Tomas, marchas y clases públicas: cómo cierra un año convulsionado para los universitarios

El fallo a favor de la UBA podría cambiar el panorama de uno de los sectores más golpeados. Expectativas y futuro.

El veto a la Ley de Financiamiento Universitario fue una de los detonantes. Foto: 0223.

14 de Diciembre de 2024 16:05

Por Redacción 0223

PARA 0223

El 2024 fue un año extremadamente complejo para los docentes, trabajadores y estudiantes universitarios. La reducción en el presupuesto, el cese de becas, la finalización de contratos, el freno a los proyectos de investigación y la falta de aumento salarial fueron algunos de los elementos que preocuparon a millones en todo el país.

A pocos días del comienzo del 2025, el panorama no es el más alentador para el sector. Sin embargo, aunque todo auguraba que ganaría el cansancio, las protestas continuarán.

La crisis salarial de los trabajadores está rondando el 60%. Foto: 0223.

"Imaginamos un proceso de deterioro muy profundo. Nuestra crisis salarial está rondando el 60% y la propuesta del Ejecutivo fue del 1%, por lo que no podemos augurar un año bueno, no somos optimistas frente a lo que los indicadores señalan", explicó Agustina Cepeda, secretaria adjunta de la  Agremiación Docente Universitaria Marplatense (Adum).

La falta de presupuesto generó un deterioro muy serio en el sector, que generó que los investigadores no pudieran avanzar en sus proyectos y se profundizara la llamada "fuga de cerebros", con profesionales que terminan sus doctorados en Argentina pero migran al exterior porque no encuentran posibilidades de avanzar con sus investigaciones en el país.

"Al deterioro salarial le tenemos que sumar los gastos de funcionamiento, ya que los proyectos que ganamos, no los cobramos aún. Nuestra discusión salarial está completamente paralizada y perdemos muchos recursos humanos importantes", manifestó la secretaria.

El veto a la Ley de Financiamiento Universitario fue una de los detonantes. Foto: 0223.

El veto a la Ley de Financiamiento Universitario y la falta de llamado a paritarias fueron dos detonantes que generaron numerosas marchas masivas a lo largo del país y tomas de facultades que duraron semanas. Finalmente, las famosas auditorías terminaron de explotar el panorama.

Sin embargo, esta semana hubo un fallo judicial contra la Sindicatura General de la Nación (Sigen) que puso un freno a la intromisión del Gobierno en la UBA (Universidad de Buenos Aires). "Siempre tuvimos en claro cómo son los procesos de auditoría que están reglamentados, cuáles son las áreas que tienen incumbencia y dónde están los marcos normativos que los regulan. Entonces la discusión se termina resolviendo en el ámbito judicial con un fallo favorable y aclaratorio en relación a quién puede intervenir o no en las auditorías, pero eso para nosotros no es ninguna sorpresa", explicó Cepeda.

Además, la referente agregó que el 95% de los gastos de una universidad son salariales y la exAfip (hoy Arca), han reglamentado todos los movimientos de forma constante. "Cuando una pone palabras cómo funcionan las universidades, se va entendiendo un poco más la discusión. Este es un fallo que va a sentar precedente ante una campaña de desprestigio", argumentó la profesional.

Una de las modalidades de protesta que más se utilizó fue la de las clases públicas abiertas. La más reciente se realizó el 30 de noviembre pero no será la última. "Pudimos visibilizar distintas cuestiones. Logramos una gran adhesión de la opinión pública en defensa de las universidades, con dos grandes marchas multitudinarias a nivel federal, y más de 11 en Mar del Plata con una convocatoria y trabajo articulado con los sectores de las trabajadoras y los trabajadores no docentes, de las y los estudiantes y obviamente de la administración del rectorado", recordó Cepeda.

Al mirar atrás, las movilizaciones permitieron el reconocimiento en general y mejoras en la garantía salarial para los trabajadores de las categorías más bajas. También la gran cantidad de ingresantes a las distintas carreras que se dio este año genera una esperanza en el sector.

Si bien el final del año permite un respiro, lejos están de quedarse con los brazos cruzados. "Vamos a seguir defendiendo la universidad pública", adelantó la investigadora.