Rocío Girat: "Nosotras no hicimos nada más que ser visiblemente lesbianas"

Todavía sorprendida y con la bronca propia que nace de la sensación de injusticia, Rocío Girat volvió a alzar la voz para pedir por la implementación de la Ley Micaela y la necesidad urgente de una mayor perspectiva de género en los tres poderes del Estado, después de que este viernes fuera condenada su esposa Mariana Gómez por el hecho que protagonizó hace casi dos años cuando fue detenida mientras fumaba y se besaba con la marplatense en un lugar prohibido de la estación Constitución.

En declaraciones a 0223, la joven lamentó la falta de "empatía y cordura" de la jueza del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 26, Marta Yungano, que resolvió el fallo. "No era lo que esperábamos, sobre todo con la cantidad de pruebas y testigos que fueron aportados a la causa. Lo vivimos con mucha angustia", expresó, y sostuvo: "Esto es un adoctrinamiento hacia la sociedad".

La sentencia, además, se conoció en una fecha no menos sensible: este 28 de junio fue el Día Internacional del Orgullo Gay, fecha que se conmemora por la revuelta histórica del bar Stonewall que se gestó hace cinco décadas en Nueva York, donde cientos de personas de la comunidad LGBT fueron ferozmente reprimidas por la policía, lo que marcó un cambio de paradigma para la conquista de derechos.

Girat está tristemente acostumbrada a sufrir reveses por parte de la Justicia. Sus llantos conmovieron los pasillos de los Tribunales de Mar del Plata años atrás, cuando enfrentó el juicio contra su padre, Marcelo Alberto, por haberla violado durante cuatro años tanto en su casa como en la Base Naval. En septiembre de 2014, los magistrados Eduardo Alemano, Fabián Riquert y Juan Manuel Sueyro condenaron al violador a 14 años de prisión, pero desde la Cámara de Apelaciones y Garantías le concedieron el beneficio del arresto domiciliario, lo que desató fuerte indignación en la víctima y todo su entorno.

Al profundizar su mirada sobre el fallo que condenó a un año de prisión en suspenso a su esposa Mariana Gómez, la marplatense también encendió la alarma  por el precedente que sienta ante casos de similares características. "Con esto, cualquier persona que esté de la mano besándose con alguien de su mismo genero ya está limitada a no poder defenderse si viene un personal o funcionario público y lo agrede", consideró, y aclaró: "Nosotras no hicimos nada más que ser visiblemente lesbianas".

El hecho por el cual se juzgó a la mujer tuvo lugar en octubre de 2017, cuando se encontraba junto a Rocío fumando y besándose en un andén de la estación Constitución. Se gestó un enfrentamiento con personal policial y finalmente la acusaron de los delitos de “resistencia a la autoridad" y "lesiones leves”. "Ese día estábamos juntas en un lugar donde había mucha más gente que estaba haciendo lo mismo que nosotras hacíamos", insistió Girat.

"Si la Justicia fuera justa, Marian nunca tendría que haber llegado a este procesamiento ni a toda esta situación. Y en todo caso, tendríamos que estar sentadas las dos en el mismo lugar porque las dos estábamos juntas y las dos nos quisimos ir del lugar y la policía no nos dejó", aseveró, y apuntó: "No podemos creer que el Estado esté gastando tanta planta en dos lesbianas habiendo una muerta y femicidas todos los días".

La marplatense anticipó que su esposa, que está representada por el abogado Lisandro Teszkiewicz, no se quedará de brazos cruzados y apelará la sentencia que determinó Yungano. El 5 de julio se darán a conocer los fundamentos del fallo y, desde esa fecha, hay un plazo de tres días para poder realizar una presentación.

"Esto va a seguir pasando hasta que en la Justicia no se implemente la Ley Micaela y tengamos perspectiva de género todos los funcionarios del Gobierno y los entes que nos regulan. Hay que avanzar con esto para salir de los estereotipos patriarcales y hegemónicos que están instalados en la sociedad", reclamó.