Villa Silvina, la espectacular casa de veraneo de Bioy Casares y Silvina Ocampo que hoy es un colegio privado

El matrimonio de escritores la compró en 1942 durante un remate y fue su lugar de descanso y, sobre todo, de inspiración durante varias décadas. Hasta que dejaron de utilizarla y quedó prácticamente abandonada. Acechado por las deudas, a principios de los '90, Bioy no tuvo más opción que deshacerse de la residencia.

Villa Silvina guarda una rica historia de Mar del Plata.

30 de Junio de 2021 15:29

La elección de Mar del Plata como la villa balnearia por excelencia por parte de la elite porteña permitió la expansión del incipiente poblado durante los primeros años del siglo pasado: la aristocracia, que llegaba en diciembre y se quedaba hasta Semana Santa, comenzó a construir sus segundas viviendas más allá de La Perla y la Loma de Santa Cecilia. Así fue como, de a poco, empezaron a aparecer las primeras grandes construcciones en la zona hoy identificada como barrio Divino Rostro; entre ellas, Villa Mitre (Lamadrid 3870), Villa Victoria (Matheu 1851) y la Capilla Divino Rostro (Almafuerte 1671).

Es en esa época (1908) en la que se construyó la casona que años más tarde sería denominada Villa Silvina (Quintana 1949) y que durante varias décadas ocuparían los escritores Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo, y su invitado de honor, Jorge Luis Borges. La residencia de estilo pintoresquista francés ocupa toda una manzana (Saavedra, Tucumán, Arenales y Quintana) y fue una obra del arquitecto inglés Basset Smith y el constructor de origen italiano, Pablo Carabelli

Instalada en el centro de un jardín británico, la edificación posee ventanas inglesas y mosquiteros guillotina, bow windows, barrales y grifería de bronce, pisos de roble de Eslavonia, puertas corredizas con espejos de dos caras, ascensor y claraboyas de vitrales. El parque, por su parte, está poblado de robles, cedros, castaños de indias, olmos, ginkgos biloba, palos borrachos, heliotropos, caquis -el favorito de Silvina-, lapachos y petiribíes.

La casa pertenecía a Diógenes de Urquiza -hijo del general Justo José de Urquiza- y fue adquirida por el célebre matrimonio en 1942, durante un remate que se llevó a cabo tras la muerte de su propietario. Desde entonces, Silvina pasó en aquel lugar largos veraneos y recibió innumerables visitas del mundo literario. Además, fue un lugar de inspiración para Bioy Casares, quien escribió allí su novela “Dormir al sol”, publicada en 1973.

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