Sigue "muy grave" el cartonero brutalmente golpeado por la policía
A cinco de días de permanecer internado, Ángel Aristimuño no presenta mejoras y sigue con "pronóstico reservado". Se sumaron nuevos testigos a la causa.
Por Redacción 0223
PARA 0223
Ángel Oscar Aristimuño, el cartonero que fue brutalmente golpeado por dos efectivos en la madrugada del jueves en el barrio El Progreso, sigue con "pronóstico reservado" en la terapia intensiva del Hospital Interzonal General de Agudos (Higa) Dr. Oscar Alende.
Su abogado, Maximiliano Orsini, confirmó que el hombre de 37 años se mantiene estable pero dentro de delicado cuadro de salud que acusó desde un primer momento, producto de la caída que sufrió tras la patada que le propinó uno de los oficiales en Fleming al 1300.
"Está estable pero no tiene ninguna mejoría. Sigue con las mismas lesiones graves que tuvo desde el primer momento. No hubo mejoramientos y el pronóstico es reservado", lamentó el letrado, ante la consulta de 0223.
Cambio de fiscalía
La causa que en un principió tramitó la fiscal Florencia Salas pasó en las últimas horas a manos de Juan Pablo Lódola, quien se encuentra a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº12.
El cambio se justifica porque esta unidad es la que se encarga de investigar delitos vinculados al accionar de la fuerza policial. Salas intervino en primera instancia, cuando no se tenía conocimiento del ataque que propinaron los policías contra Aristimuño.
Orsini, en su rol de particular damnificado, también ofreció nuevos testigos que acompañaron al cartonero en los minutos previos a sufrir la patada que lo dejó en terapia intensiva y que confirman la desproporcionada reacción de los efectivos de la comisaría tercera.
"Los testigos que se ofrecieron ratifican que no había problemas de índole delicitivo y que de ninguna manera fue justificada semejante agresión de la policía", sentenció el abogado que representa a la familia de la víctima.
La situación de los policías
Uno de los oficiales permanece imputado del delito de "apremios ilegales agravados, incumplimiento de las funciones de funcionario público y falsedad ideológica" mientras que a su compañera no le imputan las lesiones.
La falsedad ideológica está relacionada con la primera versión que dieron ante sus compañeros que quedó labrada en las actas y en la declaración que brindaron en la Justicia Correccional.
Los uniformados señalaron que Ángel Aristimuño habría tomado del cuello a la oficial, algo que se descartó a través de la secuencia fílmica registrada por las cámaras de seguridad que algunos vecinos acercaron a la familia del herido.
Apenas se conocieron los primeros detalles la fiscal Salas apartó a la policía de la investigación y en cumplimiento de la Ley 1390 solicitó al Cati que realice las actuaciones pertinentes. Antes, había hecho lo propio el área de Asuntos Internos, que decidió la desafectación de ambos efectivos hasta tanto surjan avances en la investigación penal.
El ataque
Todo se gestó en la madrugada del jueves, pasadas las 2. Lo primero que se conoció del hecho fue una versión que hizo circular la Jefatura Departamental de Mar del Plata, donde se informó que un par de agentes llegaron al lugar por una denuncia al 911 que avisaba sobre una pelea de borrachos.
Según el mismo parte de la policía, al tratar de mediar en la reyerta, una de las personas alcoholizadas se quiso “abalanzar” sobre una efectivo para agredirla, por lo que su compañero se vio obligado a interceder y fue esta acción la que dio lugar a una “circunstancia en la que el masculino ebrio cae al piso”.
Sin embargo, pocas horas después, vecinos facilitaron a la familia de Aristimuño un video de cámaras de seguridad de la zona en donde se registró la mecánica de lo sucedido, echando por tierra la reconstrucción policial. En el material al que accedió 0223, se observa el momento en el que el hombre es agredido por dos policías que intentaban requisarlo de espaldas contra el capó de un patrullero.
En los primeros instantes de la secuencia, la persona aparenta no acatar las órdenes de los efectivos pero nunca amenaza con gestos violentos. Pronto se aprecia un forcejeo y empujones que elevan el clima de tensión hasta que uno de los oficiales le da al vecino una patada a la altura del estómago que lo derriba al suelo y provoca el golpe en la cabeza contra el cordón de la vereda.
Leé también
Temas
Lo más
leído