La pérdida del sexo genital, el problema que asfixia a las relaciones durante la pandemia

En el Día Mundial del Sexo, sexólogos advierten un alto impacto de la pandemia y el confinamiento en la vida íntima de las parejas. Y también reconocen una ruptura, cada vez más profunda, del "concepto histórico" de placer.

6 de Septiembre de 2020 10:28

Por Redacción 0223

PARA 0223

Y es que entre tanta pandemia, tanta cuarentena, tanta emergencia, tanta crisis, tanto miedo, tanto hartazgo, tanto estrés, tanto encierro, tantos problemas, tantos anuncios, tantos cambios, tantos riesgos, tantas dudas, tantas angustias, tantas tragedias y tantas urgencias, la preocupación por el sexo parece no tener lugar. Casi que podría leerse como una banalidad. Pero no. Claramente no es así. La falta de apetito sexual es otro de los efectos secundarios de los tiempos inéditos que impone el coronavirus.

            - Che, dale, ¿no querés jugar un ratito?

            - Bueno, perdón, es que hoy no tengo ganas. Ya te dije.

            - Pero hace días que me decís lo mismo, ¿qué pasa?

Y pasa eso: que hay una pérdida del deseo sexo genital, un concepto de uso cada vez más frecuente dentro de la sexología a la hora de diagnosticar un drama que, fundamentalmente, aqueja a las parejas con relaciones estables. Es decir: el coronavirus y sus consecuencias no hacen más que dejar al desnudo una problemática que ya se advertía hace tiempo pero bajo otra magnitud.

"En las relaciones estables o convivientes el deseo necesita un espacio de relax porque no es algo que se mantiene ni que sea fácil de estimular. Al principio, la expectativa con esta situación era altísima: había un colectivo imaginario que pensaba que toda la gente iba a tener relaciones sexuales sin parar pero cuando el confinamiento se alargó empezamos a ver los efectos negativos", explica la especialista Cecilia Cardarelli (MP: 45799), en el marco de la celebración del Día Mundial del Sexo, también conocido como el Día del Sexo Oral.

La problemática, sin embargo, abre otra amplia discusión sobre los cambios de paradigma que se configuran en torno al "placer". Porque, como aclara la sexóloga, la falta de deseo de tener una relación sexual necesariamente no se traduce en la falta de deseo de estar con una persona para compartir y disfrutar de otra clase de experiencias, simples, mundanas, como mirar una serie y comer helado.

Para Cardarelli, estos tiempos que se viven son una prueba manifiesta de la ruptura que está sufriendo el "concepto histórico del placer". "Antes el placer era un buen polvo y nada más pero hoy eso se diversificó mucho y surgen otras actividades que lo sustituyen. Y no es algo negativo, de ningún modo; yo lucho mucho contra ese modelo viejo. Hoy, placer puede ser ver una serie o una película, jugar a la play... la juventud es muy transgresora en ese sentido", asegura, durante la entrevista que le concede a 0223.

En el caso de las consultas que atiende Elda Bartolucci (MP: 45316), lo que advierte es un "ligero estado de depresión" que naturalmente atenta contra la libido de las parejas. "Hay gente a la cual la pandemia le cambió la vida. Porque están con los hijos todo el día, o porque no están trabajando o porque ya perdieron su único ingreso, y entonces hay un número de preocupaciones tan importantes que complica mucho la vida sexual", reconoce.

De todos modos, la sexóloga no evita que la mirada general opaque cada caso particular ya que sostiene que, en algunos casos, el mayor grado de convivencia permitió un "verdadero encuentro" de las parejas mientras que en las relaciones que "se sostienen a regañadientes" profundizó la tensión y el conflicto. "Cada casa es un mundo y en este contexto de pandemia podemos decir que se aplica con la mayor de las exactitudes", ratifica.

“Lo que se puede ver es que la pandemia, como aborta lo social e imposibilita las mismas formas de sociabilización de antes, lleva a que las parejas estables tengan una vida más íntima y si esas parejas están en bunas condiciones y no tienen mayores problemas, entonces puede tener un efecto positivo para la relación. Hoy, es un gran valor estar en una pareja estable o en una familia tradicional armónica”, defiende la profesional, en diálogo con este medio.

Cardarelli, inclusive, se atreve a decir que el estado de convivencia permanente que tomó por sorpresa y obligación a algunas parejas derivó en que haya “mucho divorcio en puerta” y separaciones que todavía no se materializan por el complejo contexto que atraviesa al país y al mundo. “También hay un aumento de la violencia de género lamentablemente”, denuncia y remarca: “El paliativo siempre es el buen trato. Si no se puede tener relaciones, no hay que enojarse. Hay que convivir, aprender y respetar al otro”.

A pesar de que el fenómeno de la digitalización parece haberse expandido en todo ámbito durante la pandemia, el sexo parece ser una excepción: ni Bartolucci ni Cardarelli reconocen un crecimiento exponencial del ‘sexting’ – el envío de mensajes sexuales, eróticos o hasta pornográficos – en los últimos meses. “Es lógico que puede haberse incrementado un poco en aquellas parejas que no se pueden ver o encontrar por esta situación pero en estos casos inevitablemente la vida sexual sufre una interrupción porque es  otra experiencia”, razona la extitular de la Asociación Civil de Sexualidad Integral.

“Es muy difícil contrastar el número con la realidad pero me parece que no se hace tanto como se dice. El sexting como práctica creo que se sobrevaloró. Se puede llegar a dar más en personas que no se conocen pero en personas que sí se conocen buscan de alguna manera materializar el encuentro físico”, comenta Cardarelli, que también lanza una advertencia sobre los límites difusos que supone esta práctica: “Del sexting pasamos al grooming en nada. Es algo muy preocupante y hay que tener muchísimo cuidado, sobre todo cuando hay menores involucrados”.

Bartolucci también asegura que su demanda de consultas durante la cuarentena no se modificó y dice que, en general, todas ponen el foco en problemas de disfunción sexual mientras que Cardarelli tampoco observa grandes variaciones en el volumen de trabajo aunque sí en el origen de las primeras inquietudes que canaliza a través de su cuenta de Facebook o Instagram (@licenciadaceciliasex). “Antes tenía muchísimos varones pero ahora se animan a consultar más mujeres y sostengo cierto equilibrio entre ambos géneros”, reconoce.

En el último caso, las consultas, además de abordar la problemática del deseo sexo genial, refieren a otras patologías frecuentes para los hombres como la disfunción eréctil, la eyaculación precoz o el consumo de viagra “desmedido y sin control”. “La ansiedad y el estrés son los principales enemigos y boicoteadores en una relación sexual. Y el principal problema es que son inmanejables”, señala Cardarelli.

En este marco, la sexóloga insiste en que la sexualidad se tiene que ejercitar siempre y cuando haya “ganas y energías” por parte de los dos componentes que hacen a la pareja. “Nunca se puede hacer algo así por obligación. La sexualidad se tiene que practicar cuando hay buenas condiciones y predisposición de ambos. Y hoy, hay que entender que la salud mental también está siendo muy afectada a través de la angustia, los ataques de pánico, y toda una gran bola de problemas que repercuten mucho en las relaciones”,  concluye.