Drama, suspenso y el desahogo final: así se vivió el triunfo electoral en el búnker de Montenegro

Ni el agua, ni la Coca ni los sándwiches de miga ayudaban a digerir el comentario que se escuchaba cada vez más fuerte en los pasillos del Dorá: “Milei arrasó”. Hasta los más incrédulos repetían el pronóstico, sin poder disimular gestos de sorpresa y preocupación. Así, entre el rumor de la tormenta libertaria y la demora en la publicación de los resultados del escrutinio, una densa nube de incertidumbre colmó el búnker de Guillermo Montenegro durante gran parte de la noche.

Sin embargo, el clima de drama enrarecido que se advertía en el primer piso del hotel no era el mismo que respiraban las figuras más importantes del Ejecutivo. Una hora antes de que el Ministerio del Interior de la Nación revelara los primeros datos de las Paso, el intendente y su entorno barajaban sondeos propios que ubicaban a Juntos por el Cambio como la fuerza más votada, por una diferencia cómoda, de alrededor de dos dígitos.

Montenegro confió en su termómetro, no quiso anticiparse, y optó por una estrategia simple: esperar. Alejandro Rabinovich lo confirmó cuando salió a dar la cara por primera y única vez con los medios, pasadas las 21.30. El jefe de campaña del oficialismo se mostró esquivo con los números, evitó anticipar tendencias y se limitó a decir que había que “ser sumamente prudentes y respetuosos” con la votación. Nada más.

Para algunos, la excesiva cautela del senador era un claro indicio de una mala elección. Sobre todo, después de ver en los televisores del búnker amarillo que Javier Milei se consolidaba como el candidato presidenciable más elegido de las primarias, con más del 32% de los votos. El suspenso duró hasta que el Gobierno nacional logró poner en funcionamiento el recuento provisional de resultados.

Cuando los datos del escrutinio finalmente quedaron a la vista de todos, en General Pueyrredon sólo se llevaban relevadas un 20% de las mesas pero la lista local de Juntos por el Cambio ya reunía casi un 40% de los votos, contra el 31% de la coalición de Encuentro Marplatense liderada por Fernanda Raverta y el 21% de La Libertad Avanza. Con el correr de los minutos, la brecha se tornó irreversible y entonces se dibujaron nuevas sonrisas en el Dorá.

El clima de fiesta se consolidó con la llegada de la comitiva radical y los dirigentes locales que trabajaron con Patricia Bullrich, la ganadora de la interna en el PRO. Antes, ya habían hecho lo propio Fernando Muro y Emiliano Giri, los nombres que se habían anotado en la lista de Horacio Rodríguez Larreta. Recién cerca de la medianoche, Montenegro se acercó al salón del búnker con su esposa para celebrar el triunfo. El intendente dio un mensaje breve, de menos de cinco minutos, pero que fue suficiente para dejar en claro que no hay nada dicho y que todavía queda un largo camino por recorrer hasta octubre, en la búsqueda por la reelección. “Tenemos que seguir escuchando, seguir buscando soluciones y seguir defendiendo a los vecinos. Tenemos que seguir empujando todos juntos”, enfatizó, en la arenga final.