Piden cambiarle el nombre a una plazoleta para recordar a las víctimas del genocida Etchecolatz

Es una iniciativa de los vecinos del barrio Bosque Peralta Ramos, en donde el represor cumple prisión domiciliaria desde fines de diciembre. El espacio, que piden denominar “Plaza de los lápices”, está ubicado en cercanías de la casa de Etchecolatz.

A casi un mes de la llegada de Etchecolatz al Bosque, el barrio continúa movilizado. Foto: La Retaguardia

24 de Enero de 2018 07:53

Por Redacción 0223

PARA 0223

El lunes se cumplirá un mes de que, con el aval de la justicia que le concedió el beneficio de la prisión domiciliaria, el genocida Miguel Etchecolatz vive en su casa del barrio Bosque Peralta Ramos, en Mar del Plata. Y, como desde el primer día, sus vecinos se oponen a convivir con el genocida de 88 años, condenado en seis oportunidades por crímenes de lesa humanidad.

Por eso, en las últimas horas,  presentaron un proyecto en el Concejo Deliberante para pedir que se denomine “Plaza de los Lápices” a una plazoleta ubicada en cercanías de la casa del represor y que lleva el nombre “ARA Bahía Thetis”.

Eugenia, residente del Bosque y una de las promotoras de la idea, dijo a 0223 que con esa acción buscan generar consciencia entre los demás vecinos, “para que sepan con quién comparten la cuadra o el barrio”, aunque aclaró que todas las movilizaciones e intervenciones que hicieron en el último mes “sirvieron para visibilizar esta situación”.

La plazoleta en cuestión se encuentra en la manzana 137, a escasa distancia del domicilio de Etchecolatz, situado en calle Nuevo Boulevard del Bosque, entre Guaraníes y Tobas. El nombre con el que buscan “rebautizarla” remite a la serie de secuestros y asesinatos de estudiantes secundarios ocurridos a partir de la noche del 16 de septiembre de 1976, episodio conocido como “La noche de los lápices” y cuyo principal responsable fue Miguel Etchecolatz.

“La justicia nos obliga a tener que vivir con un genocida y eso nos genera inquietud y hasta miedo: no hay que olvidarse que en el mismo barrio vive un hombre que fue víctima de Etchecolatz”, subrayó y comentó que desde la llegada del represor, cambio la fisonomía de la cuadra. “Hay personal de seguridad y a veces colocan vallas, pero nunca se registraron incidentes. Ha habido movilizaciones y demás actividades pero todas fueron pacíficas”, aclaró.

En tanto, aseguró que la salida del represor el sábado pasado para ir a la guardia de una clínica privada, “sin esposas y en un vehículo particular”, deja en evidencia “la impunidad con la que se maneja”. “Si se hubiese tratado de una emergencia, lo deberían haber trasladado en ambulancia”, razonó.