El doloroso relato de la madre de la beba de 2 años fallecida: “La doctora me dijo que solo le diera ibuprofeno”

La madre responsabiliza a las autoridades y denuncia mala praxis tras conocerse los casos de leptospirosis en su barrio. Debieron atravesar una tormenta en medio del campo para llevarla de urgencia al hospital.

Tatiana (25) junto a su hija Ernestina (2): la familia cree que murió por estar infectada de leptospirosis.

13 de Noviembre de 2024 14:53

Por Redacción 0223

PARA 0223

Tatiana Lescano tiene 25 años y hace apenas tres días perdió a su hija, Ernestina Trinidad Mora, de 2 años. El viernes 8 de noviembre por la mañana la llevó a la guardia del Hospital Eustaquio Aristizábal de Coronel Vidal porque su beba había tenido fiebre y vómitos durante la noche. Más allá de la preocupación de toda madre, nada hacía suponer que más de 48 horas después se agravaría su estado de salud hasta el fatal desenlace. “Nadie me dijo en ese momento que había casos de leptospirosis en el barrio y ni la revisaron”, relató la joven esta mañana a 0223.

“El jueves 7 a la noche, mi bebé tuvo fiebre y vomitó. Como era tarde, nos quedamos en casa para ir al otro día. A la mañana nos despertamos y le dolía el estómago. Me dijo 'mamá quiero ir al hospital’, y fuimos.  Cuando llegamos, no estaba enterada de que era el Día del Empleado Municipal, estaba todo cerrado, no había pediatra. La llevé por la Guardia, me hicieron pasar y me atendió una doctora. Me preguntó qué tenía y le dije que levantó fiebre y se la baje con paños fríos. La senté y la doctora me dio un termómetro y me pidió: 'Medile la fiebre’. Tenía 35.5 ó 36, no recuerdo bien. Y me dijo: 'Andá y cada vez que le duele la panza, que tome 2.5 de ibuprofeno’. No la revisó, no le tocó la pancita, nada”, recordó la mamá.

Ernestina junto a su hermanita, el viernes, poco después de volver del hospital.

Tatiana contó que cuando llegaron a su casa, le dio la medicación y se le pasaron los dolores, por lo que decidieron ir ese fin de semana al campo, lugar donde trabaja su marido, el papá de la beba. “Estuvo bien el sábado, pero el domingo a la tarde se me cayó. Estaba despierta pero de la nada, me empezó a mirar mal y hablar cosas raras. Me asusté porque pensamos que deliraba. La metí en el agua y empezó a temblar. Le dije a mi marido que llame a su papá. Llovía mucho, tipo 8 de la noche, y cuando estábamos en la última tranquera, vomita por última vez, hacía un ruido extraño, se quejaba. Yo le decía que ya se iba a poner bien y de repente la camioneta se encajó en el barro, en una cuneta. Mi marido fue a buscar un tractor en medio de la lluvia. En ese trayecto, cuando volvió, creo que ya la tenía fallecida en mis brazos”, recordó con dolor.

A pesar de los intentos por hacerle RCP y respiración boca a boca, Ernestina no reaccionaba. “En eso cruzamos a un patrullero y le pedimos que por favor si nos podía llevar. Teníamos la esperanza que la pudieran salvar. Cuando llegamos al hospital, le hicieron otro RCP, le dieron oxígeno pero ella ya se me había ido”, relató.

Poco después de la tragedia, se dio cuenta que Ernestina tenía los mismos síntomas que la leptospirosis y su indignación creció cuando se enteró que en el barrio Olga Albarracín –conocido como El Tachito-, lugar donde viven, detectaron 20 casos de perros infectados con la bacteria a finales de octubre.  

Ella tuvo vómitos, diarrea con sangre, los mismos síntomas. A ella le encantaban los perros. Nunca pensé que por eso se iba a morir. Ahora estamos esperando los resultados de la autopsia y quedaron en llamarme. Ya pasaron más de 48 horas. Si ellos en el hospital me decían que no podían tratarla, me la llevaba a Mar del Plata a que la atiendan, porque tenemos obra social. Hoy estoy llorando a mi hija porque la podían haber salvado, como se merecía. En ningún momento vi que estaban vacunando perros, como dijeron. Recién ayer vinieron y ni sabían lo que había pasado con mi bebé. Quiero justicia para saber que le pasó a mi hija y que a nadie más le pase. Y ella descanse en paz”.