La fase 2 golpea a los taxistas: trabajan un 50% menos

Lo afirmó Raúl Vicente, de la Sociedad de Conductores de Taxis, que comparó estimativamente los viajes con el mismo período de 2019. 

La menor circulación de gente golpea el trabajo de los taxistas. (Foto archivo:0223)

7 de Junio de 2021 14:29

Por Redacción 0223

PARA 0223

A pesar que son una actividad esencial, los taxistas también resultaron perjudicados por la fase 2, lógicamente por la menor circulación de gente que en el caso de los trabajadores del volante, redujo los viajes: trabajan un 50% menos en comparación a mayo del 2019. 

"Lo comparo con la lógica que el año pasado estábamos en cuarentena y en el 2019 estábamos en plena normalidad. Ahora tenemos prácticamente un turno laboral, porque el trabajo empieza a las 7 y a las 20 empieza a morirse y a partir de ese momento tenés que esperar a las 22 cuando terminan el turno el personal sanitario y salen de las clínicas. Reconocemos que estamos mejor este año en comparación con el invierno del 2020, que estábamos en una cuarentena total, donde se trabajo menos del 30% de un año atrás", evaluó en diálogo con 0223, Raúl Vicente, presidente de la Sociedad de Conductores de Taxis de Mar del Plata.

El taxista contó que por las restricciones, "se acotaron los horarios, con turnos de 9 horas" y que al no haber trabajo en la terminal Ferroautomotora, bares, restaurantes o escuelas, "bajó muchísimo el trabajo".

"De 10 a 10.30 de la noche tenemos un rato de buen laburo por todo el traslado de personal sanitario pero muchos de ellos entran también a las 6 de la mañana. A esa hora es muy complejo cubrirla", razonó Vicente, que añadió que trabajar en este contexto a la madrugada "es un pésimo negocio".

Por otra parte, consideró que el tema de charla de los pasajeros marplatenses cambió: "La gente aceptó la realidad y ya no se puede ningunear el tema de vacunas, que el Covid es un verso y que la vacuna no sirve para nada. Se ha callado mucho y hoy la gente va ganando de a poquito, que hay que buscar un equilibrio entre los problemas sanitarios que tenemos y los económicos. Buscar ese equilibrio finito es muy dificultoso para los gobiernos municipal, provincial y nacional. La vacuna es la esperanza de una mínima normalidad", concluyó.

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