Un modelo francés que se convirtió en un emblema marplatense
Fundada en 1969 con el fin de promover el turismo, la Guardia Nacional del Mar supo adaptarse al paso del tiempo. Origen, tradición y simbología de un grupo que funciona como "una escuela de vida".
En 1969, funcionarios del gobierno del comisionado marplatense Pedro E. Martí Garro volvieron de un viaje protocolar que habían realizado a la ciudad de Niza, Francia y trajeron diferentes propuestas para incentivar la promoción turística de la ciudad: una de ellas fue la creación de una “guardia” compuesta por jóvenes con uniformes de gala adaptados que participe en desfiles y fiestas dando un marco de “color y entusiasmo” a los actos a los que se invitaba a participar como invitados a la ciudad.
Así, en agosto de ese año, desde la Dirección de Turismo contactaron al matrimonio de profesores de educación física compuesto por Luis y Norma Magrini para armar un grupo coreográfico juvenil para desfilar realizando la primera presentación el 7 de diciembre en la Fiesta Nacional del Mar.
Alejandro Magrini, es el hijo menor de Luis y Norma, al igual que sus padres trabajó como profesor de educación física y desde los cuatro años integra la Guardia Nacional del Mar. Actualmente se desempeña como director y, en diálogo con 0223 explica que los primeros uniformes que tuvieron las integrantes del grupo eran “algo rústicos” ya que estaban diseñados con materiales “escolares” y en una presentación en la que el clima no acompañó, los trajes comenzaron a desteñirse. “Fue horrible”, dice entre risas y explica que, después de esa fallida presentación decidieron encargar a un sastre el diseño de las chaquetas, al sombrerero de los granaderos los birretes y las botas a la extinta casa de calzado “El Fortín”.
Para Magrini, la organización de la Guardia, actualmente "es simple” están las bastoneras, que son las adolescentes que encabezan los desfiles y visten íntegramente de blanco, las integrantes del grupo coreográfico que utilizan chaquetas rojas y las tamboreras que son las jóvenes que visten de azul. Además, hay un grupo “mas gimnasta” que es el masculino y se denomina “abanderados” que son quienes aportan dinamismo y permiten en avance en el desfile.
“Antes los uniformes de los abanderados era más gimnástico, si bien para la actividad era cómodo era todo blanco y no estaba pensado para el marco (NdR: fotografías) porque si te tirabas al piso quedaba sucio”, detalla el hombre que se inició como tamborero a los 4 años y a los 13 pasó a formar parte de los bandereros.
Magrini está orgulloso de la Guardia del Mar que supo contener a 80 personas entre músicos y bailarines y es consciente que la agrupación que depende del Municipio tiene detractores que consideran que son un reflejo de otra época. Para él, la Guardia es parte de la simbología marplatense al punto que hubo un proyecto para declararlo patrimonio cultural intangible de la ciudad que no prosperó.
La actividad principal de la Guardia Nacional del Mar es la actuación en desfiles, eventos y Guardias de Honor, para lo cual cuenta con un repertorio con más de treinta temas de origen nacional e internacional.
Adaptarse al cambio de época
Hasta 1996, la Guardia Nacional del Mar dependió de la Municipalidad de Gral. Pueyrredón. Ese año, la gestión de Elio Aprile decidió absorber a los músicos y firmar convenio con la Asociación Amigos de La Guardia del Mar para que a partir de ese momento pase a ser administrada por la misma y continúe su actividad tanto, oficial a pedido del Sr. Intendente, como también en eventos solicitados a la institución.
“Eso nos llevó a achicarnos obviamente y a trabajar con pistas grabadas”, confía Magrini mientras sostiene que la guardia tiene cerca de 40 coreografías diseñadas para los eventos a los que asiste. “En el repertorio tenemos tango, folklore, jazz y pop”, detalla tras resaltar la versatilidad de las bailarinas y los atletas que integran el grupo. “Participamos del mundial de básquet con algo bien arriba y también de actos protocolares con temas clásicos”, indica.
A lo largo de estos 54 años, la guardia del mar supo trascender las fronteras de la ciudad y se convirtió en un modelo a seguir por otras localidades a lo largo y ancho del país. “Hay cincuenta guardias que replican a la Guardia del Mar. Está la Guardia del Bosque, la Guardia del Sol”, ejemplifica Magrini.
La adaptación al trabajo con pistas grabadas y el cambio de escenarios no fue lo único que sobrepasaron en estos años. El cambio de época y de paradigmas hicieron que los requisitos de ingreso sean menos exigentes aunque se mantiene la batería de exámenes. “Antes para ingresar las chicas tenían que medir 1.65mts, la talla no era caprichosa, tenía un sentido pero con el paso de los años nos fuimos permeabilizando y ahora ya no son físicos los requisitos de ingreso sino que nos fijamos más en el desempeño artístico y en el concepto que tienen los aspirantes en los establecimientos”, cuenta Margrini. Es que la edad de ingreso a la guardia es entre 13 y 17 años.
Una vez por año se abre la convocatoria a los bailarines “Se anotan 100 para ocupar 10 puestos y es algo que pasa todos los años, por suerte”, explica el hombre mientras aclara cómo es el proceso de selección. Durante una semana, las y los aspirantes suman puntos por su desempeño coreográfico en diferentes ritmos. “se les da una coreografía que deben realizar y tienen que andar bien en todos los ritmos. Son coreografías que se hacen en la Guardia”, dice. Luego, rinden otro examen, esta vez de percusión y luego tienen una entrevista con los docentes a cargo de entrenarlas. Una vez que finaliza ese proceso, desde la Guardia realizan entrevistas con los directivos de los colegios a los que asisten los aspirantes para conocer el concepto de cada uno. “No importa cual es el promedio que tienen, sino que no sean alumnos problemáticos”, revela y sostiene que quedan seleccionadas los aspirantes que alcancen el mayor puntaje.
Para Magrini, la Guardia Nacional del Mar es “un grupo coreográfico-musical” aunque la frase “es referencia solo una pequeña parte de los valores que encierra nuestra Guardia Nacional del Mar. Es una escuela de vida”. Esta escuela desde el 2000 está a cargo de Alejandro Magrini, en la secretaría y coordinación está Valeria Lemmi y colaboran Karina Domínguez con el grupo de bastón y Giancarlo Reina con el grupo de banderas, su actual coreógrafa es la Prof. Diana Almerares y Pablo Pulido como sonidista.
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