Habló el repartidor atropellado: "Estoy abandonado a la buena de Dios"

Augusto Valerio está internado hace  días en el Hospital Interzonal General de Agudos a la espera que su Obra Social autorice el traslado a una clínica privada donde le realicen una cirugía de columna. "La impotencia que se siente es muy grande", dice.

19 de Mayo de 2021 14:08

Por Redacción 0223

PARA 0223

El 4  de mayo de este año, la vida de Augusto Valerio tuvo un giro inesperado. El hombre que tenía un empleo estable en una fábrica de discos de empanadas había comenzado a trabajar durante la noche como repartidor en una casa de venta de sushi para tener un ingreso extra y mejorar la economía familiar. Pero esa noche, mientras realizaba el último reparto, un joven que manejaba alcoholizado lo embistió en la esquina de Independencia y Formosa cuando esperaba que el semáforo le dé luz verde para cruzar.

“Yo tenía mi trabajo en blanco pero quería tener un ingreso extra y hacía unos meses que estaba trabajando como repartidor en esta casa de sushi”, cuenta desde su cama en el segundo piso del Hospital Interzonal General de Agudos Valerio a 0223. Según el relato, el 4 de mayo el repartidor estaba en la esquina de Independencia y Formosa esperando que el semáforo le de luz verde para entregar el último pedido que le quedaba cuando apareció a toda velocidad un auto por calle Formosa y lo atropello.

Producto del impacto Valerio cayó al piso y sintió una fuerte opresión en los pulmones. Automáticamente, el conductor del automóvil, un joven de aproximadamente 20 años, bajo del vehículo y, mirándolo con las manos en los bolsillos del pantalón le dijo “no te vi”.

“En ningún momento le importó lo que había hecho, justo por el lugar pasaban dos médicos que vieron el accidente, se acercaron, me hicieron preguntas, miraron las heridas, la verdad es que prácticamente yo no podía respirar, ellos llamaron a la ambulancia que llegó enseguida y me llevaron al Interzonal, por una cuestión de protocolo”, recuerda.

Una vez que llegó al nosocomio ubicado en Juan B, Justo al 6.700, los profesionales le realizaron los estudios de rutina para determinar el grado de las lesiones y constataron que había sufrido fractura de tibia y peroné con desplazamiento por lo que lo operaron y enyesaron y una fractura de la vértebra T11, que compromete el 30% de la médula espinal.

“Avisaron a mi familia y me dijeron que como yo tengo obra social, me tienen que trasladar a alguna de las clínicas con las que mi obra social trabaja y allá me tienen que operar. Desde el 6 de mayo que empezamos a hacer los trámites en Ospif, la Obra Social del Personal de la Industria Fideera”, explica.

Según el relato de Valerio, desde entonces su prestadora se niega a realizar el traslado alegando que no hay camas disponibles en las clínicas privadas de Mar del Plata. “No puede ser que en 15 días no haya un solo alta en ninguna clínica”, dice al tiempo que explica que desde que llegó al Higa estuvo internado en el Shockroom hasta el fin de semana que lo trasladaron al piso Covid del Nosocomio, donde, además debe cumplir aislamiento por haber estado en contacto estrecho con un paciente que dio positivo al test de coronavirus.

“Ahora presentamos un recurso de amparo para que Ospif se haga cargo de mi internación. La verdad es que estoy abandonado a la buena de Dios. Acá (NdR: el Higa) no me quieren operara porque dicen que como tengo cobertura no corresponde que me atiendan. Mi obra social no da respuestas y yo no sé como voy a quedar por culpa de la burocracia que hay”, dice angustiado.

En este sentido, el trabajador agrega que “no le interesa” que la recuperación de sus miembros inferiores no sea exitosa y los profesionales deban intervenirlo quirúrgicamente de nuevo. “Me preocupa que pasa el tiempo y la vértebra se va sellando sola y de por si me tendrían que haber operado hace 15 días para que la vértebra no se mueva. Si llega a soldar mal de manera natural y me tienen que operar, tienen que fracturar el hueso y pueden lesionar la médula…. No sé cómo voy a quedar. Las piernas en este momento son lo que menos me interesa, pero tengo una im´potencia muy grande”, aseveró.

Por último, el repartidor agradeció las muestras de solidaridad expresadas por los trabajadores de aplicaciones de delivery que en las últimas horas realizaron  una concentración en las puertas de la Obra Social de al que es afiliado

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