Horarios, engaños y bronca: las escuchas con las que atraparon a dos bandas y al policía

Forman parte del expediente que derivó en ocho allanamientos. El oficial desafectado les decía sus horarios de trabajo para ayudarlos durante las entraderas.

25 de Octubre de 2018 17:58

Por Redacción 0223

PARA 0223

“Estamos sin escucha hasta las ocho y media de la mañana porque me mandaron a otro lado”. La frase, que se presume inocente, demuestra la confianza que el oficial Víctor Manuel Correa había alcanzado con las dos bandas de delincuentes a los que brindaba información sobre la ubicación de los móviles del Comando de Patrullas para que pudieran ingresar a las casas de adultos mayores sin inconvenientes.

En esa misma intervención telefónica el desafectado oficial revela que lo mandaron a trabajar a otro lado y que por ese motivo no iba a poder monitorear la encriptada frecuencia policial. “A partir de las ocho y media me comunico con aquellos” respondió uno de los delincuentes para confirmar que horas más tarde iban a solicitar la colaboración del policía de 32 años. Según el expediente Correa escuchaba la frecuencia policial y, con dicha herramienta, alertaba a sus cómplices de los movimientos de los otros policías.

En otras de las comunicaciones el efectivo le advierte a otro de los delincuentes que debían manejarse con otra línea telefónica y que en caso de no poder comunicarse le enviara un whatsapp al “otro”. El interlocutor le respondió que una vez que cargara el saldo de su línea lo llamaría.

En las escuchas que hizo personal del gabinete temático de la DDI también se pudo establecer que una de las bandas también intentó algunos robos mediante la modalidad conocida como “patio” que consisten en aguardar durante la noche la apertura de las puertas –especialmente traseras- por parte de los adultos mayores.

“Se pinchó, estoy sin dormir, sin nada. Nos metimos en un patio, sonó la alarma y tuvimos que salir de nuevo y no le pudimos entra a la vieja que jamás salió” le dice a una mujer que se comunicó con él. El delincuente indignado le dijo que “tenía una bronca bárbara”.

En otra de las comunicaciones uno de los miembros de la banda le da indicaciones de como engañar a un hombre para que les permita ingresar a su casa. "Qué cagado que está el hijo de puta" dice uno de ellos ante las consultas del ladrón que no entendía las directivas para simular ante la víctima que era un pintor que iba a trabajar a su casa.