Viaje relámpago y una ciudad paralizada: el día que Evita llegó a Mar del Plata y una multitud fue a recibirla

El 14 de octubre de 1948, Eva Duarte de Perón llegó en tren a Mar del Plata para acompañar en su recorrida al Ministro de Asuntos Extranjeros de España, Martín Artajo. Sin embargo, toda la atención estuvo centrada en ella. Acto masivo, discurso desde el balcón de la municipalidad y agasajo en el Casino. 

Eva Perón llegó a Mar del Plata para acompañar al Ministro de Asuntos Exteriores español, pero una multitud se movilizó para verla a ella.

13 de Agosto de 2021 08:21

El jueves 14 de octubre de 1948 en Mar del Plata no fue un día más. Poco después de las 11.30 llegaba a bordo de un coche del Ferrocarril Sud Eva Duarte, y si bien estuvo en la ciudad unas pocas horas, su presencia fue suficiente para que una multitud se movilizara en torno a su figura. Su visita tenía como objetivo acompañar al Ministro de Asuntos Extranjeros de España, Martín Artajo, funcionario que se encontraba en el país para firmar un Tratado de inmigración hispano-argentino y negociar otros convenios relacionados con estudios universitarios y prestación del servicio militar por parte de argentinos residentes en España y de españoles residentes en la Argentina.

Ante la magnitud que se preveía que tendría el evento, el gobierno provincial decretó feriado para esa jornada en todo el Partido de General Pueyrredon y el municipio dispuso asueto en todas sus dependencias. La Central General de los Trabajadores, por su parte, llamó a los gremios a concentrarse en la esquina del palacio municipal. En las escuelas tampoco hubo clases en ningún turno: cientos de docentes y estudiantes se reunieron desde temprano en los distintos establecimientos y desde allí partieron hacia la comuna.

Desde el balcón municipal, Eva Duarte de Perón se dirigió a la multitud que aguardaba frente al edificio comunal.  (Foto: gentileza Fotos de Familia - diario La Capital de Mar del Plata) 

La recepción oficial, con el intendente municipal Juan José Pereda a la cabeza -también peronista, había asumido el 1 de mayo de ese mismo año-, tuvo lugar en el andén de la Estación Norte. Además, aguardaban a la primera dama el jefe de la policía de la provincia, coronel Adolfo Marsilach; el comandante de la Base Naval, capitán de Fragata José Amor, y el jefe de la Escuela Antiaérea, teniente coronel Alejandro Aristarco Laciar

Una vez en la estación y en medio de los honores que les rendían los efectivos de la Escuela de Policía, la comitiva -de la que además participaba el entonces presidente de la Cámara de Diputados, Héctor Cámpora-, a bordo de un auto dispuesto especialmente por las autoridades, se dirigió a paso de hombre por avenida Luro con dirección al edificio comunal. Sobre la Plaza Luro (hoy Plaza San Martín) ya los aguardaba la concentración popular.

"La comitiva emprendió el camino hacia la municipalidad, marchando a marcha lenta por la avenida Luro, donde la multitud, a duras penas contenida por la policía, pugnaba por acercarse al coche en el que viajaba Eva Duarte. Resultó evidente en todo momento la ansiedad del pueblo por exteriorizar su aplauso a la esposa del primer magistrado y al canciller español. Ya a las 10, la avenida Luro ofrecía un espectáculo imponente, con el doble cordón de público bordeando sus aceras desde la Estación Norte a la Plaza Luro, así como la calle San Martín, desde Hipólito Yrigoyen hasta el mar”, describe la crónica del acto publicada al día siguiente en el diario La Capital.

La edición del diario La Capital, al día siguiente, se centró en la presencia de Evita y el ministro español, Martín Artajo.

Tal como estaba previsto en el cronograma oficial, los visitantes se detuvieron en el edificio municipal y desde el balcón que da hacia la plaza se dirigieron a las miles de personas que se habían movilizado. "La multitud, que desde mucho tiempo antes del arribo de los viajeros se estacionó en ese lugar, prorrumpió en vítores a la señora del general Perón y al líder los trabajadores argentinos, dando cuenta incontrovertible del perfecto entendimiento que existe entre el gobernante y los gobernados. No hubo una sola nota que desentonara en el marco compacto y brillante del pueblo que expresaba su voluntad bajo los resplandores solares de un hermoso y tibio día de primavera”, menciona la misma publicación. 

Tras ser declarado huésped de honor, Artajo brindó un breve discurso de agradecimiento a la ciudadanía y no escatimó en halagos hacia Evita, a quien llamó "ángel tutelar de los argentinos". Por su parte, la primera dama también celebró la presencia del funcionario extranjero y destacó la estrecha unión entre ambos países. "Hoy se ha engalanado Mar del Plata para recibir al ministro español que representa a la Madre Patria y al pueblo español. Así como cuando recorrí las tierras de España dije en mis discursos que la unión que yo representaba y en cuya representación tenía alto honor, era a mis queridos descamisados, hoy tengo el honor de ostentar dos condecoraciones de las más hermosas que puede tener una mujer del pueblo: amor a los humildes y odio a los oligarcas", expresó. 

El diario La Vanguardia, de Barcelona, se refirió en su edición del 16 de octubre de 1948 a la visita de Artajo a Mar del Plata. 

Al final, Evita anunció que el presidente Perón vendría a la ciudad “en alguna oportunidad para ponerse en contacto con su pueblo, la auténtica clase trabajadora de la que guía sus destinos y defiende sus intereses". Luego, Artajo y Duarte continuaron viaje al Casino Central, en donde fueron agasajados con un vino de honor y banquete oficial.

En su edición del sábado 16 de octubre, el diario La Vanguardia de España se hizo eco de la visita del ministro español de Asuntos Exteriores y Eva Perón y del "cariñoso recibimiento por varios millares de personas que les aguardaban". 

Pasadas las 16.30, Artajo regresó a Buenos Aires a bordo de un avión Douglas del Ejército y durante el viaje tomó contacto con la prensa acreditada para la cobertura del acontecimiento. Ante los periodistas, el canciller español reconoció haber quedado “impresionadísimo” por la masividad del acto. Eva Duarte, en cambio, emprendió su retorno en tren a última hora de la tarde de ese jueves de octubre de hace 73 años atrás, cuando toda una ciudad estuvo pendiente de ella; una de las personalidades más importantes de la historia argentina.