El CPA no tiene ni papel higiénico: "Se aceptan donaciones"

Así reza un cartel instalado en la sala de espera y deja en evidencia una triste realidad: sin siquiera los elementos básicos, los trabajadores se ponen al hombro la ardua tarea de sostener el funcionamiento del Centro Provincial de Atención a las Adicciones. 

31 de Marzo de 2019 07:57

Por Redacción 0223

PARA 0223

El Centro Provincial de Atención a las Adicciones de la Provincia de Buenos Aires (CPA) atraviesa una delicada situación debido a la falta de financiamiento de los talleres de rehabilitación, de personal e insumos y, para colmo, cargan una importante deuda en el alquiler del lugar en el que funciona, en calle Buenos Aires 2855. 

El CPA está más flaco: cada vez tiene menos recursos materiales y la mayoría de las cuestiones se resuelven gracias a las gestiones personales de los trabajadores. Según pudo constatar 0223, no hay hojas ni lapiceras, artículos de limpieza; ni siquiera papel higiénico, que lo llevan los propios trabajadores. Un cartel colocado en la sala de espera, con un pedido, evidencia la delicada situación: “Se aceptan donaciones”.

Los talleres que se dictan actualmente en el Centro, destinados a personas comprendidas en el dispositivo de “Casa de Día” (es el paso previo a una internación por adicciones), son mantenidos por los propios trabajadores. Fuentes cercanas a la institución revelaron que, por ejemplo, el psicólogo de la dependencia, es músico y brinda el taller de música con sus propios instrumentos y el desgaste de los mismos corre por su cuenta. Es que no se les paga a los profesionales el dictado de los talleres, a pesar de que es una parte fundamental en la recuperación de los pacientes. 

En los últimos años, decenas de CPA cerraron sus puertas en la provincia de Buenos Aires y otros tantos son expuestos a situaciones de vaciamiento, como ocurre con el de Mar del Plata. Tal vez sea una cuestión de visibilidad lo que mantiene aún abierta la dependencia local.

Hay un dato que no es menor: en una población que ronda el millón de habitantes, el CPA hoy atiende en su sede a 115 pacientes estables y con tratamiento, lo cual está por debajo de las posibilidades reales que tendría la oficina si tuviera el financiamiento necesario, pero también habla de la falta de interés en la problemática que tiene la gobernación ya que harían falta muchos CPA más para la demografía marplatense, en constante crecimiento.

En el CPA -según pudo corroborar este medio- se recibe la población que egresa del penal de Batán con cuadros de intoxicación (25 por semana), los pacientes derivados del sistema de salud pública (ya sea de los CAPS o del Hospital Interzonal), el Servicio Municipal de Adicciones, y su par a nivel nacional, el DIAT (Dispositivo Integral de Abordaje Territorial), y por supuesto, los que llegan por sus propios medios. Todo esto con 2 operadoras terapéuticas. Creatividad ante la ausencia del Estado.

La sede del Centro funciona en una casa alquilada y de la que se deben los pagos de los últimos dos años y medio y sin renovación del contrato. Es decir, el organismo funciona en la calle Buenos Aires no sólo por la voluntad de los trabajadores, sino porque también el dueño del inmueble ayuda a que esto sea así.

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