Quilmes se dio el gran gusto: barrió la serie ante Peñarol

De principio a fin. Con más o menos ventaja en el tanteador, con mejor o peor juego colectivo, con más o menos errores, con más o menos aciertos, pero con autoridad, sin dejar dudas, concretando en el resultado lo que se dio en el juego. Un triunfo casi sin fisuras de Quilmes sobre Peñarol por 94 a 86, para meterse en la próxima instancia del Súper 20, gozar una victoria sobre su clásico rival, algo que muchas veces le tocó sufrir y que hoy se da el gusto de disfrutar, con un Eric Flor brillante (27 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias), el acompañamiento de Ricky Sánchez (4 tapas) y un equipo que sabía que tenía una gran chance y no la dejó pasar. 

El arranque del partido fue muy entretenido, porque los dos equipos estuvieron efectivos desde el perímetro y, rápidamente, empezaron a levantar a la gente que se fue contagiando. Al igual que en el primer partido, el "tricolor" jugaba mejor, movía más la pelota y encontraba tiros más cómodos. Por eso, sacó 6' en poco más de 2' de juego. De la mano de Cochran, el "milrayitas" volvió al juego y con una "bomba" de Diez pasó al frente por primera vez promediando el parcial. Con menos intensidad, la segunda mitad del chico no fue tan bien jugada, Peñarol cometió muchos errores y Quilmes no los pudo aprovechar para tomar una diferencia mayor, por lo que con un triple de Gianella lo igualó en 22. Sin embargo, el "tricolor" aceleró y sacó ventaja en el tramo final, para decorarlo con una "bomba" de Ruiz (13 en el chico) desde el eje para irse al descanso 27-22 y un impresionante 5 de 6 desde el perímetro. La preocupación en el local eran las tres faltas de Cantón y 2 de Basualdo, mientras que Leiva estuvo mucho sentado por haber llegado rápidamente a las 2.

Con el correr del segundo parcial, Quilmes pudo empezar a plasmar en el resutado la real diferencia que había en el juego, donde el "tricolor" era más, seguía jugando mejor, mostraba más fluidez y Peñarol estaba atado, se mantenía en juego más por aprestos individuales que por juego colectivo. Y los de Bianchelli, en su apuro y confianza, dejaron pasar oportunidades importantes para estirar la distancia, por tirar rápido o buscar un pase más arriesgado. De todas formas, siguió dominando, nunca perdió el control del juego y, de la mano de un Flor intratable y un buen ingreso de Ferreyra (2 triples), logró llevar la brecha a 10 (45-35). La rotación de Leo Gutiérrez buscando encontrar un mejor funcionamiento no le dio resultado, "Juani" Marcos aportó un poco de claridad y con un doble de Leiva se fueron al descanso con triunfo local por 49 a 41.

Con autoridad, Quilmes mantuvo la intensidad y siguió con el dominio del juego. Ya sin tanto desde el perímetro, comenzó a lastimar abajo con Basualdo y las penetraciones de Eric Flor, que seguía siendo incontrolable para la defensa "milrayitas". Alejandro Diez sacó la "chapa" de capitán y llevó a su equipo adelante con cinco puntos seguidos para dejarlo a 7 (55-48). La gente de Peña se entusiasmó, pero dos pérdidas en la misma jugada de Pettigrew enardecieron a los hinchas y le dieron tranquilidad a Quilmes que había perdido fluidez. Pero el olavarriense se "comió" un amague de Basualdo, se lo llevó puesto y se tuvo que ir al banco con cuatro faltas. Y su equipo lo sintió en el juego y en lo anímico, más allá que Leiva con cuatro puntos intentó devolverlo al partido. Por momentos, parecía que Quilmes tenía todo tan controlado, que sacaba el pie del acelerador y cuandolo amenazaban, lo volvía a pisar y se iba nuevamente a 11 (71-70, a falta de 1'20"). Con el corazón, Peñarol se jugó las últimas fichas, se fue al último descanso abajo por 8 (71-63) y la esperanza de revertir la historia en los 10' finales.

Y esa ilusión se empezó a gestar enseguida. Después de un doble por lado, Cantón cometió su quinta falta y no tuvo mejor idea que regalarle un técnico a Peñarol, que fue jugada de cuatro puntos (libre de Gianella y triple de Fernández), para quedar a 4 (73-69) y coronarlo con una buena defensa y una bandeja de Leiva para dejar el partido a dos y obligar al tiempo muerto de Bianchelli. El partido se puso lindo, a Peñarol no le sobraba nada y Quilmes tenía a Flor. Sin dudas, el escolta fue el que le devolvió la tranquilidad a su equipo, adueñándose de los ataques. Y a partir de ahí, creció el resto. La diferencia en el juego era muy grande, pero no se terminaba de cristalizar en el tablero. El ingreso de Diez le devolvió la ilusión a Peñarol, pero primero Leiva (que inteligentemente le sacó una técnica a Sánchez y se lo llevó con él) y enseguida el capitán se fueron por faltas y se quedó sin sus dos baluartes, a 2'15". Una pelota que recuperó Basualdo ante la corrida de Gianella y que conquistó del otro lado cuando restaban 1' 18", puso una distancia de 7 (90-83) con olor a liquidado. Y así fue, más allá de los tiempos muertos que pidió Gutiérrez, no hubo milagro, el "cerveccero" lo cerró bien y lo ganó bien. Fue 94 a 86, la gran posibilidad de eliminar a su clásico rival, disfrutar lo que tantas veces le tocó sufrir del otro lado y ahora ir por más, a enfrentarse ni más ni menos que con San Lorenzo, por qué no, para dar el batacazo en el Súper 20.

Síntesis

Quilmes (94): Nicolás Ferreyra 12, Eric Flor 27, Enzo Ruiz 19, Ricky Sánchez 10 (x)e Iván Basualdo 12 (FI);  Emiliano Basabe 12, Omar Cantón 2 (x), Bruno Sansimoni 9 y Maximiliano Maciel 0. DT: Javier Bianchelli.

Peñarol (86): Nicolás Gianella 10, Karl Cochran 13, Steffphon Pettigrew 10, Alejandro Diez 10 (x) y Martín Leiva 15 (x) (FI); Nicolás Zurschmitten 17, Alejandro Alloatti 4, Juan Martín Fernández 5, Diego Guaita 2, Victorio Fazzini 0 y Juan Ignacio Marcos 0. DT: Leonardo Gutiérrez.

Parciales: 27-22, 49-41 y 71--63.
Árbitros: Oscar Brítez, Leandro Lezcano y Ariel Rosas.
Estadio: Polideportivo "Islas Malvinas".