendientes, galería de balaustres y columnas de madera con cubierta de tejas francesas con diferentes pendientes.

El matrimonio Fresco-Peralta Ramos, propietario de la vivienda, tuvo diez hijos y tras el fallecimiento de ambos la casa comenzó a experimentar una curva descendente. Las condiciones del país y de la familia cambiaron, las opiniones sobre la propiedad fueron diversas entre los familiares mientras el tiempo seguía su curso y el deterioro se apoderaba del inmueble.

En la década del 90, .la propiedad fue alquilada por la familia con fines comerciales con el nombre de “Sea Village” y luego “Robin Hood”, aunque los emprendimientos no funcionaron, según dicen, porque el lugar se encontraba "embrujado". La creencia radicaba en que el edificio se levantó sobre el primer cementerio de la ciudad y, por las noches se escuchan en los alrededores de la vivienda voces de las ánimas que se niegan a dejar el lugar.