Largas filas y esperas de más de una hora para tomar un taxi en el aeropuerto

Los pasajeros que este jueves arribaron al aeropuerto internacional Astor Piazzolla de Mar del Plata se encontraron con una postal que se repite en la terminal ferroautomotora y otros puntos de la ciudad: una larga fila de personas que esperaban para subir a un taxi en la dársena.

La situación no es nueva y se repite constantemente: los pasajeros que recién arriban a Mar del Plata tienen que esperar al menos una hora - más tiempo de lo que tarda un vuelo de cabotaje con Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) - para tomar un taxi o remís y dirigirse a sus respectivos hospedajes o hacia una zona más urbana.

En este caso, la postal de una larga fila de personas que aguardaban con sus valijas se replicó a través de una cuenta de Twitter. "Más de 200 personas sin taxi ni remís en el aeropuerto. Lamentable", escribió un usuario.

Las falencias en el servicio de taxis y remises es uno de los principales problemas que acusa Mar del Plata como destino turístico. Esta situación motivó a la concejal Angélica González, de la Coalición Cívica - ARI, a proponer el desembarco de Uber y otras aplicaciones digitales de transporte.

En la semana, la autora del proyecto explicó a 0223 que la iniciativa busca dar respuesta, en parte, a un reclamo de los turistas, que en su gran mayoría están acostumbrados a utilizar las aplicaciones en sus localidades de origen.

"Este proyecto apunta a cubrir las inquietudes de vecinos y turistas. El Ente Municipal de Turismo (Emtur) apunta a un turismo nacional e internacional de todo el año y pretende captar las futuras organizaciones de congresos, seminarios y encuentros multitudinarios. Esa población está acostumbrada al uso de Uber y otras plataformas digitales", indicó González. Mientras tanto, la comisión de Movilidad Urbana determinó solicitar una serie de informes al Ejecutivo para avanzar con el tratamiento del expediente.

El proyecto - que ya fue rechazado por el intendente Guillermo Montenegro - motivó el repudio generalizado de los conductores, que se mantienen en conflicto con el Municipio por el uso del Sistema de Posicionamiento Global (GPS) en las unidades.

En concreto, el reclamo de los taxistas apunta a la obligatoriedad de costear el uso del dispositivo de geolocalización, que fue impuesto a través de un decreto municipal junto a la obligatoriedad de trabajar de noche para solucionar la falta del transporte en ese horario nocturno, que fue afectado notablemente por la cuarentena en el comienzo de la pandemia de coronavirus.