Denuncian a policías por golpear y torturar a militante gay de 17 años en el vivero municipal

Ocurrió este lunes, aunque el menor es acosado por la policía miramarense desde noviembre del año pasado. “No quiero que mi hijo sea el próximo Luciano Arruga”, pidió su madre.

15 de Marzo de 2016 08:19

Por Redacción 0223

PARA 0223

-Ey, pelotudito, no pasés más por acá.

Desde noviembre del año pasado, Lautaro (17) denuncia que es perseguido y acosado por la policía de Miramar, que suele interceptarlo dos o tres veces por día en el camino que une su casa de la escuela media 1 -ubicada a unas veinte cuadras de su hogar- y en donde cursa el último año del secundario y preside el centro de estudiantes. Además, el joven es militante LGBT.

Esto generó que sus padres presentaran un hábeas corpus en el Juzgado de Paz de aquella localidad del Partido de General Alvarado, aunque fue rechazado por “inconsistente”. Hicieron otra presentación en el Juzgado de Garantías 3 de Mar del Plata, pero tampoco prosperó. Al día de la fecha, se realizó la denuncia correspondiente por el secuestro y tortura, ante la Fiscal de General Alvarado, Ana María Caro.

Mientras tanto, lejos de calmarse la situación, los acosos por parte de los efectivos se agudizaron y en menos de 48 horas, Lautaro recibió dos golpizas por parte de la policía miramarense. La primera fue durante la madrugada del último domingo, cuando fue interceptado por dos uniformados que lo requisaron cuando caminaba por la calle junto a su grupo de amigos.

-Che, pelotudito, no sabés quiénes somos nosotros, ya te dije que no quiero verte por acá.

La segunda -y la más brutal- fue este lunes a la mañana: iba camino a la escuela Rodolfo Walsh cuando dos policías, esta vez de civil, lo pararon y le advirtieron que sabían que los había denunciado. Pero el apriete fue más allá de la amenaza; lo cargaron en el auto, lo golpearon, le apagaron cuatro cigarrillos en el cuerpo, le arrancaron un aro, le tajearon el abdomen y para que le quede bien clarito hasta dónde son capaces de llegar, le hicieron una cruz en el punto exacto en el cual le dispararían. Después, lo dejaron tirado en el Vivero municipal y se fueron.

“Lo insultan porque tiene cresta, aros y usa borcegos negros”, dice Patricia, mamá de Lautaro, tratando de explicar lo inexplicable. Según la mujer, el menor pudo reconocer quiénes son los efectivos que lo acosan porque, “casi siempre son los mismos”. “La policía persigue a mi hijo porque no es rubio ni tiene ojos claros”, cuenta a 0223.

Desesperados, los padres del adolescente se pusieron en contacto con la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (Apdh) y el Frente Antirrepresivo de Mar del Plata. En Miramar, en tanto, distintos dirigentes y referentes políticos iniciaron una campaña para repudiar estos hechos.

“Alguien tiene que hacer algo cuanto antes; no quiero que mi hijo sea el próximo Luciano Arruga”, pide Patricia.