Trabajadoras sexuales se niegan a ir cerca de los cementerios: "Ahí no vale la vida"

Distintos colectivos expresaron un enérgico repudio a la propuesta que por esta fecha analiza con más fuerza el municipio para determinar el traslado de la Zona Roja. "Es imposible concentrar todo el trabajo sexual en un solo lugar", apuntaron, a 0223.  

Se baraja con interés la posibilidad de un traslado a un lugar próximo a los cementerios Parque y Colinas de Paz.

5 de Agosto de 2022 10:37

Por Redacción 0223

PARA 0223

Distintos colectivos que representan a mujeres trans y trabajadoras sexuales de la Zona Roja descartaron cualquier posibilidad de mudar su actividad a un lugar aledaño a los cementerios Parque y Colinas de Paz, el sector que hoy mira con mayor interés el gobierno de Guillermo Montenegro para avanzar con la regulación definitiva de la oferta y demanda de sexo que tiene lugar en la vía pública de Mar del Plata.

“Es imposible que nosotras vayamos a ese lugar porque es descampado. Ahí no existe nada, es la nada misma a donde nos están mandando. Nos quieren mandar a donde la vida no vale”, denunció Preta Naomi, referente de Mujeres Trans Migrantes en la ciudad, en declaraciones a 0223.

La vocera de algunas trabajadoras que se desempeñan en Luro y Champagnat mostró preocupación por la falta de “seguridad e iluminación” que se acusa en el sitio que sería elegido por el Ejecutivo para designar la “nueva Zona Roja”. “Estoy totalmente en desacuerdo. Todas las compañeras viven el día a día y no sé quién va a poder pagar un taxi para ir hasta allá. Y tampoco se me ocurre qué cliente va a ir a buscar un servicio tan lejos”, razonó.

“Están llamando a la paz o a la guerra: nosotras no vamos a acceder a esto, y vamos a defender nuestro trabajo. Queremos la paz, las calles son libres, y las que trabajamos en las calles tenemos libre acceso para elegir dónde nos conviene trabajar”, sostuvo, y ratificó: “Nos quieren invisiblizar porque nos están mandando a un lugar donde no pasa la gente. Eso es lo que ellos quieren, sí. Pero nadie se va a ir. Queremos trabajar y tener una vida digna: este trabajo dignificó nuestros hogares”.

A caminar

Victoria Di Salvo, de la Red Nacional por el Reconocimiento del Trabajo Sexual, coincidió con la mirada de rechazo del colectivo Mujeres Trans Migrantes y advirtió que la Zona Roja alternativa se propone en un “lugar descampado, totalmente despoblado, sin iluminación y sin cámaras de seguridad”. “Con esto lo único que hacen es patear el problema y tratar de ocultarlo en el fondo”, consideró.

Además, la representante de la organización de la sociedad civil criticó a la municipalidad por pretender “reducir todas las zonas de trabajo sexual en una sola”. “No tienen nada que ver las trabajadoras sexuales de La Perla, con las mujeres trans de Champagnat o con las que trabajan sobre la ruta 88. Cada una tiene una particularidad diferente, horarios y tarifas distintas y hasta identidades diversas”, señaló, y añadió: “Se generaría un ambiente inconvivible e ilegislable”.

Di Salvo, de todos modos, amenazó con una suerte de rebelión de las trabajadoras, en caso de que la gestión de Montenegro no ceda en su intención de permitir solamente el trabajo sexual sobre la Avenida 10 de Febrero, desde la calle Cacique Chuyanyuta y por una extensión de 200 metros en dirección a Avenida Mario Bravo, en un punto donde confluyen los barrios Lomas del Golf, Las Canteras y Santa Celina.

“Si no nos dan el lugar queremos, vamos a caminar. Va a ser muy difícil que las compañeras acaten lo que diga el municipio. Nadie va a ir a un lugar que no elige, y menos a un sector totalmente alejado y sin ninguna seguridad. La policía no nos puede parar por caminar. Porque además nosotras no ejercemos el trabajo en las calles sino que ahí solo buscamos clientes. No hay forma de comprobar nada. Si esto sigue así, van a facilitar las tensiones arbitrarias”, aseveró.

¿Y ellas qué quieren?

Las representantes de ambos colectivos confirmaron que el mes pasado mantuvieron un encuentro con la Secretaría de Desarrollo Social, Vilma Baragiola, y la subsecretaria de Derechos Humanos, Daniela Zulcovsky. En reuniones distintas con cada sector, las funcionarias se mostraron  dispuestas a escuchar las zonas que las trabajadoras consideraban como viables para ejercer su actividad.

Noami dijo que planteó la posibilidad de que haya una corredor sexual en un sector de Juan B. Justo y Champagnat hasta Beruti. “Toda la vida eso fue una zona de trabajo y ahí no hay frentistas. Por esa zona todos los negocios cierran temprano. Y encima hay cámaras, luminarias, y por lo menos pasa gente”, justificó.

Y Di Salvo insistió con plantear más de una locación: por un lado, pidió un espacio de trabajo habilitado en un sector próximo al centro, teniendo en cuenta que las trabajadoras que representa hoy están en la zona de la Vieja Terminal, y otra alternativa que propuso fue el lugar que va por avenida Luro, desde Chile hasta Tierra del Fuego.

“Nuestra propuesta es que haya más de una zona, y que cada zona que se elija funcione cerca de la zonas donde ya hubo actividad. Hay que comprender que cada zona responde a los intereses de las trabajadoras y que cualquier lugar no es compatible para el funcionamiento de esta actividad”, remarcó.

Hasta la fecha, sin embargo, ni el colectivo Mujeres Trans Migrantes ni la Red Nacional por el Reconocimiento del Trabajo Sexual acusó una respuesta formal de municipio. “Estamos esperando una reunión. Nosotras no tuvimos ninguna respuesta de nada. Nadie nos ha llamado”, dijo Preta Naomi.

Todavía falta

Más allá de la definición extraoficial con la que avanzaría la municipal, aún resta tiempo para que la elección de la nueva Zona Roja se formalice. Es que de acuerdo a la ordenanza que sancionó a fines de junio el Concejo Deliberante, vecinos tienen plazo hasta comienzos de septiembre para elevar propuestas al Ejecutivo, tras lo cual el intendente podrá decretar la ubicación.

Además, todavía hay una definición pendiente de la Justicia Federal por el amparo que impulsó el director operativo del Comité Ejecutivo para la Lucha contra la Trata y la Explotación de Personas, Gustavo Vera, contra la normativa que aprobó el cuerpo legislativo. Con esta presentación judicial, el referente de La Alameda busca volver a poner todo el tema a foja cero al entender que el Estado, al regular la prostitución, promueve “una actividad que afecta la dignidad de las personas y el crimen organizado y pone en peligro sus vidas”. Si se hace lugar a este recurso en primera instancia, el debate podría estancarse y los tiempos de definiciones se dilatarían aún más.

La autodenominada "Zona Roja" hoy está delimitada por las avenidas Jara, Champagnat, Luro y la calle Belgrano. Se trata de un sector que históricamente convivió con reclamos y quejas de vecinos por la exposición que implica el trabajo sexual, y a ello se sumó, con el correr de los años y en forma cada vez más constante, las denuncias por narcomenudeo y venta de cocaína.