Acuartelamiento: la policía y los saqueos

El acuartelamiento de medio centenar de efectivos de caballería en la base operativa de Gandhi al 4100, en Parque Camet, interrumpió la tranquilidad del domingo caluroso del 8 de diciembre. Las horas siguientes estuvieron signadas por versiones encontradas y la psicosis.

Si bien desde el primer momento fuentes de la Jefatura Departamental desmitieron que hubiera una medida de fuerza y aclararon que el personal acuartelado estaba de franco; los uniformados se fueron acercando a la seccional primera, de Independencia y Rivadavia, donde se concentraron junto a los patrulleros. Allí permanecieron durante más de 24 horas, en estado de asamblea.

La esposa de un efectivo, Claudia Pinedo, ofició de vocera de los policías y explicó que el reclamo era por mejoras salariales y de las condiciones de trabajo.

A pesar de que el temor había comenzado durante la tarde, los primeros saqueos se registraron cerca de la medianoche de ese domingo: una carnicería y una casa de electrodomésticos de la zona de avenida Fortunato de la Plaza y Cerrito, y un supermercado de Vértiz y avenida Jacinto Peralta Ramos habían sido blanco del ataque de desconocidos que se llevaron gran cantidad de mercadería.

También hubo robos a comercios dedicados a la venta de zapatillas e indumentaria deportiva, ubicados en la Peatonal San Martín. Los hechos se repitieron el lunes siguiente, cuando los saqueadores robaron la feria comunitaria de Juan B. Justo y 180, el supermercado chino de Calabria y Don Orione, y otro mercado de Calabria y Goñi.

Al final del conflicto, un relevamiento realizado por la Ucip y el Municipio arrojó que fueron 77 los locales comerciales damnificados y la peor parte se la llevaron los negocios de barrio.  Por estos hechos, hubo 72 detenidos y 850 llamados al 103 y 911.

La forma que tomó la protesta encabezada por los policías fue calificada de "extorsión" por el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, aunque les ofreció un salario de 8750 pesos, suma que fue desestimada por los efectivos que prestan funciones en la ciudad y que exigían un sueldo de 12.500 pesos.

La medida fue avalada por el propio jefe de la Departamental, comisario Darío Ibáñez, quien consideró que el reclamo era válido.

Las interminables negociaciones con los acuartelados incluyeron la presencia del jefe de la Bonaerense, Hugo Matzkin, que viajó especialmente para abordar la situación. En la calle, a esa altura, el caos y el temor repercutían en los servicios públicos: la UTA decretó paro de los choferes de colectivos, las grandes cadenas de supermercados y estaciones de servicio cerraron sus puertas; se suspendieron las clases en las escuelas y la actividad en la Universidad Nacional de Mar del Plata, y los trabajadores municipales anunciaron retención de tareas.

Todo terminó pasadas las 21 del lunes, cuando los manifestantes recibieron una propuesta económica que consiste en un básico de 8570 mil pesos a partir del primero de diciembre, más el aguinaldo; un nuevo aumento en marzo de 2014 que llevará el básico a 9 mil pesos y la posibilidad de comenzar a discutir paritarias a partir del mes de febrero. Así, después de un día caótico, la policía volvió a las calles.