Los rugbiers perdieron un privilegio en la cárcel y están en crisis: "Nos sacaron lo único que nos mantenía con vida"

Les sacaron un elemento clave y aumentan las internas. Máximo Thomsen sería llevado a otro penal por sus diferencias con los otros cuatro condenados a perpetua.

La relación entre los rugbiers comienza a dañarse.

14 de Febrero de 2023 09:51

Por Redacción 0223

PARA 0223

Desde hace una semana, los ocho rugbiers que asesinaron a Fernando Báez Sosa conocen sus condenas. Su estadía en la cárcel cambió con las durísimas penas que les impuso el Tribunal, con cinco perpetuas (para Máximo Thomsen, Ciro y Luciano Pertossi, Enzo Comelli y Matías Benicelli) y tres penas de 15 años de prisión (para Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Lucas Pertossi). El golpe que recibieron, inesperado para ellos pero no para lo sociedad que reclamaba un fallo ejemplificador, abrió grietas en el bloque irrompible que mantuvieron durante tres años, y que empieza a quebrarse con estrategias diferentes para lo que será la apelación, peleas entre ellos en prisión y una crisis emocional que se agiganta en Melchor Romero.

La relación entre ellos se rompió desde el instante mismo en que escucharon la sentencia. Hasta allí, todos habían aceptado una defensa conjunta, con un solo abogado, no declarar para no perjudicar a ninguno, confiados de que eso los llevaría a una pena menor por el crimen, tal como les aseguraba su abogado, Hugo Tomei, quien ahora está en la mira de muchos de los padres de los rugbiers y ya buscan otros profesionales para tratar de rebajar las condenas.

Máximo Thomsen, señalado como el líder del grupo y el principal responsable de ir a buscar a Fernando a la salida del boliche para consumar su venganza, podría ser alojado en soledad por las fuertes diferencias que tiene con los otros cuatro rugbiers que fueron condenados a perpetua. Las internas se detectaron previo a la sentencia, pero se agravaron tras el fallo ya que los otros creen que terminaron pagando por cuidar a su amigo. Con la expectativa de salir recién dentro de 50 años, su amistad ya no es a prueba de balas.

El Servicio Penitenciario Bonaerense alertó sobre el futuro de los ocho detenidos y se teme que puedan tomar decisiones trágicas sobre sus propias vidas tras recibir las condenas a perpetua. Además, en las últimas horas recibieron otro golpe dentro del penal. Según publicó la agencia Noticias Argentinas, uno de los rugbiers dijo: “Nos sacaron los celulares que usábamos para hablar con nuestras familias. Hablar con ellos era lo único que nos mantenía vivos”.

Blas Cinalli admitió que están distanciados dentro del penal.

Esos celulares habrían sido usados por los rugbiers durante el juicio para subir posteos a cuentas falsas de Instagram defendiendo su postura y la idea de que eran víctimas de los medios. Los más afectados por la ausencia de ese privilegio dentro de la cárcel serían Thomsen y Comelli. Ambos habrían requerido asistencia psicológica en varias oportunidades. Incluso, habrían pedido que se les otorguen biblias y la presencia de un pastor evangélico, según reveló TN.

"Estamos un poco distanciados de los otros chicos. No te voy a decir que súper peleados, pero sí distanciados de palabra", le escribió antes de perder el celular Blas Cinalli al periodista Cristian Echeverría.