¿Para quién juega Mourelle?

10 de Julio de 2019 22:18

Hace 656 días el nombre de Hernán Mourelle era desconocido para el 100% de los marplatenses. El actual secretario de Hacienda desembarcó en Mar del Plata, recomendado por el ministro de Economía bonaerense Hernán Lacunza, para reemplazar a Gustavo Schroeder, el segundo administrador de finanzas que había designado Carlos Arroyo, luego de comenzar la gestión con José Cano al frente. En menos de dos años, Mourelle se convirtió en un actor político de relevancia, siempre en un marco de pelea y con un fuerte respaldo del jefe comunal.

La semana anterior el polémico funcionario arremetió con los tapones de punta contra Vilma Baragiola. La pelea no es novedosa: desde su llegada a Mar del Plata el secretario de Hacienda mantuvo fuertes cruces con los dirigentes de la Unión Cívica Radical, a tal punto que en varias oportunidades llegó a pedir públicamente a los marplatenses que no voten a Baragiola.

Esta vez, le disparó en el marco de la campaña electoral: la acusó de organizar el acto de presentación de listas con el dinero de los marplatenses. La hipótesis es rebuscada. Mourelle asegura que la eximición de tasas que beneficia a la biblioteca Juventud Moderna aprobada por el Concejo fue una especie de “canje” por el lanzamiento de la lista radical en Teatriz, el emprendimiento privado que actualmente funciona en el histórico Teatro Diagonal.

Con ese Twitter, el funcionario, además de denunciar a Baragiola, ofició de vocero de Arroyo. “Esa ordenanza la vetamos con el intendente en defensa de los vecinos y el respeto a la equidad”, escribió el funcionario, en un mensaje en el que también se atribuye la determinación. Sus dichos provocaron la reacción de Carlos Katz, algo que muchos dirigentes radicales lamentaron.

 

Está claro que la elección como “enemigo” del radicalismo beneficia al actual rival de Baragiola en la Paso de Juntos por el Cambio. Sin embargo, en el entorno de Guillermo Montenegro no celebran demasiado los dardos de Mourelle a su contrincante: “Está desbocado y puede salir con cualquier cosa”, advierten.

Desde sus primeras apariciones públicas en Mar del Plata, cuando nadie tenía demasiadas referencias suyas, Mourelle mostró un estilo provocador, rayano a lo soberbio. Y a medida que fueron pasando los meses y fue sumando conflictos comenzó desnudar cada vez más su naturaleza.

En ese contexto, el gobierno provincial, que lo había presentado como su hombre en Mar del Plata para ordenar una crítica situación financiera, le fue soltando la mano poco a poco, hasta que llegó el día que ya no lo reconocieron. “Hace meses que no hablamos con él”, reconoció tiempo atrás un hombre de peso en el ministerio de Economía.

Arroyo, en repetidas oportunidades, le dio un fuerte respaldo a Mourelle, pese a que le generó más de un dolor de cabeza. Por caso, tuvo que llamar a los presidentes de los clubes de Mar del Plata para pedirles disculpas luego de que Mourelle los acusara de “chantas”.  O tuvo que pedirle por escrito que no demore el pago de los empleados del Concejo Deliberante en uno de los tantos conflictos que mantuvo con el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM).

Sin embargo, en las cuestiones de fondo, Arroyo tiene un fuerte respeto por la tarea que desarrolló Mourelle. El intendente le adjudica haber ordenado las finanzas municipales y convirtió eso en uno de los principales logros –sino el principal- que consiguió esta gestión.

Lejos de aplacar sus modales, el secretario de Hacienda decidió elevar su perfil  en los últimos meses y encontró en las redes sociales un canal para polemizar. Por caso, días atrás trató de “bárbaros” a los docentes municipales que lo increparon en la calle en medio de la pelea que mantienen por la quita de la bonificación que percibían desde fines de la década del ’80.

 

Ese camino no lo recorre solo. Emiliano Mensor, funcionario que fue echado por el intendente Arroyo en medio de sospechas de corrupción cuando ocupaba un cargo en la secretaría de Gobierno, escaló posiciones en la consideración de Mourelle y se convirtió su asesor en materia de comunicación.

También comenzó a mostrarse más en los actos de gestión que lleva adelante el jefe comunal, lo que incrementó los rumores de que podía ser candidato en la lista de Arroyo, aunque él siempre aclaró que no le interesaba.

A juzgar por todas las encuestas, Mourelle transita sus últimos meses como secretario de Hacienda de la Municipalidad. Muchos pronostican que después del 10 de diciembre su paso por la ciudad será un (cada cual pone el calificativo que más le cuadra) recuerdo. Pero hasta entonces esta caja de pandora supone un riesgo para muchos dirigentes políticos. Inclusive, para el propio Arroyo.