Kimberley recibió un cachetazo a la ilusión

El “dragón” fue superado ampliamente por Rivadavia de Lincoln, que lo goleó por 3 a 0 en el José Alberto Valle y dio un paso gigante a la clasificación. Los de García, dependen de un milagro.

Barboza capturó el rebote de su propio remate que había rechazado milagrosamente Corti, y selló el 2 a 0 que fue un golpe de nock out para Kimberley. (Fotos: Diego Berrutti)

18 de Enero de 2015 20:08

Sin atenuantes. No se puede hablar de merecimientos, ni de mala suerte, ni de fallos arbitrales. La cruel realidad, es que Kimberley tuvo enfrente un rival que mostró en el José Alberto Valle todo lo que se hablaba de ellos en la previa, que era de los peores conjuntos que podía tocar en la primera fase de playoffs y que está armado para pelear el ascenso. Y todo eso, Rivadavia de Lincoln lo ratificó en Mar del Plata, con una muy buena actuación colectiva, altos puntos individuales y contundencia frente a Morata, para volverse con un 3 a 0 que deja la serie muy complicada para el “dragón”, que fue impotente, que se sintió superado y, encima, perdió a Giuntini que se fue expulsado en el final. El próximo sábado, la revancha en el “Coliseo” rojo.

Estaba claro que no iba a ser un partido fácil para Kimberley, y que Rivadavia suele jugar de la misma forma de local y visitante. Por eso, no sorprendió que saliera a presionar bien adelante, y que en 10' tuviera tres ocasiones claras de gol. Primero hubo un cruce provisorio de Corti para ahogar el remate de Barboza y después Morata tuvo que hacerse enorme para tapar los disparos de Colapietro y Rinaldi, respectivamente.
 
Recién a los 13', Kimberley se acercó al arco de Starópoli, con un centro desde la izquierda que cruzo todo el área, le quedó a Hidalgo, pero el "paisa" no se animó a patear, tocó adentro y despejó la defensa. De todas formas, la visita seguía siendo más y llegó a la merecida ventaja: ganó Tolosa por la derecha, sacó el centro bajo, Barboza ganó la posición y, en el momento menos esperado, metió el remate bajo, contra el caño izquierdo de Morata que nada pudo hacer.
 
El "dragón" sintió el impacto, pero trató de tranquilizarse y empezó a mover la pelota. Giuntini no se podía hacer eje y lo mejor lo mostraba cuando podía meter cambios de izquierda a derecha, que le costaban a la defensa visitante. En una de esas, Flores llegó libre por su sector, se llenó el empeine, pero le salió muy centrado y respondió bien el arquero StarópoliSi bien Kimberley equilibró las acciones y tenía más la pelota, la visita era más simple, más claro y cada vez que lograba atacar, parecía que podía lastimar, con precisión en velocidad y llegada con sorpresa por las bandas. El conjunto de Damián García necesitaba más de Giuntini y De Hoyos para llevar peligro. Y así fue. En la primera que pudo desequilibrar la "garza", se sacó tres hombres de encima con suma facilidad, pero chocó con el rápido achique del exAldosivi, que tapó con todo el cuerpo. 
 
Kimberley se iba al descanso en desventaja, pero con la sensación de que había levantado el nivel. Sin embargo, recibió un baldazo de agua fría en el final, Tolosa volvió a ganar por la derecha, sacó el centro atrás para Barboza, que remató, salvó de manera milagrosa Corti, pero el rebote le quedó al "9" que no perdonó y llevó a su equipo con ventaja de dos al vestuario.
 
Inevitablemente, Kimberley salió parado más adelante en el campo, aunque le costó mucho llegar con peligro. El ingreso de Grande por Servera le dio más juego, pero no le agregó profundidad. Los minutos corrían con Rivadavia tranquilo, y el local sin desesperarse pero obligado a ir por el descuento.
 
El segundo tiempo fue mayoritariamente chato. Porque a la visita le convenía, estaba muy cómodo con el resultado y no tenía mayores intenciones de soltar mucha gente que pudiera dejar espacios para una contra de Kimberley. El “dragón”, por su parte, tenía ganas pero carecía de juego e ideas, entonces se repitió en centros que cayeron todos en las manos de Starópoli, o remates desde afuera, débiles o sin dirección.
 
Los cambios fueron enfriando aún más el juego, Schiavi sacó a Rinaldi (en el podio, junto a Tolosa y Barboza) y el partido se encaminaba sin novedades al final. Pero la tarde tenía preparada una mala noticia más para Kimberley. En realidad dos: a los 41’, el ingresado Velázquez dibujó una gran maniobra individual por el sector izquierdo, llegó cara a cara con Morata y definió con clase para el 3 a 0. Golazo. Dos minutos después, preso de la impotencia, Giuntini cometió una dura infracción, Rondanina le tiró un pelotazo al jugador que estaba en el piso y Cendra no tuvo otra que mostrar la roja al “enganche”, cuando pareció más grave lo del delantero que había entrado apenas dos minutos antes.
 
El final del encuentro mostró dos caras que expresaban claramente las sensaciones. Mientras los de Rivadavia se fueron festejando, exultantes, sabiendo que dieron un paso importantísimo y que tienen un pie y medio en la próxima ronda, los jugadores de Kimberley se fueron cabizbajos, derrotados, sabiéndose superados, y que necesitan un milagro en Lincoln para seguir en carrera. Lo bueno es que quedan 90’ más, y mientras haya “vida” hay esperanza.