Gabriela Exilart y la historia detrás de la historia de María de la Paz Noriega

María de la Paz Noriega está empeñada en descubrir el secreto sobre el origen de su padre, Bruno Noriega. Lo único que tiene es una vieja nota de los tiempos de la guerra civil. Nada es lo que parece en la nueva novela de Gabriela Exilart: Secretos al alba.

13 de Junio de 2021 12:49

Secretos al alba (Plaza y Janes – 2021) es la nueva novela de Gabriela Exilart. Un texto que se presenta como continuidad de aquella aparecida en 2018, En la arena de Gijón, y que sale en plena pandemia por el coronavirus. Igualmente, estas circunstancias le han dado su impronta al texto. “Sí creo que ganó fuerza en el sentido de que mis lectores y lectoras me esperaron mucho tiempo. Fue el primer año en que no publiqué nada (desde el 2012 y hasta el 2018 llevaba una novela por año). Este 2020, por la pandemia, no tuve oportunidad y recién este año salió Secretos al alba. Es como que había mucha expectativa por la novela y creo que eso le dio otro impulso”, asegura la autora.

La novela nos presenta a María de la Paz Noriega, quien está empeñada en descubrir el secreto sobre el origen de su padre, Bruno Noriega. Lo único que tiene es una vieja nota de los tiempos de la guerra civil. Su afán por la verdad la lleva a la ciudad de Burgos y de allí a los muros de un convento perdido entre las montañas, donde una extraña mujer empieza a desovillar la historia. Un periodista atormentado por su propio pasado decide ayudarla y ambos se sumergen en la época de las batallas, los campos de concentración y las intrigas. Ninguno de los dos sabe que nadie es quien dice ser y que lo que descubrirán los cambiará para siempre.

La continuidad con En la arena de Gijón casi la hace una sola novela. Según Exilart, se dijo que no podía quedar así la historia de la protagonista. Entonces decidió “cerrar un archivo y abrir otro inmediatamente” para comenzar el nuevo texto. “No me suele pasar, porque yo termino la novela y ya está, pero con esta fue distinto. Terminé En la arena de Gijón y sentí que me faltaba algo. Además tenía mucha información que me faltaba compartir porque no correspondía a la trama de la novela anterior. Por ejemplo, había quedado todo el tema de los campos de concentración que, si bien en la otra aparecen, sentía que me faltaba desarrollarlo, lo mismo con los robos de los bebés. Entonces pensé que había que seguirlo, pero no podía volver al mismo escenario. De ahí que armé la historia sobre esa búsqueda de la identidad” sostiene Exilart.

-¿El personaje tenía que buscar su identidad, debía saber de dónde venía, y los lectores y lectoras también?

- Sí, claro. En la anterior había algo que quedaba de eso y tenía que profundizarlo. Ella tenía que saber su origen, ese porqué no había fotos o no se mostraban, por qué no se nombraban a otros, por qué no querían hablar de los tiempos de la guerra, etc. Nos pasa a todos. Cuando a vos te ocultan algo o te retacean información, lo que querés es saber y sobre todo si hablamos de la identidad.

- Una característica de tus novelas es la cantidad de personajes que introducís. ¿Cómo es trabajar con tantas posibilidades de historias abiertas en una misma novela?

- Eso me lo han criticado alguna vez, como que yo tenía que centrar la historia en los protagonistas y nada más. Pero en la vida no es así. Uno no está sólo con los de alrededor. Mi vida diaria no solo se rige con lo que pasa con mi pareja y mis hijos. Siempre digo que mis novelas tienen que ser creíbles, yo lo tengo que leer y sentir que le creo, y uno no está aislado en el mundo. Entonces aparecen muchos personajes y todos tienen su historia. Por supuesto que puede haber una novela de una sola trama, pero  para mí el concepto de novela, o el menos la novela que  a mí más me gusta, es la novela “multitrama”, es decir, la trama principal y todas aquellas que aparecen alrededor.

Gabriela Exilart también coordina talleres de escritura y en ellos refuerza esta idea: “Cuando uno le pone nombre al personaje, ese personaje tiene que tener participación. Si es el cartero que vino a dejar una carta y no vuelve más, no le pongas nombre, pero si lleva un nombre tiene que tener cierta participación con su historia en la trama”.

Sus novelas se caracterizan, también, por aportar un gran número de datos del contexto histórico, pero también de los ritos cotidianos de las sociedades. Si sus textos se cruzan con algún lector inquieto, seguramente su curiosidad se despertará e irá a ampliar dicha información. “Me gusta despertar esa curiosidad y también poner luz a cuestiones que damos por sobreentendidas o sobre conceptos que tenemos y que a veces no son así, entonces son como una llamadita de atención de no dar nada por supuesto” asegura la escritora.

-Esta novela tiene una gran cantidad de detalles del día a día, de lo que pasa dentro de cada familia, de cada hogar…

- Esta novela es un poco más intimista, en ese sentido, que las demás. Está más la cuestión familiar, la de puertas adentro. Esta novela salió distinta en realidad. Si bien en la estructura va y viene en el tiempo también, salió distinta incluso en el tono narrativo. Hay partes que son más divertidas, incluso, que no es lo habitual en mí. Yo soy más del drama. Pero hay muchas cuestiones que surgen de lo cotidiano.

-También hay escenas fuertes que muestran el lugar que ocupaba la mujer.

- Sí claro, además hablamos de una época donde España seguía bajo la dictadura, pero era el año 1956 y había una pequeña apertura y se notaba mucho lo que había que parecer y lo que se era. Quería mostrar esa puja también.

La novela está cruzada por la particularidad de personajes con nombres cargados de mucha potencia simbólica: Jesús, María, Alicia, Ángel. Todos tienen un porqué. Jesús y Ángel, por ejemplo, son personajes que guardan relación entre su nombre y un secreto de la historia que se descubre al final. En esta sentido, juega el hecho de los preconceptos que revaloriza la autora, sobre aquello que uno tiene o le pasa y cree que solo es a él o a ella y no es así. Los nombres fueron pensados en ese sentido: el Ángel salvador o el Jesús sacrificado.

-Es interesante ver, también, cómo aparece fuertemente en la novela otra de tus constantes, la búsqueda de la identidad.

- Sí, siempre está esta cuestión de la búsqueda de las raíces. Siempre está la cuestión de la identidad.  Yo tengo como temas recurrentes la búsqueda de la identidad, el abuso, la memoria. Estos temas siempre cruzan todas mis novelas, aunque no sean los principales.

Secretos al alba no solo es la nueva novela de Exilart, sino tal vez una de las que más cerca siente su autora de su producción. Quizás su parte española o sus raíces  han hecho que este nuevo trabajo se sienta distinto para ella. Las historias dentro de la historia. Sentires, pasiones y búsqueda que nos cruzan a todos independientemente de la época en que vivamos. Y la ficción literaria siempre ahí para recordarnos de qué estamos hechos.