Femicidio en un barrio privado: denuncian que el asesino quiere "hacerse pasar por demente"

El salteño José Eduardo Figueroa -que ahorcó a su esposa, Mercedes Kvedaras, hasta matarla- ahora pretende ser declarado insano y evitar así la dura pena de prisión que le espera de ser encontrado penalmente responsable por el femicidio que cometió dentro del barrio privado El Tipal, donde la pareja vivía junto a sus tres hijos.  

Según publicaron diferentes medios de la ciudad de Salta, Figueroa cambió de abogado en las últimas horas y su estrategia defensiva sería "hacerse pasar por demente". La defensa del acusado pasó a manos del abogado Juan Casabella Dávalos, quien tomó la causa el martes pasado y rápidamente pidió la suspensión de una audiencia en la que se iba a resolver el pedido de prisión preventiva que había elevado la fiscal penal de la Unidad de Femicidios, Mónica Poma, ante la jueza de Garantías 6, Sandra Espeche.

Figueroa está imputado por el delito de homicidio doblemente calificado por el vínculo y por mediar violencia de género. Por ahora, sigue alojado en la zona de Sanidad de la cárcel de Villa Las Rosas. Antes tuvo un breve paso por el Hospital San Bernardo, donde fue atenido por heridas superficiales que se autoinfligió, en lo que los investigadores creen que fue un burdo simulacro de intento de suicidio tras asesinar a su mujer.

Fuentes cercanas a la causa informaron a El Tribuno que la estrategia para afrontar la causa será "hacerse pasar por demente". Desde que fue internado en el hospital, luego de ser trasladado en una ambulancia del Samec en código rojo, Figueroa, de profesión abogado, se mostró en estado de "shock emocional", sin parar de llorar e incluso gritar.

Los expertos creen que sus actitudes serían parte de un montaje para tratar de conseguir la absolución por insania o bien instalar que hubo "emoción violenta" para conseguir la atenuación de la pena de prisión. En el nosocomio fue intervenido quirúrgicamente por lesiones leves en la zona del cuello y en los brazos. Estas heridas fueron autoprovocadas, según investigadores, con la intención de montar una escena confusa y no para suicidarse.

La mecánica del crimen

El viernes pasado, cerca del mediodía, Figueroa y Kvedaras fueron encontrados en un auto en El Tipal, estacionado en una vivienda cercana a la del matrimonio. El cuerpo de la mujer, ya sin vida, estaba en el baúl, mientras que el hombre estaba sentado tras el volante.

El crimen ocurrió horas antes en la casa de ambos en ese barrio privado. Fue un amigo del detenido quien se topó con la macabra escena y alertó al 911, luego de haber recibido un mensaje de texto del femicida que lo alarmó. "Ya no puedo con esto", fue lo que le escribió Figueroa, quien hacía 3 días se había separado de su esposa. 

Desde el entorno de la mujer sostienen que la relación del matrimonio atravesaba una fuerte crisis y que había expresado que le temía a su marido. Según la autopsia, Kvedaras recibió un fuerte golpe en la cara y luego fue ahorcada. Se presume que Figueroa luego la llevó hasta el vehículo con el fin de esconder el cadáver. En las rodillas de la víctima también había raspones compatibles con el arrastre del cuerpo. 

Para los investigadores el caso está resuelto. Aún no trascendieron pruebas que puede ser más contundentes, como las imágenes de las cámaras de seguridad de la vivienda y de inmuebles vecinos en las que se lo vea a Figueroa sacar el cuerpo de Kvedaras hasta el auto. Luego el imputado manejó hasta la zona de la casa de un familiar directo de Figueroa, que también vive en El Tipal.