Estafas piramidales: cuáles son las más comunes y cómo funcionan

Tienen nombres atractivos y prometen a los inversores ganancias extraordinarias en corto tiempo. Se trata ni más ni menos que de fraudes. 

La primera estafa piramidal la diseñó el italiano Carlos Ponzi.

La primera estafa piramidal la diseñó el italiano Carlos Ponzi.

 

Las estafas piramidales han existido siempre al calor de distintos nombres: “Método Ponzi”, “flor de la abundancia”, “pirámide de la fortuna”, o “telar de los sueños”, entre algunos otros.

Pero, ¿qué son? Se trata de esquemas organizacionales de afiliación, e incorporación constante de personas a un negocio, que prometen generación de ingresos extraordinarios y en corto plazo. La característica similar en cada una de ellas es que terminan siendo un fraude.

 

Cómo surgen

Todo empieza con el famoso “Método Ponzi”, inventado por el italiano Carlos Ponzi, que por el año 1900 diseñó un sistema de negocio atractivo pero fraudulento y embaucó a miles de estadounidenses.

El italiano descubrió que las estampillas postales de correos italianos podían ser vendidos en varios países del mundo a valor superior del de compra en su país de origen. Por ese motivo empezó a comprar estampillas en su país natal, Italia, y buscar la forma de revenderlas en Estados Unidos a precios más altos. Amigos, socios y conocidos empezaron a darle dinero para que comprara estampillas y Ponzi las pudiera vender en Estados Unidos. Así obtuvo una rápida y fácil ganancia para dividir entre los inversores.

Logró entonces, que la cantidad de interesados creciera exponencialmente empezando a notar que, con los ingresos de los nuevos inversores, podía pagar y entregarles los rendimientos a los viejos inversores sin la necesidad de comprar más estampillas.

Así Ponzi dio inicio a una vida dedicada a las estafas dando origen a este método que se utiliza hoy en día habitualmente y que resulta cada vez más sofisticado y disimulado.

Pero la estructura básica responde siempre a lo mismo: hay una persona a cargo, que recluta un grupo pequeño de personas y les promete ganancias enormes en poco tiempo. Los entusiasmados y optimistas inversores involucrados, tienen la tarea de reclutar a más adeptos.

Así, la organización consigue devolver el dinero poco a poco para generar cierta confianza en sus inicios y de esta forma, los primeros inversores que reciben sus ganancias, caen en el engaño inmediatamente. 

Lo que realmente sucede es que estas “ganancias” que van recibiendo los inversionistas provienen exclusivamente de los pagos o depósitos hechos por los nuevos inversores y no de una actividad productiva o financiera real.

En pocas palabras, el dinero que la organización recibe nunca se invierte en instrumentos financieros, sólo se distribuye de unos inversionistas a otros

¿Por qué fallan estos instrumentos de inversión? En cuanto la gente deja de depositar dinero, comienza a desconfiar o reclama su depósito inicial, el esquema fracasa y no puede continuar entregando dividendos y menos devolver los capitales.

 

La “flor de la abundancia”, viral en Whastapp

Tal vez alguna vez te llegó un mensaje con una colorida flor que prometía darte de forma rápida y fácil ganancias del 800%. Un esquema muy pintoresco con una flor en la que sus pétalos se dividen en colores y niveles. Una vez que los integrantes del nivel 4 "Fuego" realizaron su aporte de dinero (aproximadamente 3000 pesos por persona), la persona del nivel 1 "Agua" recibe el monto total de estos aportes y la flor se completa.

En ese momento, esta persona se retira del círculo con las “inversiones”, y la mandala se parte a la mitad con las dos personas pertenecientes al nivel 2 “Tierra” que pasan a ser centro cada una de una flor nueva, recolectando los aportes de los pétalos que las rodean.

El truco es siempre el mismo: el esquema de cáscara endeble y fraudulenta necesita siempre de nuevos "donantes" para no resquebrajarse. 

Una mecánica de estafa de larga data y un refrán que se ajusta perfecto: “Cuando la limosna es grande, hasta el Santo desconfía”