Víctor Hugo Morales: “Los multimedios son la primera desgracia para los periodistas”

Víctor Hugo Morales habla de cómo se reconfigura el mapa de medios y en especial del Grupo Clarín. Asegura que es un hecho sin precedente que un mismo sector político maneje las pautas más importantes: Ciudad, Provincia de Buenos Aires y Nación.

El periodista dijo que el gobierno tiene la actitud de "llevarse todo por delante" en el tema medios de comunicación. Foto: 0223.

22 de Enero de 2016 11:43

“No hay una crítica que pegue donde haya mucha verdad y que eso me hiera”, dice Víctor Hugo Morales, cuando la entrevista con 0223 apunta a todo lo que le tocó vivir en los últimos tiempos. Pero no habla solo de su situación individual, sino de un hecho sin precedentes en la historia de la Argentina que golpea directamente a los medios de comunicación: la pauta publicitaria más importante (Nación, provincia de Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires) la maneja el mismo grupo. "El rebenque del diablo", define Víctor Hugo, y afirma: "Con esto determinan que el mapa de medios esté totalmente alineado, no hay casi medios disidentes, ni voces disidentes porque las voces son de los medios".         

-¿Cómo está viviendo este momento?

-Como es mi vida de los últimos años: con apologías y rechazos. Con gente que me mima y me contiene y con gente que me agrede mucho. Siempre espero que la percepción sea lo más justa posible y es todo lo que puedo hacer, porque nada puedo modificar de los periodistas que me atacan y nada puedo aminorar el valor que tiene el amor que alguna gente profesa. Todo es exagerado, básicamente, pero con ninguna de las dos cosas puedo hacer nada. Entonces lo importante es lo resultante y la percepción. Lo que pasó el otro días en la plaza es la expresión maravillosa de pueblo, nunca ocurrió una cosa así. Eso ha hecho que algunas personas se broten, porque aquí se mezclan los celos, las envidias, la bronca, la rabia, la pertenencia ideológica, la pertenencia empresarial. Y yo convivo bien con eso.

-Decía que no puede hacer nada para cambiar lo que piensan aquellos periodistas que lo critican. ¿Cree que no se puede hacer por convicción de esos periodistas o porque es una idea cerrada por otros motivos?

-Todo depende de dónde viene. Si leemos un diario de las Malvinas, va a decir que es de los kelpers. Es decir, nosotros sabemos por qué dicen las cosas que dicen. Si es un periodista que trabaja para medios tradicionalmente hostiles de mi persona, es lógico que piensen como ese medio o que actúen en nombre de ese medio.

-Aunque no piensen así…

-Piensen o no piensen. Ya ni siquiera importa porque lo hacen en función de estar en determinados medios.

-¿Y lo afecta?

-Estoy aquí abocado a escribir otro libro y me la paso muy bien conmigo mismo, con mis cosas y con mis convicciones. De verdad que esas cosas no me dañan, porque te dañan cuando vos sentís que te cambia el humor, cuando tenés un peso en el corazón que te abruma.

-¿Ha sentido una crítica genuina o de alguien que le haya dolido?

-No, francamente no. No la hay. Una crítica que pegue donde haya mucha verdad y que eso me hiera, no.

-¿Cuánto lo fortalece el apoyo de la gente y el apoyo de un sector de la prensa, que salió a respaldarlo, a ofrecerle sus espacios…

-Te diría que es la gente la que te tiene a upa permanentemente y ciertos valores de la sociedad, como las Madres, las Abuelas, Zaffaroni, determinado tipo de periodistas, medios con los que yo simpatizo y que me tratan muy bien. De todas formas es una oposición muy débil frente a poderes tremendos. Yo tengo que saber que eso es así. Si yo me metí con poderes tremendos, la confrontación es desigual y de esa desigualdad en la confrontación van a aparecer siempre cosas más mortificantes que divertidas.

¿Por qué se recorre este camino? Justamente porque alguien tiene que dar ciertas peleas y a mí me toca darlas.

-Entre los que lo cuestionan se repitió que lo que vivió no es una censura, porque usted va a tener la posibilidad de conseguir trabajo. ¿Qué responde?

-Podría no ser una censura. Pero hay un contexto de lo que ocurre en el país, la agresividad de este gobierno llevándose todo por delante, la tremenda potencia que le da su pauta publicitaria -que a mí me consta que es así, que hicieron valer esa pauta publicitaria ante las autoridades de la radio-. No hay medio que no sepa cómo son las cosas. Y cuánto interesa la pauta y cuánto te maneja un intendente y cómo tenés que convivir con un presidente, con un ministro.

Así que alguien puede decir honestamente que no es censura, que a lo mejor me equivoco yo. Pero la razón que yo encuentro en mi corazón es que ellos hicieron un enorme esfuerzo para que yo me fuera de la radio. Primero lo intentaron por las buenas ofreciéndome muchísimo dinero para que me fuese. Está el antecedente de personas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires mandándole mensajes telefónicos que han mostrado en pantalla en C5N, haciéndole sentir que se van a quedar sin la pauta, sin apoyos, justamente por lo que Roberto Navarro estaba diciendo. Eso marca que tienen una forma de ser muy agresiva.

-¿Por qué a usted?

-En este momento, en el que se van callando muchas voces, una voz que tiene una repercusión determinada, a tal punto que los ataques son cuantiosos en volumen y en agresividad, si no fuera muy molesta no habría semejante ataque. Cómo creer que no incidieron cuando lo primero que hicieron fue echar a la gente de 678; la expulsión de grandes periodistas de Radio Nacional, como Caballero, Nora Veiras, Wainfeld, Cynthia García.

La actitud es llevarse todo por delante. Y cómo no verlo así si ellos tienen el manejo, el rebenque del diablo, que significa la pauta publicitaria. Yo tengo la convicción de que fue así. Pero si alguien puede argumentar mejor que esto, la gente tiene que elegir entre esos argumentos.

El gobierno lleva 40 días y hubo fuertes cambios en los medios, con varios despidos. ¿Cómo queda el mapa de medios de la Argentina?

-A expensas de que los heridos de los próximos meses, los medios que queden heridos por la pauta.

-¿Cómo sería eso?

-Yo retomaría la explicación de la pauta. Una emisora o canal de TV tiene dos problemas con la pauta. Uno es cobrar lo que quedó, porque el Estado paga a tres o cuatro meses. El que va a pagar ahora es este Estado, que te puede pagar ahora, en julio, en septiembre o nunca. Ese rebenque es de un poder devastador. Las radios precisan la plata hoy para pagar los sueldos, para sobrevivir, porque las radios no tienen publicidad privada, tienen puchitos. Todo lo que escuches es insignificante, son puchitos. Así que este gobierno tiene todo lo que se debe, millones y millones para cada empresa de las grandes, y todo lo que va a venir. Es un poder devastador.

"El mapa de medios esté totalmente alineado, no hay casi medios disidentes, ni voces disidentes porque las voces son de los medios".

-¿Entonces, cómo queda el mapa?

-Con esto determinan que el mapa de medios esté totalmente alineado, no hay casi medios disidentes, ni voces disidentes porque las voces son de los medios. ¿Qué es lo que quiere Radio Continental cuando me echa? Quiere manejar la línea editorial y yo soy un tipo de editorial propia, yo soy inmanejable, como algún otro periodista con independencia de criterio. Entonces tiene que quitar a quien no le permite manejar una línea editorial que le permite manejarse con quienes controlan la pauta.

Entonces lo medios están cooptados en un noventa y pico por ciento. O sea, los medios hegemónicos le dieron una hegemonía de 9 a 1, pero ahora el resultado es casi de 10 a 0 en cuanto a la información, es poquitísimo lo que hay.

-¿No habrá medios “rebeldes”?

-La expectativa que tengo, que no te voy a decir cuál es, es sobre medios que van quedando heridos, que fueron a buscar el cobro y no les pagaron; fueron a pedir certezas para el año que viene y no se las dieron en la medida que cada uno quería, porque todo se lo van a chupar los medios hegemónicos. Para los otros va a quedar sólo un poco. Todos esos heridos, dentro de tres o cuatro meses, serán los que se integren.

La desidencia está, porque cualquiera se da cuenta del horror que está haciendo el Gobierno en materia jurídica, en el ataque a la democracia; esto no escapa al criterio de nadie, de ninguno de ellos. De lo que se escapa es de la posibilidad de decirlo. Esto es muy sencillo.

-¿Y ese modelo que se plantea, es así, no se puede modificar? ¿Existe otra fórmula?

-Nadie modifica la pauta, todos quieren manejar la pauta para manejar la opinión pública. El problema que ahora se presenta es que un solo gobierno ahora maneja la pauta más importante: Ciudad, provincia de Buenos Aires y Nación. Nunca en la historia había ocurrido, maneja los millones de pesos que se deben y los millones de pesos que vendrán. Lo hacen solos.

Cuando las pautas son una de Massa, otra de Scioli, otra de De la Sota, otra de Macri y otra de Cristina Fernández, son variadas, entonces vos podés, lo “chuseás” un poco al gobierno nacional, se enoja y seguro algo te saca; te refugiás en la Ciudad, en la provincia, que siempre funcionó por afuera del Gobierno nacional. Pero ahora están todos, no tenés caminos. No hay una sola pauta que pueda favorecer a quien se anime a discrepar con el Gobierno. Esto es pavoroso, pero fue el resultado de una democracia adulterada, falsificada en muchos sentidos justamente por la incidencia de los medios. Pero es como fueron las cosas, hay que bancársela, llorar por los rincones de pena porque la República y la democracia estén en una situación tan vulnerable.

-¿Por qué cree que en estos 12 años en los que el kirchnerismo apoyó a determinados medios, esos medios nunca lograron hacerse fuertes?

-Es que lo único que podés hacer con el apoyo es que existan. Los apoyos nunca son suficientes como para que puedan levantarse. No podés romper tradicional. Vos no podés hacer un diario que derrote a la Nación o a Clarín, porque además se fortalecen ellos mismos. Ellos pueden publicar con el papel que fabrican un diario de siete kilos, todas las revistas que quieran. Pero vos no podés sostener ni siquiera un portal. Diarios que tienen un portal, es un portal muy chiquito, porque todo es un costo, tecnología, empleados, cantidad de gente. No lo podés mantener. Lo único que se pudo hacer es un tipo de apoyo de información, con errores porque algunos medios no servían prácticamente para nada.

-Hoy está el ejemplo de lo que se vive en el Grupo 23.

-Es espantoso que así sea. El Grupo 23 tiene el problema porque no le pagan. Es decir, le deben 110 millones de pesos, según acusa Szpolski. Si te deben esa suma, están ahorcando a la gente, haciéndole pagar a la gente, porque Szpolski no puede pagarles si no le pagan y no tiene manera de encontrar otro recurso, porque ahora no se puede refugiar en ningún otro gobierno que le pueda dar pauta. Y los medios viven de las pautas y esta es la gran pelea.

Vos podés hacer muchos medios, dar laburo, generar otras voces, que un diario que podría desaparecer se mantenga. Por ejemplo, que el Grupo 23 se salve (yo creo que alguien va a aparecer). Espero que cuando hablamos de salvación sea con toda la gente adentro, creo que esto va a ocurrir. Pero sino, el medio se muere y efectivamente si la pauta era la que sostenía ese medio al menos para que viva, la pauta es decisiva. Fijate hasta dónde se llega: medios que existen o medios que no existen.  

Si yo hubiese morigerado mi discurso en la radio, si yo no hubiese sido tan incisivo, los problemas hubieran sido menores, toda la vida. Esto me lo dijeron sus directivos en más de una ocasión.

"Ustedes saben lo que es el ejercicio monopólico. Basta que un medio chico vea los medios de Aldrey Iglesias y es asixiante".

-A otra escala, pero en Mar del Plata también se vive una situación hegemónica con el multimedios La Capital de Aldrey Iglesias.

-Ustedes saben lo que es el ejercicio monopólico. Basta que un medio chico vea los medios de Aldrey Iglesias y es asixiante. Y esto explica a nivel nacional lo que significan medios infinitamente más poderosos que los de Iglesias para hacer lo que se ha hecho de adulteración total de la democracia.

-¿Cree que toda la pauta irá al Grupo Clarín?

-El grupo Clarín presenta el inconveniente de que es muy voraz. Cómo hace para decir “No, no me des estos 50 millones extra, distribuilos”. No lo puede hacer, porque eso va para sostener medios y le molesta. Si los molesto yo, imaginate lo que es un medio. Yo soy un periodista solo con mi alma. En este momento no tengo un programa de radio y no soy nada. Soy una diluida imagen que en el futuro sólo tiene como destino diluirse más salvo que encuentre un buen lugar de trabajo para reaparecer. Es decir, soy la hoja de un árbol que se está cayendo contra un ejército de trasatlánticos.

-¿Cuánto lo reconforta haber luchado contra Clarín desde siempre?

-Llevo 25 años. Lo primero que se rastrea si leés uno de mis últimos libros, es que en 1987 ya hablaba contra los multimedios, porque los multimedios son la primera de las desgracias para nosotros los periodistas. Porque si vos sos un multimedio y son cinco medios, ellos consiguen trabajar con menos gente, dar menos trabajo, porque el que hace radio además hace televisión; a todos les pagan menos, el periodista se queda satisfecho porque tiene como cinco trabajos y gana más que por un laburo (gana un laburo y medio). Ahora, si esos cinco medios estuvieran compitiendo entre sí, el periodista que está aquí y se va, tiene cuatro medios donde se puede ofrecer. Pero si no es así, estamos en una encerrona. Éste es el drama de los multimedios.

En los años ‘90 también podés encontrar enorme cantidad de artículos y reportajes. Por radio, ni hablemos. En los años ‘90 vivía prácticamente todos los días hablando de Clarín. Había gente que llamaba y decía que no iba a escuchar más, que lo tenía podrido con Clarín. En el fútbol, todo tenía que ver con la mafia de Clarín. Porque es una mafia. Hasta los líos de las barras estaban explicados en esa mafia.

-¿Y qué balance hace de esa pelea?

-Al cabo de estos años de pelearlos, arrepentirme sería muy pobre como resultado de mi vida. Yo digo que hay una cierta dignidad en una pelea que vos de antemano conocés la derrota. Porque si hay algo seguro es que yo nunca me permití la soberbia de que creer que les iba a hacer el mínimo daño, lo hago por conciencia, porque me gusta, porque es mi leitmotiv.

-¿Cómo se hace para combatir a los multimedios y sobrevivir?

-Yo soy un golpe de suerte irrepetible, porque vengo de una fortaleza económica muy alta por el tema del fútbol. Comprometido por cómo me comporté, arriesgado siempre, pero finalmente en los ’90 fui un tipo de mucho predicamento en una actividad en la que se ganaba muy bien. Y aunque he dilapidado mucho, he ganado fortunas.

Se cree que para pensar bien tenés que ser pobre, si tenés una situación económica buena, ¿cómo sos izquierdista? Porque es mi origen, porque vengo de ese lado del mostrador. Tengo heridas sociales que no cierran y no van a cerrar nunca aunque coma con Rainiero habitualmente.