"Me quiero ir", "Es un infierno", "Tienen sexo en mi casa": el relato de vecinos en la audiencia por la Zona Roja

Comerciantes y personas que viven en el barrio Don Bosco y en inmediaciones reiteraron los constantes problemas que acusan por la prostitución y la venta de droga en plena vía pública. "Fui agredido físicamente por pedir que dejen de tener sexo en el porsche de mi casa", fue otro de los testimonios.    

El pedido por la relocalización se volvió a escuchar en el Concejo Deliberante. Foto ilustrativa: archivo 0223.

15 de Octubre de 2021 17:06

Por Redacción 0223

PARA 0223

Crudos testimonios de vecinos del barrio Don Bosco e inmediaciones resonaron a lo largo de la tarde de este viernes en el recinto del Concejo Deliberante en el marco de la audiencia pública que se desarrolló para abordar la problemática de la Zona Roja, el sector de Mar del Plata donde hace años convive la prostitución y el narcomenudeo con una fuerte actividad en plena vía pública.

Para el encuentro, que se llevó adelante por iniciativa del concejal de Crear Juntos Nicolás Lauría, se inscribieron 86 oradores pero al final terminó exponiendo medio centenar de personas. Para evitar la aglomeración dentro de las instalaciones del cuerpo deliberativo, cada una de las intervenciones se hizo de menera online, a través de la plataforma Zoom.

En las exposiciones, sentaron postura diferentes entidades, organismos y trabajadoras sexuales pero la voz mayoritaria fue la de los vecinos, que reiteraron los constantes problemas que acusan como conscuencia de la prostitución y la venta de droga a metros de las puertas de sus casas. Tampoco faltó el recuerdo de Diego Scenna, el peluquero que se descompensó y murió en septiembre en medio de una entrevista radial donde compartió su angustia por el robo que sufrió en su casa de Don Bosco.

"Hace 47 años que vivo en el barrio de Juncal y Luro. La gente tiene miedo. Toda la comunidad trans tiene derechos pero dónde están los derechos de los chicos a vivir como corresponde. Yo fui agredido físicamente por pedir que dejen de tener sexo en el porsche de mi casa. Me tiraron gas pimienta en la cara, me pegaron con un palo en la mano y me lastimaron el cuello. Así se manejan", dijo Ricardo Daniel Broqui.

En la misma sintonía se expresó Maria Cristina Ioco, quien hace veinte años vive en un PH de San Martin y Chile, donde dijo que "muchas veces" a la madrugada encuentra a personas "teniendo sexo en el pasillo". "Tuvimos que optar por poner rejas en la entrada para que no usaran nuestra propiedad para hacer sus actividades sexuales. Varias veces se llamó a la policía pero poco pueden hacer porque esta actividad no es un delito y si uno quiere pedirles que se retiren, es agredido verbalmente y a veces intimidan con piedras y botellas", relató.

"Pedimos que esta actividad sea ordenada. Y que las trabajadoras sexuales tengan un lugar acorde a su actividad. La inseguridad que tenemos también se debe a la gente que consume esta actividad, no solo se pelean entre ellos sino que hemos sufrido robos. Nos ensucian las veredas con materia fecal, las paredes están orinadas y hay preservativos usados sobre la calle", agregó la mujer mayor.

Andrea Rubini fue otra vecina, con dos comercios en el barrio Don Bosco, que intervino en la audiencia y acusó un "progresivo deterioro general" de la zona. "Están matando todos los proyectos individuales de crecimiento, acarreados por la desidia de los gobiernos precedentes y sumado a esto de la Zona Roja", afirmó, y aclaró: "Esto no es discriminación hacia nadie: queremos que se traje y se solucione. Tienen que ver las consecuencias violentas de las actividades que generan estas personas en la via publica. Afecta de una manera feroz a nuestra vida", pidió a los concejales.

La comerciante pidió ser "consciente de lo que significa el sufrimiento y la imposible convivencia" en el lugar. "Tenemos que hablar para que esta zona de la ciudad no caiga, para que los comerciantes podamos trabjar tranquilamente, que no se nos junten estas personas en las esquinas, que nos dejen laburar; yo tengo tengo un comercio turístico y de familia y es un desastre lo que estamos viviendo en esta ciudad feliz", insistió.

También hubo voces más nuevas en el barrio que manifestaron las mismas críticas, como Sofia Aibaitero, quien se mostró sorprendida por la baja calidad de vida en el sector después de haberse mudado hace tan solo dos años. "Es increíble cómo se vive aca. No tenía conocimiento de cómo era. Habia escuchado de la Zona Roja pero no se puede dormir. No sé cómo nadie ha tomado cartas en el asunto", lamentó.

La joven, por ejemplo, contó que a su hija le modificaron la entrada de la escuela por los recurrentes hechos de inseguridad. ¿Dónde están los derechos de mi hija? ¿Me tengo que mudar o que hago? ¿Yo tengo que levantarme a la mañana e ir a pedirle a estas persoans que dejen de usar mi vereda como inodoro? A todos los concejales les pregunto: ¿ustedes vivirían en un barrio así?", enumeró, entre sus planteos.

Raquel Blasi Almirón, vecina de hace 8 años en el barrio Don Bosco, sumó su testimonio después y reconoció que nunca imaginó "vivir en este infierno". "Desde el año pasado que me quiero ir pero no puedo porque acá no se puede vender ni alquilar. Nadie quiere venir. No puedo ni siquiera recibir a mis nietos por estas personas que están a medio vestir", graficó, sobre su drama.

"Y me pone mal eso porque al otro dia me encuentro con las veredas orinadas, con sangre, vomitos, preservativos, botellas rotas… cómo puede ser, ¿no? Somos personas grandes y nadie hace nada. Yo no juzgo nadie. Cada uno hace lo que quiere de su cuerpo pero lo que sí reclamo es que no lo hagan en mi casa, en mi lugar", exigió.

Francisco Lobadino fue uno de los vecinos que hizo mayor énfasis en el pedido por la "relocalización" de la Zona Roja. "Pedimos la relocalización porque hay un problema de drogas que lo tiene que trabajar la Justicia. Esto se tiene que solucionar porque esto lo vivimos a diario. Las soluciones integrales tardan muchísimo tiempo cuando nosotros vivimos el problema todos los días", justificó.

La posibilidad de esta audiencia - que solo era a titulo consultivo y no tiene carácter vinculante - fue el resultado del pedido que tramitó en la Comisión de Políticas de Género, Mujeres y Diversidad el concejal Lauría, después de que obtuviera un contundente rechazo el proyecto de su autoría con el que pretendía "mudar" la Zona Roja a las inmediaciones del estadio José María Minella.

La denominada Zona Roja involucra a 120 trabajadoras sexuales que suelen encontrarse en el sector delimitado por Jara, Champagnat, Luro y la calle Belgrano, donde históricamente convive el narcomenudeo con una fuerte actividad que despierta malestar y temor en los vecinos.