El último adiós a Ricardo Fort... solo

por Daniel Ambrosino

La muerte de Fort a los 45 años desató más de un comentario. Desde la sorpresa por su juventud, hasta la sensación de que podía pasar por la vida que llevaba, sus múltiples operaciones y esa impronta de querer llevarse al mundo por delante…

Lo cierto es que después de soportar terribles dolores, de sentirse abatido por ellos y aceptar casi dócilmente que no tenían fin, una hemorragia gástrica masiva derivó en un paro cardiorespiratorio y así se esfumó la vida de un hombre que tenía alma de niño y gustos excéntricos.

Sus restos son velados en una casa de sepelios de la calle Córdoba. Pero a diferencia de todo lo que Fort quería, está solo. Su familia no dejó entrar a nadie a verlo ni despedirlo. Solo 9 personas allegadas, quizá los que no estuvieron juntos ni pegados mientras él vivía… son los que están acompañando sus restos.

Sin “fiesta” de despedida como el quería, sin amor del bueno, sin las lágrimas de quienes lo adoraban, sin la mano cálida de sus fans ni la mirada comprensiva de los que llegaron a su corazón, Ricardo está siendo velado.

En la sala velatoria de Palermo solo 9 personas lo acompañan… Ningún familiar directo estaría en el Salón Dorado de la casa de sepelios. Otra imagen más de la distancia que protagonizaba el chocolatero y su familia… Un triste último adiós.