Lo juzgan por matar, descuartizar e incendiar el cuerpo de su amigo

El cadáver de Walter Farías apareció en el bosque Peralta Ramos. Juan Ignacio Novoa lo mató en su negocio y trasladó el cuerpo en un flete. Ocurrió en enero de 2012.

El acusado está alojado en la cárcel de Dolores. Foto: archivo 0223

20 de Octubre de 2014 19:28

Por Redacción 0223

PARA 0223

Una semana de audiencias y al menos 80 testigos. Si bien a un día de su inicio estos son los datos que maneja la secretaría del Tribunal Criminal 1, los mismos podrían disminuir este martes cuando Juan Ignacio Novoa ingrese a la sala donde será juzgado por el asesinato de su amigo Walter Farías ocurrido en enero de 2012.

En la investigación a cargo del fiscal Juan Pablo Lódola que realizó la Dirección Departamental de Investigaciones quedó acreditado que el jueves 12 de enero Novoa le disparó tres veces en la cabeza a su amigo. Farías se había instalado en la casa de su atacante –en Lavalle al 2900- poco antes. Si bien uno actuaba como dealer y otro como comprador, ambos compartían una grave adicción a las drogas.

Según confirmaron algunos de los investigadores a 0223, la estadía de Farías en esa casa generó múltiples conflictos. Las reuniones y fiestas en la vivienda daban espacio a diferentes hechos de violencia entre ambos que se repitieron hasta que Novoa lo mató en el local comercial de Alvarado entre Córdoba y Santiago del Estero.

Durante los días siguientes, y antes de que los familiares del fallecido radicaran una denuncia por su desaparición, Novoa realizó distintas consultas en buscadores de internet –registradas en la computadora secuestrada- acerca de la mejor manera para hacer desaparecer el cuerpo.

La defensora oficial Carla Auad tendrá por delante la misión de comprobar que el asesinato –sobre el que no hay discusión sobre el autor material- se produjo bajo los efectos de la severa adicción a la cocaína que tenía Novoa. Un planteo similar que pidió el sobreseimiento con anterioridad fue rechazado por la Justicia de Garantías.

Lo cierto es que -tras comprar una motosierra- descuartizó a Farías en el baño del local. Las pericias de la policía científica confirmaron que tras fracasar en la limpieza de las manchas de sangre, pintó algunas paredes del negocio hasta que solicitó la ayuda de su amigo Adrián Galluzo -imputado de encubrimiento agravado- para deshacerse de los restos.

En un flete que contrataron telefónicamente, los dos amigos cargaron restos de maderas y unos muebles en los que ocultaron los trozos desmembrados de Novoa. Cuando la camioneta los dejó en el bosque Peralta Ramos, prendieron fuego los restos y volvieron al centro de la ciudad.

Mientras la denuncia por averiguación de paradero de Farías comenzaba a recorrer comisarías, un cartonero halló los restos consumidos parcialmente por el fuego. La tarea de Policía Científica permitió identificarlo rápidamente.

Novoa fue detenido horas más tarde y quedó inmediatamente detenido. Pasó el proceso alojado en la cárcel de Dólores y regresará a la ciudad para participar del juicio. Galluzo llega a esta instancia en libertad.

Desde este martes los jueces Facundo Gómez Urso, Aldo Carnevale y Pablo Viñas, escucharán a los testigos solicitados por el fiscal Juan Pablo Lódola y las defensas de los imputados en siete audiencias consecutivas. Los últimos incidentes en Tribunales y las amenazas que durante el proceso realizaron algunos allegados de la víctima a Novoa definieron un operativo especial de seguridad en la sala.