Pablo Menicucci, el hombre que llevó el pop marplatense al mundo

Hijo de inmigrantes italianos, nació en Mar del Plata en 1933 y llegó a ser un  referente del arte pop nacional.

A comienzos de los años ‘60, Menicucci comenzó sus estudios formales en Escuela Provincial de Artes Visuales Martín A. Malharro.

11 de Agosto de 2021 09:32

Pablo Menicucci siempre estuvo en la búsqueda de lo creativo. A temprana edad, sus padres lo notaron y decidieron presentarlo ante Juan Carlos Castagnino, no como el hijo de los propietarios de la hostería miramarense, sino como el joven ávido de tomar el arte como manera de vivir. De inmediato, el encumbrado artista lo tomó como aprendiz y así comenzó la carrera del artista.

En su paso por el taller de Castagnino conoció al paisajista Enrique Policastro, quien lo ayudó a perfeccionar su técnica de color. Pero la búsqueda constante lo llevó a conocer a los encargados del Teatro ABC de la ciudad, donde realizaría trabajos de escenografía y vestuario hasta que en la década del ‘60 comenzó a estudiar en la recientemente abierta Escuela Provincial de Artes Visuales Martín A. Malharro, sin descuidar su carrera que crecía a pasos agigantados. Incluso, participó en la 32° edición de la Bienal de Venecia.

Los comienzos de Menicucci fueron de la mano de Juan Carlos Castagnino. 

“Yo sentí, mientras pintaba en la escuela que esas naturalezas muertas, esos paisajes que hacía eran tristes. Creo que en el viaje que hice a Europa en 1964, al ver la Bienal de Venecia, descubrí eso que buscaba: la alegría, la creación vital. Y la descubrí en la pintura del ganador de ese certamen: el norteamericano Rauschenberg, quien junto con Jasper Jones eran los más importantes representantes del pop art. Y, sobre todo, estaban los jóvenes como James Dine. Ellos no tenían prejuicios, ya incorporaban a la pintura los objetos cotidianos: enormes tubos de dentífrico, tortas, bizcochos, todas las posibilidades que proponía la poesía urbana al hombre contemporáneo", recordaría Menicucci años más tarde.

El Pop art lo alegraba. Los afiches, las marquesinas, las calles con gente, los millones de cosas que surgen con la ciudad y con el consumo, eran una poética que tenía que contar en sus cuadros. Fue así que a su regreso comenzó a pintar objetos y realizó junto a su colega Mercedes Esteves el primer Happening de Mar del Plata en la Galería del Mar.

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