La "silla Mar del Plata", el patrimonio histórico que sobrevive al paso del tiempo

Comenzaron a fabricarse como una adaptación del modelo francés que se utilizaba a principios del siglo XX y fueron declaradas Patrimonio Histórico, Social, Artístico y Cultural en 2009.

La silla Bristol es patrimonio histórico desde el 2009. Foto: gentileza Emtur

20 de Noviembre de 2022 16:56

Por Redacción 0223

PARA 0223

Son un postal clásica de la ciudad: asiento redondo de mimbre con un cómodo y amplio respaldo envolvente y curvo. Las sillas Bristol, también conocidas como "sillas Mar del Plata" sobreviven en el tiempo al punto que, durante la última edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata hubo un espacio destinado exclusivamente al particular y emblemático mobiliario.

Las sillas playeras, que en el 12 de junio del 2009 fueron declaradas por decreto 1331 Patrimonio Histórico, Simbólico, Social, Artístico y Cultural, comenzaron a utilizarse en la ciudad a principios del siglo XX en las escolleras de la ciudad y si bien su origen es algo incierto, hay quienes aseguran que el modelo está inspirado en el mobiliario que se utilizaba en los balnearios franceses de la época que tenían grandes sillones de mimbre para acoger a los veraneantes que elegían tomar baños de sol.

Instalación "Muestra permanente de Sillas Bristol" de Franco Chimento y Max Rompo. Foto: Museo MAR

La versión "argenta" de la silla variaba en algunos detalles de la original francesa respecto al diseño, pero al utilizarse exclusivamente en la línea de playa hubo una variante fundamental: la materia prima que se utilizaba para la confección de las mismas: debido a las condiciones climáticas a la que estaban destinadas, los fabricantes consideraron que el mimbre era el material ideal para producir el mobiliario que tuvo su debut con la inauguración de la Rambla Bristol.

El proceso de creación de la silla contaba con cinco fases: la primera era dejar durante toda la noche el mimbre en remojo para facilitar la manipulación artesanal del producto, la segunda era el armado del esqueleto -arcos para respaldo y patas- la tercera era la confección del asiento; la cuarta fase en tanto consistía en el tejido, ornamentación y ensamblado y la quinta barnizado y/o pintura para extender la durabilidad del producto.

Para la exconcejal y autora del proyecto de ordenanza, Viviana Roca, el mobiliario que con el paso del tiempo fue modificando sus dimensiones para facilitar su manipulación, es un "ícono ligado a la memoria de marplatenses y turistas", a tal punto que la organización del Festival de Cine lo eligió como logo de su 24° edición.

"La silla playera Bristol es uno de los pocos productos ligados a la memoria de los marplatenses y turistas, convirtiéndose en un emblema de la playa, las vacaciones, el verano y el descanso anual”, fundamentaba la por entonces edil que basaba su proyecto en el artículo 1º de la Ordenanza 10.075 del Código de Preservación Patrimonial, en el que se alienta a “establecer acciones de preservación protección de aquellos bienes muebles o inmuebles, públicos o privados, considerados componentes del patrimonio cultural, histórico, arquitectónico, urbanístico, paisajístico y ambiental, y fijar alcance de las declaraciones de interés patrimonial de aquellos”.

La nacionalmente conocida "silla Mar del Plata" fue parte del inventario que la firma Peracca SA subastó en 1945 tras el cierre del Bristol Hotel y pasó a manos de los concesionarios de balnearios de Mar del Plata que ampliaban el stock encargando mobiliario de similar estética a fabricantes artesanales hasta la década del '90, cuando empresarios comenzaron a reemplazar las tradicionales sillas de producción artesanal por mobiliario plástico seriado haciendo que el negocio entrara en quiebra.

“A pesar de su antigüedad sigue vigente y podría decirse que se ha transformado en un signo de distinción sociocultural”, sostuvo el  investigador de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Unmdp, arquitecto Héctor De Schant que consideró que la promulgación del proyecto de ordenanza significa un precedente "valioso en materia de patrimonio cultural"