Gabriel Merino: "No hay condiciones para una hegemonía neoliberal"

Gabriel Merino dialogó con Resumen del Sur y dijo que "la tendencia neoliberal no es estructural". Citó el ejemplo de México con Andres Manuel López Obrador y aseguró que "la globalización ya no genera crecimiento".

20 de Junio de 2019 08:45

Gabriel Merino es sociólogo, docente de la Universidad Nacional de La Plata e investigador del Conicet. Integra el Instituto de Relaciones Internacionales y Centro de Estudios, Formación e Investigación en Política, Economía y Sociedad. Además escribió diversos libros sobre actualidad internacional  en donde analiza en profundidad los acontecimientos globales. 

En este marco, visitó los estudios de 0223 Radio y dialogó en profundidad sobre el contexto regional, la crisis en Brasil y la posible reconfiguración del mapa político luego de las elecciones en Argentina.

¿Qué opinas de las revelaciones The Intercepted y la situación de Sergio Moro?

Yo creo que se va articular dentro de la interna del gobierno. Moro pertenece al ala de lo que se conoce como la "República de Curitiba" en el que un sector de los jueces y fiscales que ascendió con el Lava Jato y esta muy articulada con el Departamento de Justicia de EEUU, no solo en las operaciones sino también en lo formación a través de cursos. Esto se ve claramente en los chats que publicó The Intercepted. 

Este sector de Moro esta muy alineado Jair Bolsonaro, el ministro de Hacienda Paulo Guedes y el Canciller Ernesto Araujo. Bolsonaro-Araujo son el eje ultraconservador más cercana a Donald Trump mientras que Guedes representa a la city de San Pablo y Wall Street, el sector financiero. En ese marco, Moro expresa el sector más conservador clásico republicano estadounidense y las elites neoliberales de Brasil. 

Este sector que planteó un conservadurismo ideologico y el Law Fare como herramienta para dar una diputa político contra el lulismo y propuso un neoliberalismo económico con Guedes, esta complicado. Bolsonaro tiene 30 por ciento de imagen positiva, la peor en la historia para un presidente que recién arranca, después de cuatro años de recesion y estancamiento vuelven a caer una economía que está muy golpeada producto del Lava Jato que desarmó las empresas, especialmente le núcleo motor de desarrollo de Brasil como Petrobras, Camargo Correa y Odebretch que generaban valor agregado por tenían ingeniería aplicada. Entonces, cae imagen, cae la economía y no tienen mayoria parlamentaria. De esta manera, se fortalece la figura del vicepresidente, Hamilton Mourao, militar nacionalista conservador que tiene otra agenda. 

Es una interna bastante visible desde el comienzo..

Viene jugando fuerte. Los militares le pararon el carro a Trump y Bolsonaro en la crisis con Venezuela cuando dejaron en claro que no era posible una intervención porque el ala militar considera a Sudamérica como un eje central de construcción de hegemonía.

Además existen vínculos militares entre las Fuerzas Armadas de Brasil y Venezuela..

Claro, hay una cuestion corporativa militar que si bien provienen dos escuelas distintas, la brasilera no deja tener una autonomía relativa, no es la Escuela de las Américas de Colombia ni el alineamiento puro y duro con Estados Unidos. Es decir, son conservadores pero imperiales, entienden que son la potencia de Sudamérica y tiene que conducirla, no ir a la guerra. 

También los militares pusieron un freno a los planes iniciales con el Mercosur luego de que Pablo Guedes dijera que no era prioridad y Bolsonaro visite Chile antes que Argentina, como era tradición desde la década de los 80. Luego vinieron, se reunieron,  tiraron la abstracción de la moneda única y volvieron a plantear la importancia del Mercosur. Un tercer punto que permite ver la interna es que luego de un Bolsonaro antichino total, Mourau se reunió con Xi Jinping y le dijo "ustedes son socios estrategicos y es importante que inviertan". Que un presidente chino reciba a un vicepresidente con el estilo ultraprotpcolar que ostentan es todo un mensaje.Para los chinos es el presidente es Mourao, o eso quisieran. Por último, los militares marcaron la cancha cuando Boing (principal fabrica de aviones del mundo) compra Embraer. Allí permitieron que compren la sección comercial pero no cedieron el Complejo Militar para la Defensa. ¿Que quiere decir todo esto? Indefectiblemente el debilitamiento de Moro, el Lava Jato y de la persecución a empresas estratégicas, le viene muy bien al sector militar. Si bien hay una vision común de mantener bajo el pie a Lula y al PT, por otro lado tambein hay una preocupacion porque el Lava Jato se llevo puesto a una buena parte de la estrucvtura de poder, y eso preocupa a los militares.Cabe destacar con el Lava Jato y luego del impeachmente contra Dilma empezaron a participar empresas norteamericas como Axxion y anglo-holandesa como Shell en el Presal, algo que estaba prohibido por la legislacion anterior y el periodo de goibierno de Lula.

Brasil se piensa un continente, ¿por eso quiere mantener relaciones con China y estar en el medio de las dos potencias?

Si, hay una idea de los militares de aprovechar esa tensión para emerger siempre con una inclinacion hacia occidente pero reclaman autonomia, algo asi como una correa de transmisión para que la región no se alinee detrás de Rusia y China pero sin condicionamientos.

Otro dato de la interna es cuando fueron a Estados Unidos y se reunieron con Steve Bannon y el sector conservador anti-China de Trump. Bolsonaro jugó a favor de esa linea con Araujo pero la ministra de Agricultura Teresa Cristina ratificó que China es el principal aliado, es lógico porque la plata viene de ahi y la elite brasilera le vende soja a China. Creo que paulatinamente vamos a ver como sectores de las oligarquias locales van a empezar a pedir niveles de proteccionismo frente a un mundo que no crece. 

¿Cómo juega el Mercosur?

Macri y Bolsonaro lo habían matado para reconvertirlo en una área de libre comercio pero ahora  parece que lo resucitaron. Tiene que ver con el capitalismo global no crece y la globalización se suspendió a partir de 2008-2010. Globalización era que por cada punto de crecimiento de la economía mundial, había crecimiento de dos puntos de las exportaciones y tres puntos la inversión extranjera directa. Eso no existe más. Entramos en una fase b de Kondratieg que sostiene que hay 20/25 años de crecimiento y 20/25 años de estancamiento, estamos en una fase de estancamiento que se relaciona también con los ciclos de hegemonía. Esto es un problema para los neoliberalismos en la región porque no hay crecimiento. Sin estrategia propia no hay posibilidad de crecer. 

¿Hay ejemplos de democracias liberales con crecimiento?

Estados Unidos pero porque tiene la capacidad de financiarse deficit gemelos. Hace 30 años tiene deficit fiscal y algunos años menos con deficit comercial. Puede financiarse porque tiene el poder financiero, expandirse y hacer todo lo que no le permite hacer al resto de los países, es decir, tener deficit, endeudarse (se endeudan al 100 por ciento del PBI) y hacer heterodoxia pura. Después, Japón está estancado, la eurozona recién recuperó en 2016 lo que perdió en 2008 y no hay síntomas de crecimiento. China y Asia-Pacífico son los únicos que crecen. 

¿Por qué giro el conservador en la región vino más acompañado de dificultades que de soluciones?

No hay condiciones para una hegemonía neoliberal como la de la década el 90. En ese momento había un mundo unipolar, capitalismo global en fase expansiva, pueblos y organizaciones populares desarticulados y golpeados por dictaduras e hiperinflaciones y, particularmente en América Latina, la Iglesia Católica jugando en su cúpula con el sector neoliberal. Hoy esas cuatro cosas la tenes al revés, hay multipolaridad con China como principal comprador de Sudamérica y permite que Chile, el país con más sintonía con Estados Unidos, cierre con Huawei el 5G, el Vaticano en clave antineoliberal y organizaciones sociales consolidadas y con capacidad de reacción. Tampoco veo condiciones para una represión feroz, Brasil con Bolsonaro acaba de hacer una huelga general que paró a 45 millones de trabajadores con mucho menos densidad sindical que de la que tenemos en Argentina. Todos estos giros neoliberales son débiles, no tiene la capacidad de construir una hegemonía  y fueron más producto del agotamiento de ciertas tendencias, debilidades internas, presión  y retracción externa de los ciclos nacionales y populares que un cambio estructural. Es más un empantanamiento que si no se resuelve con una nueva oleada de gobiernos populares habrá más descomposición neoliberal. 

¿Qué características tendría una nueva oleada nacional-popular?

En Argentina se abriría una etapa neodesarrollista combinada con algunos elementos progresistas que ajuste tres cosas: la carga de la deuda que hoy es el 15 por ciento del PBI pero hay reducirla a un 7 y el resto incorporarlo al mercado interno, distribuir y generar mayor demanda. La otra puede ser reforzar el Mercosur para tener un mercado interno ampliado y volver a comerciar industria y reactivar el sector y en tercer lugar, acelerar las exportaciones primarias con más transferencias de renta al Estado y desde el Estado a la producción y el trabajo.

Me parece que se viene un proceso de transición que marcará un poco de distancia de Estados Unidos pero sin confrontar. El caso mexicano es una demostración que no hay una tendencia estructural neoliberal y, si bien no propone volver a la revolución de 1910, Andrés Manuel Lopez Obrador construye una destilería e incomoda a EEUU porque el negocio para ellos es que Mexico exporte petróleo crudo, ellos lo destilan y  venden la nafta o la postura sobre Venezuela en donde no apoya a Maduro pero tampoco una intervención. Estos procesos arrancan así y luego terminan más radicalizados porque la coyuntura te lleva a eso.