Cómo se aplica el estricto protocolo de las obras privadas en Mar del Plata

A las medidas de seguridad que ya había en la obra, se les sumaron las de higiene y distanciamiento para poder reanudar la actividad en tiempos de pandemia. Los detalles de cómo se trabaja.

24 de Mayo de 2020 17:01

Por disposición del gobierno nacional, desde el lunes en Mar del Plata, unos 7000 trabajadores de la construcción volvieron a sus respectivas obras. Pero para que el retorno a la actividad fuera posible, se pusieron en práctica distintos protocolos de seguridad e higiene que se suman a los ya existentes. Así, en la ciudad, más de 300 obras privadas se reanudaron con el compromiso de cuidar a los obreros.

0223 fue a visitar una de las obras emblemáticas de los últimos años en la ciudad para ver cómo es la aplicación del protocolo y dialogar con los responsables acerca de la implementación de las medidas. Un complejo de edificios que se están construyendo desde hace varios años y que están cambiando la postal de la costa marplatense: el proyecto Maral Explanada, también conocido como las Torres de Pelli, en alusión a su diseñador, el famoso arquitecto argentino César Pelli.

 

La primera medida que se advierte al llegar al complejo de Boulevard Marítimo Patricio Peralta Ramos al 4800, cuya entrada de obra es por calle Garay, es que la vereda cuenta con demarcación de distanciamiento para que los obreros aguarden su turno para ingresar. En la actualidad hay aproximadamente 30 personas trabajando y para que no se agolpen al ingreso hay dos turnos: uno a las 7:30 y el resto a las 8, confirmó el arquitecto Fernando Maifredini, jefe de obra de complejo a cargo de la constructora Imasa.

Una vez que ingresan al predio, hay instalada una bacha para el lavado de manos y allí hay personal específico que toma la temperatura a los operarios, luego se les desinfecta el calzado de trabajo y se los provee de mascarillas. "También contamos con un sistema de planillas de control en las que se recavan una serie de datos, por si tuvo contacto con personas con fiebre o directamente con coronavirus, y después se los habilita a que se cambien para pasar a la obra", enumeró Maifredini.

 

Ya dentro del complejo, se puede observar la labor de los ferreteros que trabajan en planta baja y son los que arman las estructuras de hierro. Al mismo tiempo, los carpinteros que trabajan con los encofrados están en el tercer piso, por lo cual hay dos grupos separados y en cada sector se mantiene la distancia mínima entre los obreros.

Maifredini explicó que esta obra tiene la posibilidad de funcionar con esta cantidad de gente porque "es bien abierta, hay mucho espacio y se puede trabajar bien, es por eso que no creo que tengamos pérdida de horarios". Al acceder a los pisos superiores de la construcción no sólo sorprende lo ordenados que se encuentran los distintos sectores de trabajo, sino las magníficas vistas que disfrutarán los futuros propietarios de estas unidades.

Si bien la obra volvió a la actividad, el arquitecto mencionó esta situación iba a demorar algunas cuestiones como los trabajos de mampostería "ya que si comenzamos con esa etapa, intervienen otros gremios y se triplicaría la cantidad de gente en la construcción, pero eso no va a suceder por el momento".

 

Por último, Maifredini sostuvo que tanto la empresa como los operarios estaban en condiciones de retomar el trabajo y señaló un detalle no menor: "La estructura también lo necesitaba ya que había quedado hierro expuesto al salitre lo que puede traer corrosión, sobre todo en un nivel de tabiques, por eso se pidió un permiso de urgencia a la municipalidad pero que finalmente los tiempos coincidieron con el reinicio así que no hubo riesgos".

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