Aldosivi y otro sueño de Primera: de los Nacionales del 70 a los dos históricos ascensos en la última década
El Tiburón irá este domingo a Rosario con la esperanza de concretar un nuevo ascenso a la elite del fútbol argentino, a 50 años de su primera experiencia entre los grandes.
Por Redacción 0223
PARA 0223
El último paso del sueño será ante San Martín de Tucumán, uno de los grandes del interior del país. La gran final definirá quién jugará el año que viene con los otros gigantes, los más pesados del fútbol argentino, esos a los que Aldosivi ya enfrentó en tres ciclos inolvidables, en una historia que el Tiburón escribe desde hace medio siglo nadando entre los peces más grandes del país.
El salto a la elite del fútbol nacional es algo que Aldosivi conoce muy bien. San Martín de Tucumán es el gran candidato, es cierto, pero desde que empezó a hacer ruido el Tiburón sabe de dar golpes que nadie esperaba. Lo hizo por primera vez hace 50 años, cuando jugó el Nacional en 1974 luego de obtener por primera vez el torneo de la máxima división de la Liga Marplatense de Fútbol.
El equipo del puerto cortó con la hegemonía de Kimberley y San Lorenzo con un equipo histórico, que metió un triplete en el fútbol local y disputó tres Nacionales en fila. Esos campeonatos creados en 1967 para sumar a los equipos indirectamente afiliados a la AFA escribieron cientos de historias, y algunas llevan la firma del Tiburón.
Tres Nacionales y dos victorias a lo grande
Como la victoria del 74 ante Racing (3-1) para dejarlo afuera de la segunda fase, o el triunfo del 75 frente a Boca por 2 a 1 en La Bombonera, con el gol inmortal de Francisco Manija Mústico a cinco minutos del final. Boca al año siguiente ganaría los dos campeonatos (el Metropolitano y el Nacional en la final contra River), y luego sus dos primeras Copas Libertadores y la Intercontinental.
Después de aquel ciclo glorioso, el Tiburón se dedicó a otra historia. Fueron 20 años en los que el club marplatense cimentó sus bases para convertirse en un equipo popular, dominador de la Liga Marplatense, años en los que nació el clásico con Alvarado en los estadios locales y otro sueño, el de la B Nacional a través del largo camino del Torneo del Interior.
Ese sueño nunca estuvo más cerca que en 1990, cuando en el octogonal final se topó con un arbitraje insólito ante Estudiantes de San Luis, la tarde de los goles de Gaby Amato (el segundo, desde más de 35 metros) y de un tiro libre indirecto por retención al arquero (la regla de “los 10 segundos” que solo se cobró aquella vez para darle vida al local en el suplementario) que terminó con la ilusión de miles de hinchas.
Un mano a mano que cambió la historia
Fue un nuevo cambio en los torneos de AFA lo que le dio a Aldosivi la chance de llegar a la B Nacional. Había que medirse mano a mano con Alvarado, el ya clásico rival, porque no había lugar para los dos grandes de la ciudad. Aquellas dos finales en el Mundialista se las llevó el Tiburón, en un paso que empezó a marcar una nueva era.
No pasó mucho tiempo hasta que el Minella fue testigo de otra final con el Tiburón como protagonista, la primera para llegar a la elite del fútbol argentino por derecho propio. El equipo del Indio Solari casi mete un batacazo impensado en la temporada 97/98, pero otra vez un arbitraje polémico en Córdoba lo dejó sin nada ante Belgrano.
El golpe se sintió. Y fuerte. Aldosivi se quedó sin el ascenso a Primera, y luego perdería su cancha y su lugar en la segunda división. Fueron cuatro largos años en el Argentino A, años de renacimiento, ya con el mando a cargo de Alberto y Adrián Valastro el Tiburón volvió a la B Nacional en 2005, al ganarle una serie promocional a Racing de Córdoba.
Otra final, otro ascenso, con un equipo de Andrés Rebottaro que con todo en contra bajó al equipo cordobés con dos victorias y un Pablo Corti enorme que agigantó su idolatría.
Dos ascensos históricos y un lugar ganado entre los más grandes
Fue un volver a vivir, un impulso que con nuevos cambios en la dirigencia, ya con la llegada de José Américo Moscuzza a la presidencia del club, le permitieron sacarle el invicto a River en su paso por la B Nacional en 2011, en el Nuevo Gasómetro, con Fernando Quiroz como entrenador.
Teté se fue pero volvería a lo grande. Tanto, que Aldosivi conseguiría el 15 de diciembre de 2014 un hecho inédito y soñado para el fútbol marplatense. Sacó pecho en el triangular con Gimnasia de Jujuy y Nueva Chicago y dio el salto a la elite, a jugar con Boca y River en Primera División, a visitar los estadios más importantes del país, a sentarse en la mesa de los grandes, a competir en serio.
En aquel primer año entre los gigantes el Tiburón le ganó 3-0 a Boca en La Bombonera y logró victorias ante San Lorenzo e Independiente en el José María Minella. La historia ya había cambiado mucho. Al punto de que acarició un ingreso a la Copa Sudamericana.
Fueron tres temporadas en la máxima categoría, pero como lo bueno no dura para siempre, Aldosivi tuvo que volver a empezar, una vez más, perdiendo su lugar pero no por mucho tiempo. Con un gran plantel, el equipo del puerto regresó enseguida a Primera remando de atrás, sacándole el ascenso a Almagro en un desempate en cancha de Arsenal.
Aquella lluviosa noche del 4 de mayo de 2018, acompañado por una multitud, Aldosivi ganó 3 a 1 y regresó a primera división con Gustavo Álvarez como DT. Ya no era sorpresa. El equipo marplatense se había ganado ese lugar, las camisetas verdes y amarillas se multiplicaban en la ciudad y en todo el país conocían al Tiburón.
Esta parte de la historia tiene capítulos más cercanos y más conocidos. Aldosivi fue de Primera otra vez, escribió más páginas de su rica experiencia en la elite, y otra vez tuvo que recuperarse y meter un golpe inesperado en la B Nacional para ganarse un lugar entre los más grandes. Lo hizo el fin de semana pasado con ese final increíble en el que gritó dos goles al mismo tiempo, el propio ante San Telmo y el de Brown de Adrogué que lo clasificó a la finalísima con San Martín de Tucumán.
Este domingo, en el Gigante de Arroyito, estará cara a cara con el equipo tucumano. Como en 1974, cuando en su primera experiencia en el Nacional de aquel año lo enfrentó por primera vez. Pasaron 50 años, mucha vida en los corazones de los hinchas del conjunto del puerto, que se preparan para vivir otra tarde llena de emociones. Con un sueño renovado, aunque sea el mismo de siempre.
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